Taine y el PSOE
Si los pol¨ªticos no fueran tan ¨¢grafos como los sabios rurales de manta, en este pa¨ªs, sabr¨ªan, por ejemplo, qui¨¦n fue don Hip¨®lito Taine, un te¨®rico del arte y la est¨¦tica que en el siglo pasado, el siglo de las nacionalidades, lo explicaba todo por los ¨¢rboles o las playas de que disfruta o padece cada pa¨ªs. La cr¨ªtica de arte de don Hip¨®lito, el m¨¦todo/Taine, est¨¢ desacreditado en el mundo de la cultura desde que dej¨® de estar acreditad¨ªsimo, o sea, hace como mucho.La tabla de quesos de las autonom¨ªas espa?olas, que se sacara cierto pol¨ªtico, dejando previamente la manta de burro en el perchero modern/style, a m¨ª me record¨® siempre la tabla de valores y el queso mental de don Hip¨®lito Taine. Ahora se ha visto en Andaluc¨ªa.
Espa?a, como una cuenta bien hecha, arroja siempre lo mismo, bien le demos la forma de quesito en porciones, bien la convirtamos en el cubo comecocos con que juega toda la infancia adulta. O sea, que Espa?a da socialista por el Sur y burgu¨¦s/conservador por el Norte, aza?ista/liberal por el centro, manchego o no, y en este plan. (Quienes me reprochan haber llamado a Madrid "poblach¨®n manchego" en cierto pregoncillo, ignoran que la frase es de Azor¨ªn, y muy conocida, y como tal bien mostrenco de nuestra moderna cultura la he utilizado yo: la definici¨®n, pese a ser de Azor¨ªn, me parece est¨¦ticamente certera, y, en cuanto a datos hist¨®ricos y cosa de fechas, don Jos¨¦ Mart¨ªnez Ruiz ten¨ªa algunos m¨¢s que mis refutadores. A la erudici¨®n de Azor¨ªn me remito, ya que no a su estilo. Lo cual que los gigantes o molinos antimancheguistas se dirigieron primero a otros peri¨®dicos, como repugnando ¨¦ste, que era el natural destinatario de su carta.)
As¨ª las cosas, el personal se encampana por una definici¨®n est¨¦tica del maestro Azor¨ªn, y esto es porque don Hip¨®lito Taine ha hecho mucho da?o incluso a quienes no lo han le¨ªdo y siguen con la bastardilla decimon¨®nica de los localismos escarpados, m¨ªstica beata que agigant¨® Hitler haciendo un mal uso de Nietzsche y de s¨ª mismo, hasta "la Europa de las Patrias" del general, De Gaulle, que quer¨ªa. llevar toda Europa debajo de su quepis, hecho con recortes del gorro atravesado de Napole¨®n. Los napoleoncitos o napole¨®nidas de uced¨¦ le dieron al problema de las autonom¨ªas un tratamiento de Mantequer¨ªas Leonesas (ahora en reventa: por eso las cito sin peligro de carta al se?orito).
Pero el comecocos que es Espa?a, se ponga como se le ponga, da siempre lo mismo: socialismo por una esquina, conservatismo por la otra, situaci¨®n/l¨ªmite por el Norte, desde Valle-Incl¨¢n hasta Patxo Unzueta, nuestro corresponsal en Bilbao, un humanismo progresista, fenicio y localista al mismo tiempo, por el Mediterr¨¢neo, y algunos rojillos por Ja¨¦n y Vallecas. Es lo que un revolucionario cient¨ªfico llamar¨ªa la "lucha de clases". Uno, como no es revolucionario cient¨ªfico ni nada que sea cient¨ªfico, se limita a decir que el di¨¢logo Norte/ Sur, o la falta de di¨¢logo ricos/pobres, que viene a ser lo mismo, reaparece siempre por debajo de la tabla de quesos, por debajo de don Hip¨®lito Taine y por encima de la uced¨¦, y si no v¨¦anse los marcadores de las elecciones andaluzas. Los hechos son muy testarudos, como dec¨ªa Lenin (con perd¨®n: s¨®lo cito a Lenin para que no me pase como con Azor¨ªn), y el comecocos nacional, p¨®r mucho que le mareemos, s¨®lo tiene una soluci¨®n correcta, que es precisamente la que se va postergando con toda clase de inventos, incluso el invento Rojas-Marcos, que ya es inventar.
Podemos seguir atomizando la democracia, haciendo elecciones aut¨®nomas aldea por aldea, caser¨ªo por caser¨ªo, que, al final, toda aldea pobre votar¨¢ izquierda y toda aldea se?orita votar¨¢ conservador. Estamos gastando millones (que no tenemos) en la prueba de los nueves.
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