Las ra¨ªces de un baile popular

El ballet gallego Rey de Viana lleva m¨¢s de un cuarto de siglo entregado a la dif¨ªcil tarea de preservar y, a la vez, hacer accesible al gran p¨²blico esa faceta de nuestro patrimonio art¨ªstico, tan real como poco tangible, que es la danza tradicional o de inspiraci¨®n popular.Ce?ida al marco estricto de Galicia, la opci¨®n de Jos¨¦ Manuel Rey de Viana quiz¨¢ no satisfaga totalmente a los puristas del folklore, puesto que la forma teatral de su espect¨¢culo le ha, obligado a un proceso de reelaboraci¨®n de las danzas esencialmente populares que es siempre discutible. Se gana espectacularidad visual, aprovechando las posibilidades del espacio esc¨¦nico y utilizando bailarines profesionales -bien formados, por cierto, por Victoria Canedo y a los que no se puede citar porque el grupo huye del estrellato y no da los nombres- pero se pierde, sin duda, algo de la autenticidad.

Lo importante es, sin embargo, que el espect¨¢culo resultante es v¨¢lido como tal y que sobre todo en los n¨²meros que van acompa?ados de m¨²sica popular en vivo, con una peque?a orquesta de gaiteros, tamborileros y pandereteros, el baile conserva bastante de su frescor tradicional.

Especial atenci¨®n ha dedicado Jos¨¦ Manuel Rey de Viana, desde sus comienzos, al vestuario, reconstruyendo los atav¨ªos de las distintas clases sociales y de las distintas comarcas y ocasiones.

Entre los n¨²meros presentados hay que destacar como. especialmente logrados las "patelas e pandeiras", danza marinera de origen celta, admirablemente bailada. La "danza dos galos" con vistos¨ªsimos trajes de gala, de tierra llana y de Betanzos, del siglo XVIII; las "froles brancas", resto de danza inici¨¢tica femenina y la "gran pandeirada" con vestuario tambi¨¦n dieciochesco de la comarca de las Encovras que recuerda las danzas paganas de la noche de San Juan.