Ciudad / 2
Columnas de sol sustentando las sombras de los aparcamientos (3.500 autos), monstruos de aleaci¨®n y fantas¨ªa, en el parque, para que se los coma la termitera de los ni?os, velas de barco al viento de la Vaguada, por darle sombra al secarral, diez cines, miles de tiendas, monos unidimensionales alternando con el vecindario, una marquesina como un diamante gigantesco de espejos y acero inoxidable: Madrid / 2.Entre la invasi¨®n francesa y comercial de la Vaguada, que tanto hemos denunciado aqu¨ª, y la herencia municipal de una deuda y una estepa, al fin se lleg¨® a un acuerdo con los franceses del hipermercado, que hicieron astillas sus l¨®bregas maquetas y contrataron a C¨¦sar Manrique, ¨²ltimo genio canario del surrealismo aplicado, que ha ensanchado el espacio y el tiempo mediante la imaginaci¨®n para crear su Madrid / 2 a partir de lo irremediable, de modo que la fascinaci¨®n de lo nuevo ha podido por una vez contra la involuci¨®n de lo de siempre: el dinero. Los franceses pagan esta fantas¨ªa nada hortera, nada Walt Disney, por remediar el banusismo empotrado del barrio del Pilar y otros barrios erigidos brutalmente en torno al vac¨ªo con cuervos de la Vaguada, que ¨ªbamos Alfredo y yo a pintar los cuervos sobre un fondo de carro?a de cuando Cocherito de Madrid por lo menos (Alfredo pintaba y yo les daba carro?a a los p¨¢jaros).
-Para los problemas t¨¦cnicos -me dice C¨¦sar Manrique- tengo diez arquitectos, y sobre todo a Pepe el Cibern¨¦tico, que me resuelve los mayores problemas.
-Un suponer.
-Un suponer, quer¨ªan ponerme una columna para sujetarme la marquesina esa que has explicado tan bonito. Yo pens¨¦, si hemos llegado a la Luna, como no se va a sujetar una marquesina sin columnas. Llam¨¦ a Pepe el Cibern¨¦tico y ya est¨¢.
Los vecinos parecen fascinados con el invento, que empezar¨¢ a funcionar el a?o que viene. De cuando en cuando entran en los barracones de Manrique a mirar planos y maquetas.
El Ayuntamiento entendi¨® en seguida la aventura. Los franceses est¨¢n contentos de haber hecho en Madrid el mercado m¨¢s asombroso del mundo.
-Y bien puedes decir que asombroso, Umbral, hijo. Yo he visto los grandes inventos yanquis de Miami, de Europa, todo. No hay nada igual.
Hasta el punto de que lo que temen ahora los vecinos sufrientes de la Vaguada, es la invasi¨®n del turismo interior / exterior. Porque puede una pareja irse a Madrid / 2 a las diez de la ma?ana y pasar all¨ª el d¨ªa.
La imaginaci¨®n es cara, mas parece que este despilfarro de la Vaguada no va a encarecer, luego, los productos de consumo diario. No es uno, por supuesto, muy dado a ignorar cuestiones que, en ¨²ltimo t¨¦rmino, siempre son reales, o sea, econ¨®micas, como dijo Lenin (disculpando), pero la soluci¨®n francoespa?ola ha sido salvar la Vaguada por sublimaci¨®n, metiendo una pela larga y buscando al so?ador de Lanzarote, que es un imaginativo en piedra, agua, plantas, animales, vel¨¢menes y espejos.
Fern¨¢ndez-Ord¨®?ez a?ora en su ¨²ltimo libro los cisnes que ya navegan por el T¨¢mesis, que hab¨ªa sido el r¨ªo/ ciudad m¨¢s contaminado de Europa. Pues aqu¨ª lo tienes, Paco.
El centralismo madrile?o de varios siglos, que ha volcado millo?es sobre la ciudad, carec¨ªa casi siempre de imaginaci¨®n, salvo Carlos III, el marqu¨¦s de Salamanca, Arturo Soria y pocos m¨¢s. La utop¨ªa en rocalla (Manrique se ha tra¨ªdo toda una cantera bell¨ªsima de Miraflores) es m¨¢s duradera y gratificante que las utop¨ªas del odio o la ingenuidad. Met¨¢fora duradera de la democracia. Madrid / 2 esperemos que dure como la democracia misma.
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