Los ¨¢lbumes de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, publicados por primera vez en la revista 'Poes¨ªa'
La presentaci¨®n de este n¨²mero monogr¨¢fico cierra los homenajes del centenario del poeta
La revista Poes¨ªa dirigida por Gonzalo Armero y dependiente del Ministerio de Cultura, ha conseguido con su ¨²ltimo n¨²mero dedicado de manera monogr¨¢fica al poeta Juan Ram¨®n Jim¨¦nez, cuyo centenario se ha celebrado el pasado a?o, un documento de excepcional importancia y de rigurosa calidad est¨¦tica.
La revista, que fue presentada ayer en el Pabell¨®n Villanueva del Jard¨ªn Bot¨¢nico, por Francisco Giner de los Rios, Francisco Hern¨¢ndez Pinz¨®n y el secretario general t¨¦cnico del Ministerio de Cultura, Alfredo P¨¦rez de Armi?¨¢n, es una cuidad¨ªsima selecci¨®n de textos -raros, cartas, autonoticias, documentos gr¨¢ficos -fotograf¨ªas, dibujos, tarjetas postales... - y por primera vez los albumes del poeta, distribuidos con exquisito gusto tipogr¨¢fico y acompa?ando una selecci¨®n de su poes¨ªa adem¨¢s de un abundante material in¨¦dito.Con este n¨²mero, la revista Poes¨ªa cubre su n¨²mero 13-14 y cuatro a?os justos desde su aparici¨®n en abril de 1978, al calor del entonces casi reci¨¦n creado Ministerio de Cultura. En este tiempo ha conseguido imponer un dise?o -a cargo fundamentalmente de Diego Lara- que, si bien se fu¨¦ adaptando a los distintos temas tocados por la revista, se ha ido haciendo perfectamente reconocible, no s¨®lo por el lujo de su presentaci¨®n, sino por el especial cuidado y la rara personalidad que ya la caracterizan.
En este n¨²mero -que como se?al¨® en la presentaci¨®n Francisco Giner de los Rios, hubiera llenado las exigencias de ese editor exigente que fue Juan Ram¨®n Jim¨¦nez- se aporta una visi¨®n compleja de Juan ram¨®n que incluye su creaci¨®n en muchos sentidos: su poes¨ªa, su cr¨ªtica, sus dibujos. Pero que tambi¨¦n llega hasta la intimidad de su voz -hay dentro un disco grabado por el poeta sobre poemas de San Juan de la Cruz- su im¨¢gen f¨ªsica y la de su entorno, en multitud de fotograf¨ªas, y hasta sus man¨ªas, con la publicaci¨®n de esos albumes privad¨ªsimos en que el poeta recoge recortes de prensa, tarjetas postales, fotos y notas y las ilustra de pu?o y letra con comentarios que las van cargando de contenidos diversos.
Especial inter¨¦s tiene el ¨¢lbum dedicado a la guerra civil, que Juan Ram¨®n pens¨® alguna vez publicar como un libro de collages, pero tambi¨¦n la tienen, y para algunos puede resultar revelador, otros dise?os que ¨¦l refiere a su propia persona y que dan una visi¨®n distanciada y un punto ir¨®nica de si mismo, un contraste con las notas autobiogr¨¢ficas que han sido cuidadosamente recogidas y cronol¨®gicamente ordenadas en la primera parte de la revista.
La personalidad de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez se la repartieron su amigo personal, Francisco Giner de los Rios y su sobrino Francisco Hern¨¢ndez Pinz¨®n. Si el primero se ocup¨® sobre todo de su inabarcable tama?o de poeta y su excelente gusto tipogr¨¢fico y editorial, el segundo di¨® una visi¨®n apasionada, a veces casi pat¨¦tica, de la personalidad del poeta y de su memoria p¨²blica. La neurosis como enfermedad que le caracteriza desde su adolescencia, y la maledicencia y tal vez envidia de sus contempor¨¢neos se un¨ªan, en las palabras de Hern¨¢ndez Pinz¨®n, para hacer cuajar esa leyenda de hombre dif¨ªcil, irascible, malo con la lengua y, en fin, temible para quienes se dedicaban a las letras.
Acus¨® directamente Francisco Hern¨¢ndez Pinzon al grupo del 27 y a Pablo Neruda de tal leyenda casi difamatoria, y, para dar un nombre, dio el de un poeta muerto: Luis Cernuda, que tampoco es que goce una fama de simpat¨ªa arrolladora y bondad angelical. A estos poetas, dijo, se deb¨ªa la "campa?a de silencio" y desprestigio humano en que, salvo los dias de calor del Nobel, se ha visto sumida su memoria y hasta la lectura de su obra. Un silencio que ha ido m¨¢s all¨¢ de la prohibici¨®n de origen pol¨ªtico impuesta por el franquismo, y que pasa por el desprecio y la maldad. Y puso en contraste el hombre que ejerci¨® la simpat¨ªa, en el sentido griego de comunicaci¨®n instant¨¢nea y pasional, de atractivo a primera vista con las mujeres y con los ni?os, y ese otro de la cr¨ªtica mordaz y el comentario malintencionado y algo neur¨®tico que se conoce.
Por fin, Alfredo P¨¦rez de Armi?¨¢n justific¨® el lugar elegido para el acto de presentaci¨®n de este monogr¨¢fico en dos aspectos del Jard¨ªn Bot¨¢nico: el primero, el que lo relacciona con eventos po¨¦ticos como el homenaje a Mallarm¨¦ a su muerte, y tambi¨¦n la presencia del jard¨ªn en la obra de Juan Ram¨®n Jim¨¦nez.
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