La econom¨ªa y las leyes f¨ªsicas, cuestionadas en las ¨²ltimas ponencias del Congreso de Teor¨ªa y Metodolog¨ªa de las Ciencias
La descalificaci¨®n de la econom¨ªa como ciencia hecha por el fil¨®sofo argentino Mario Bunge, que provoc¨® un curioso incidente por el enfado de un economista en desacuerdo con esta tesis; la aportaci¨®n de nuevas ideas sobre el azar y el determinismo; la exposici¨®n de una teor¨ªa sobre los distintos ¨¢mbitos del lenguaje; una visi¨®n del panorama actual de la psicolog¨ªa cient¨ªfica y el coloquio final sobre las relaciones entre filosof¨ªa y ciencia, celebrado a ¨²ltima hora de la tarde, fueron las notas m¨¢s destacadas de las dos ¨²ltimas jornadas del I Congreso de Teor¨ªa y Metodolog¨ªa de las Ciencias, clausurado ayer en Oviedo.
Con los estudios que se realizan en mec¨¢nica cl¨¢sica determinista sobre el caos podr¨ªamos estar, como prev¨¦n muchos, ante un aut¨¦ntico hito en la historia de la matem¨¢tica, que permitir¨ªa unificar, sorprendentemente, el estudio del determinismo extremo y del caos total, afirm¨® el f¨ªsico Antonio Fern¨¢ndez Ra?ada, de la Universidad Complutense, en su ponencia Azar y determinismo de las leyes f¨ªsicas: nuevas ideas.La teor¨ªa cu¨¢ntica, agreg¨®, oblig¨® a un cambio radical de planteamiento debido a sus leyes necesariamente estad¨ªsticas y a las relaciones de indeterminaci¨®n de Heisenberg, consecuencia de la imposibilidad de separar el objeto y el observador. Hasta ese momento el azar aparec¨ªa en f¨ªsica como una consecuencia del desconocimiento de los detalles de un sistema, pero desde entonces, un cierto grado de azar de origen cu¨¢ntico acompa?a necesariamente cualquier descripci¨®n.
Actualmente se pone de manifiesto, seg¨²n Fern¨¢ndez Ra?ada, la necesidad de una reconsideraci¨®n de las ideas b¨¢sicas de la mec¨¢nica cl¨¢sica, pues las caracter¨ªsticas que se suelen asociar a la misma idea de evoluci¨®n determinista s¨®lo son aplicables a un n¨²mero reducido de sistemas simples. El tr¨¢nsito del r¨¦gimen regular hasta lo que se llama r¨¦gimen ca¨®tico parece seguir pautas generales, a¨²n no comprendidas, comunes en todos los casos. En el futuro ser¨¢ conveniente tener en cuenta, en la causalidad del mundo f¨ªsico, la existencia de sistemas muy complejos, de infinitos grados de libertad, que tienen un comportamiento simple y predictivo: son los llamados solitones que muestran una tendencia a la regularidad en situaciones en las que cabr¨ªa esperar lo contrario.
Los campos del lenguaje
El fil¨®sofo Emilio Lled¨®, de la Universidad Nacional de Educaci¨®n a Distancia, examin¨® los distintos campos del lenguaje a partir de la superaci¨®n del prejuicio de los neopositivistas, seg¨²n los cuales el ¨²nico ¨¢mbito v¨¢lido del lenguaje es el cient¨ªfico. Al formalizarse tanto el lenguaje de la ciencia actual (lenguaje l¨®gico-matem¨¢tico) parec¨ªa que la filosof¨ªa hab¨ªa perdido toda vigericia, alejada de ese rigor. Lled¨® expuso una teor¨ªa de lenguaje como comunicaci¨®n, como coherencia total, frente a una concepci¨®n estrecha (la del lenguaje cient¨ªfico) tratando de los ¨¢mbitos m¨²ltiples de esa comunicaci¨®n, que es de algo y para alguien. El hecho de que la ciencia, para conseguir precisi¨®n y rigor, se haya alejado del lenguaje ordinario, no significa que no sea posible una teor¨ªa del lenguaje rigurosa capaz de recoger otros muchos ¨¢mbitos de la comunicaci¨®n.El argentino Mario Bunge afirm¨®, en una nueva ponencia, que no hay teor¨ªas econ¨®micas adecuadas en la actualidad y que, en consecuencia, tampoco existen pol¨ªticas econ¨®micas; las ideas neocl¨¢sicas y marxistas ya no sirven. En s¨ªntesis, el profesor Bunge reproch¨® a la econom¨ªa su continuo distanciamiento de la psicolog¨ªa y la biolog¨ªa y concluy¨® que la econom¨ªa no es una ciencia porque no se ocupa de la realidad econ¨®mica, sino de un modelo como es el del mercado libre, inexistente desde el momento en que aparecen los grandes monopolios, el estado gigantesco y el movimiento obrero. Las pol¨ªticas econ¨®micas tampoco son cient¨ªficas y la econom¨ªa pol¨ªtica est¨¢ en crisis a pesar de disponer de m¨¢s datos que nunca.
Bunge pregunt¨® a los economistas presentes en el congreso por qu¨¦ se empe?an en enga?ar a los alumnos, tratando de convencerles de que la econom¨ªa es una ciencia. Uno de los economistas pidi¨®, indignado, la palabra y se dirigi¨® a la tarima donde apret¨® con tal fuerza la tiza contra el encerado que ¨¦ste y el propio economista, que perdi¨® el equilibrio, cayeron al suelo, en medio del regocijo de una parte de los congresistas. A continuaci¨®n el economista, ofendido y congestionado, que le hab¨ªa quedado reseca la boca, bebi¨® el agua que conten¨ªa el vaso de Bunge para saciar su sed, provocada por la intervenci¨®n del fil¨®sofo argentino, que publicar¨¢ pr¨®ximamente las teor¨ªas expuestas en Oviedo en un libro titulado Filosof¨ªa y econom¨ªa.
Julio Seoane, catedr¨¢tico de psicolog¨ªa social de la Universidad de Valencia, expuso las modificaciones que est¨¢ sufriendo, desde los a?os sesenta, la denominada hasta ahora psicolog¨ªa cient¨ªfica en sus planteamientos b¨¢sicos, como consecuencia de la entrada en crisis del dogma conductista y de la transformaci¨®n de la metodolog¨ªa experimental en un protagonista problem¨¢tico. Seoane sostiene que el foco de atenci¨®n debe desplazarse hacia la actividad psicol¨®gica del conocimiento, una psicolog¨ªa del conocimiento que no pretende justificar los productos ni los procesos, sino establecer una diversidad de modelos explicativos de esa actividad. Seoane considera innecesario justificar las teor¨ªas.
Babelia
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