Intuici¨®n primitiva
En 1929, Hitchcock dirigi¨® la primera pel¨ªcula sonora de cine brit¨¢nico. Era ya un cineasta valorado aunque no tanto como para intuir el ¨¦xito internacional que obtendr¨ªa m¨¢s tarde en su contrato con Hollywood. Hitchcock se encontraba a¨²n a medio camino entre sus deseos y la realidad de una cinematografia incipiente.Influye en ello la torpeza t¨¦cnica de sus ayudantes y la mala calidad de los actores, v¨ªctimas a¨²n de los tics del cine mudo. Hitchcock no parece haber entendido esas limitaciones cuando en Chantaje insiste en apoyar su narraci¨®n en los rostros de los int¨¦rpretes.
Y es una pena, porque Chantaje ofrece un curioso inter¨¦s para entender la evoluci¨®n de este director y un apasionante dato para analizar los sistemas de censura en el mundo. Era inviable en los a?os treinta la posibilidad de ofrecer secuencias violentas, lo que obligaba a los autores a inventar soluciones de puesta en escena que reflejaran ese dramatismo de forma indirecta. Naturalmente, Hitchcock destac¨® con rapidez en la soluci¨®n de f¨®rmulas ins¨®litas que acabaron convirti¨¦ndole en el maestro del suspense y las elipsis.
Chantaje
Director: Alfred Hitchcock. Gui¨®n: Hitchcock, Benn W. Levy y Charles Bennett, basado en la obra teatral de este ¨²ltimo. Fotograf¨ªa:Jack Cox. Int¨¦rpretes: Anny Ondra, Sara Allgood, John Lougdeu, Charles Paton. Inglesa, 1929. Polic¨ªaca. Local de estreno: Alexandra.
Pero el inter¨¦s b¨¢sico de la pel¨ªcula reside en la miop¨ªa de esta censura que, atenta a soluciones de forma, no alcanz¨® a ver que Hitchcock estaba present¨¢ndoles un filme tan claramente c¨ªnico y hasta corrosivo que se resolv¨ªa dejando en libertad a quien cometi¨® el asesinato, mientras toleraba la ejecuci¨®n de un inocente. Lo asombroso es que ese desenlace se compuso a partir de la corrupci¨®n de un polic¨ªa, que defrauda a la justicia por obtener el amor de una boba mujer. Tendr¨ªan que transcurrir muchos a?os para que el cine tolerara una heterodoxia parecida. La moraleja de que el criminal nunca gana se impuso a todas aquellas pel¨ªculas que quisieran situar su an¨¦cdota en los l¨ªmites marcados por el aparato de justicia. Hitchcock los transgredi¨® en esta pel¨ªcula primitiva (1929). De haber podido continuar en la l¨ªnea marcada por Chantaje, su obra ser¨ªa hoy aut¨¦nticamente asombrosa.
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