Una espl¨¦ndida cr¨®nica social
Ragtime.Director: Milos Forman. Gui¨®n: Michel Weller. Basado en la novela de E. L. Doctorow. M¨²sica: Randy Newman. Int¨¦rpretes: James Cagney, Brad Dourif, Moses Gunn, Donald O'Connor. Comedia dram¨¢tica. Norteamericana, 1981.
Locales de estreno: Palacio de la M¨²sica y Juan de Austria.
Desde que se exili¨® de Checoslovaquia, Milos Forman ha desarrollado en Estados Unidos uno de los trabajos m¨¢s interesantes de los ¨²ltimos a?os. Taking off (Juventud a la intemperie) caricaturizada la conducta de hone stos padres de clase media horrorizados ante la violenta independencia de sus hijos; Alguien vol¨® sobre el nido del cuco, repleta de trucos y efectismos, consigui¨® convertirse en la pel¨ªcula m¨¢s taquillera de 1975, acaparadora de oscars y espectadores; Hair supuso una imaginativa adaptaci¨®n al cine del popular musical de Broadway... Quienes cre¨ªan, tomando como referencia el fracaso de Antonioni en Zabriskie point, que los nuevos europeos no ten¨ªan capacidad para calar en la mentalidad de la Norteam¨¦rica de hoy tuvieron que rectificar. Forman no s¨®lo lo hizo en seguida, sino que prolong¨® sus pel¨ªculas por caminos que los grandes cl¨¢sicos hab¨ªan ya abandonado: el humor ¨¢cido, la objetividad apabullante.
Es curioso que este a?o hayan sido precisamente los directores europeos los m¨¢s claramente descalificados en los oscars de Wollywood: ni Karel Reisz ha obtenido premios por La mujer del teniente franc¨¦s, ni Louis Malle ha logrado ver premiada su espl¨¦ndida Atlantic City, ni Milos Forman ha conseguido alg¨²n oscar para Ragtime; sin embargo fueron las tres mejores pel¨ªculas clasificadas en la recta final. Rag¨¹¨ªne, sin duda, es m¨¢s interesante que cualquiera de las pel¨ªculas galardonadas. Dif¨ªcil ser¨¢ encontrar otra obra de tanta inteligencia y sensibilidad, de tan imaginativa estructura narrativa.
Forman conduce al espectador por caminos inesperados. Lo que al principio se ofrece como dos disparatadas historias paralelas, sin conexi¨®n entre s¨ª, acaban confluyendo imprevisiblemente, componiendo un panorama sobre la vida en Estados Unidos en la segunda d¨¦cada del siglo, cuya significaci¨®n, l¨®gicamente, se prolonga a nuestros d¨ªas. El humor inicial se trunca en tragedia. Una tragedia ins¨®lita, con ribetes inveros¨ªmiles, pero fuertemente anclados en la realidad, no s¨®lo por las referencias concretas que se hacen de los acontecimientos m¨¢s destacados del momento, sino porque el an¨¢lisis de Forman profundiza en muchas de las constantes de un pueblo generalmente indiferente a su propio proceso hist¨®rico y atento, en cambio, a an¨¦cdotas intrascendentes. La noticia, al final de la pel¨ªcula, del estallido de la guerra sorprende al espectador, que hasta entonces no hab¨ªa previsto que esos p¨ªcaros personajes centrales, contempor¨¢neos de hombres sensibles que buscaban una cierta justicia, pudieran convertirse en soldados. Ellos mismos tampoco lo pensaron. Hasta entonces se hab¨ªan comportado con la tranquilidad de quien cree que su poder es absoluto y eterno; los otros, los perdedores, con la esperanza de convertir las leyes en aut¨¦nticos medios de hacer justicia.
No es f¨¢cil comentar Ragtime sin desvelar parte de sus secretos. Es necesario respetarlos, sin embargo, porque uno de los atractivos mayores de la pel¨ªcula parte de la capacidad de sorpresa del espectador.
Forman ha logrado cautivar desde el principio sin insinuar siquiera los derroteros ¨²ltimos de sus personajes; capta con ellos la emoci¨®n y la sonrisa, present¨¢ndolos con afecto y, seriedad. Una vez que la pel¨ªcula ha concluido, el espectador tiene una sensaci¨®n agridulce, una inquietud que a veces se transforma en c¨®lera, un deseo de seguir contemplando la pel¨ªcula. Nuevas visiones de Ragtime enriquecen su contenido, prolongan la admiraci¨®n.
Naturalmente, quienes se han dejado cautivar por la pel¨ªcula (nada dif¨ªcil con tan excelente reparto, tan cuidada ambientaci¨®n, tan excelente partitura musical, tan eficaz fotograf¨ªa) tendr¨¢n que sorprenderse una vez m¨¢s con el criterio de quienes votan los oscars de Hollywood y han podido olvidar una pel¨ªcula que les justifica y les honra. Aunque tambi¨¦n les incomode, porque Ragtime, en clave aparentemente anecd¨®tica, cuenta tambi¨¦n el origen profundo de una naci¨®n, al menos el nacimiento de unos valores, que m¨¢s tarde, con el imperio, se har¨ªan extensibles a todo el mundo. Y as¨ª nos va.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.