Las cuestiones ¨¦ticas dominan el Congreso de Fil¨®sofos J¨®venes
Etica, est¨¦tica y fenomenolog¨ªa del comportamiento pol¨ªtico centraron tem¨¢ticamente las primeras sesiones del XIX Congreso de Fil¨®sofos J¨®venes que hoy concluye en Santiago con la elecci¨®n de presidente y sede para la vig¨¦sima edici¨®n. Alrededor de trescientos asistentes reunidos bajo la propuesta gen¨¦rica Naturaleza, ley y transgresi¨®n participan en los coloquios y seminarios que vienen desarroll¨¢ndose -en ocasiones con un elevado nivel de confrontaci¨®n dial¨¦ctica- desde el acto inaugural del pasado domingo.Presidido en esta ocasi¨®n por Amelia Valc¨¢rcel, de la Universidad de Oviedo, el congreso ha confirmado en su desarrollo inicial una tendencia al tratamiento prioritario de cuestiones ¨¦ticas ya esbozada en a?os anteriores.
El tema fue introducido, de hecho, en la primera intervenci¨®n por el asturiano Vidal Pe?a, quien estableci¨® el juego de pares opuestos entre el grupo de los "idealistas de la libertad" -partidarios de un mundo ¨¦tico- y los "naturalistas", defensores de un mundo regido por las leyes de la mec¨¢nica y la necesidad.
Miguel Morey, de la Universidad de Barcelona, tom¨® como pretexto las teor¨ªas del fil¨®sofo franc¨¦s Bataille sobre la naturaleza y la ley para distinguir, a su vez, entre una transgresi¨®n buena -la que en ¨²ltimo t¨¦rmino implica no seguir a la naturaleza y sus leyes- y otra mala, que reforzar¨ªa las normas legales.
El jesuita Andr¨¦s Tornos, de la Universidad Aut¨®noma de Madrid, incidi¨® tambi¨¦n sobre las tesis de Bataille para reivindicar el sentido est¨¦tico de la moral frente al car¨¢cter instrumental que, a su juicio, se le viene adjudicando. ','>u intervenci¨®n, una de las m¨¢s pol¨¦micas, provoc¨® el que una de las congresistas se sorprendiera p¨²blicamente de que la religi¨®n pueda presentarse al cabo de siglos de intolerancia como "liberadora de todas las morales".
Victoria Camps, de la Universidad de Barcelona, abord¨® otra derivaci¨®n de la problem¨¢tica en su comunicaci¨®n La ilegalidad ideal, que ella define como la b¨²squeda de un modelo ¨¦tico de utop¨ªa en el que la necesidad de la ley sea sustituida por una tensi¨®n moral provocada a partir del di¨¢logo y el razonamiento.
El madrile?o Jos¨¦ Jim¨¦nez utiliz¨® un cap¨ªtulo del libro El angel ca¨ªdo, finalista del premio Anagrama de Ensayo, para definir las im¨¢genes como "formas simb¨®licas de conocimiento y de identidad", carentes de l¨ªmites sem¨¢nticos en tanto que poseen una esencial poli significaci¨®n. Las im¨¢genes ser¨ªan, seg¨²n este discurso, veh¨ªculos de transgresi¨®n de los l¨ªmites de las distintas artes y de los lindes culturales establecidos.
Gerard Vilar, de la Aut¨®noma de Barcelona, situ¨®, finalmente, al sujeto revolucionario como "¨²ltima figura de la tragedia", apoy¨¢ndose en numerosas citas de personajes hist¨®ricos para concluir en las figuras de Le¨®n Trotsky y el movimiento obrero occidental, "que se debate entre la atracci¨®n del despotismo oriental y la socialdemocracia".
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