Visto para sentencia el juicio por el asesinato del industrial Juan Vil¨¢
ENVIADA ESPECIAL "S¨®lo quiero aclarar una cosa: que el caso nuestro, una persona que no lo haya vivido no lo puede comprender". Con estas palabras de Neus Soldevila, pronunciadas despu¨¦s de que el presidente del tribunal preguntara a los acusados si ten¨ªan algo m¨¢s que declarar, qued¨® visto para setencia, hacia las 21,30 horas de ayer, el juicio contra la madre, tres hijos y la empleada de la familia Vil¨¢-Soldevila, acusados de dar muerte a su esposo y padre, el industrial catal¨¢n Juan Vil¨¢ Carbonell. El fiscal, que mantuvo sus peticiones de m¨¢s de 100 a?os de prisi¨®n en total, reiter¨® su creencia de que fue Marisol Vil¨¢, de 15 a?os, no procesada por ser menor de edad, la autora material del disparo que acab¨® con la vida de su padre el 28 de junio del a?o pasado en Espl¨²s, Huesca, aunque ella lo neg¨® ante el tribunal.
El abogado defensor de la familia Vil¨¢, Jos¨¦ Mar¨ªa Armad¨¢s, apunt¨® en su informe de calificaciones definitivas la posibilidad de plantear la nulidad de actuaciones, al no haberse cumplido el procedimiento que obliga al juez a informar a los acusados de que pueden abstenerse de declarar contra parientes pr¨®ximos.
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El fiscal mantiene que fue Marisol, la hija peque?a, quien dispar¨® contra Juan Vil¨¢ Carbonell
Viene de la primera p¨¢ginaLa Sala de la Audiencia de Huesca, donde tuvo lugar la vista del juicio, estuvo, en todo momento, abarrotada de p¨²blico. Varios centenares de personas tuvieron que quedarse en la calle y se notaron las ausencias incluso en los colegios, hasta el punto de que una emisora local tuvo que hacer un llamamiento a los padres para que controlaran la asistencia a clase de sus hijos.
Al t¨¦rmino de la sesi¨®n vespertina de ayer los encausados fueron subidos al furg¨®n policial entre pitidos y abucheos, dirigidos fundamentalmente a Neus Soldevila por un p¨²blico que todo lo que ha recogido de esta historia son las posibles relaciones extraconyugales de la principal encausada y que el mi¨¦rcoles por la noche no dud¨® en lanzarle imprecaciones soeces cuando abandonaba la Audiencia.
Retrato de la v¨ªctima
Un letrado comentaba que el juicio hubiera ido de muy distinta forma de existir en Espa?a jurados, confiado, quiz¨¢, en el distinto grado de sensibilidad humana en la puerta de una Audiencia o un piso m¨¢s arriba.
Dos peritos forenses, uno de ellos profesor de Medicina legal de la Universidad de Barcelona y el otro siquiatra; dos inspectores de polic¨ªa, que iniciaron las investigaciones, y el encargado de la finca de Espl¨²s, donde Juan Vil¨¢ encontr¨® la muerte mientras dorm¨ªa la siesta, tras haber obligado a su mujer a hacer el amor, seg¨²n declar¨® ¨¦sta, hicieron, en la sesi¨®n de la ma?ana de ayer, un retrato en el que al fallecido no le hubiera gustado reconocerse.
Para los profesores Manuel Rodr¨ªguez y Vicente Merina, que elaboraron su informe despu¨¦s de entrevistarse con cuatro trabajadores que hab¨ªan estado en la empresa de la v¨ªctima entre ocho y diez a?os, el due?o del bar que frecuentaba, el m¨¦dico de la familia y los propios miembros de ¨¦sta, Juan Vil¨¢ era un hombre de personalidad anormal en el l¨ªmite m¨¢ximo, al borde de la enfermedad mental y con un proceso psic¨®tico de car¨¢cter paranoico desde que compr¨® la finca de Espl¨²s y descapitaliz¨® con ello su empresa constructora de Granollers (Barcelona). Las elecciones municipales, que cambiaron el equipo consistorial en esta localidad barcelonesa, supusieron para ¨¦l un aut¨¦ntico mal trago: la nueva corporaci¨®n empez¨® a negarle licencias para construir y ¨¦l comenz¨® a tener un aut¨¦ntico delirio de persecuci¨®n y miedo y aumentar su conducta amenazante, ante lo cual dej¨® de ser el trabajador infatigable a pie de obra, se encerr¨® en su casa, comenz¨® a beber y a tomar Valium 10 e incluso nombr¨® un apoderado, ¨¦l mismo, que jam¨¢s se permiti¨® delegar algo.
Esta creencia de que le persegu¨ªan le hizo empezar a trasladar todos los fines de semana, desde el chal¨¦ de Montmel¨® donde viv¨ªa a la finca de Huesca, todas sus escopetas de cazador, que pasaban las noches cargadas y repartidas por las habitaciones de la familia.
Para quien pensara que su militancia en Fuerza Nueva no llevaba detr¨¢s una mayor carga ideol¨®gica, el profesor Rodr¨ªguez cont¨® que en una ocasi¨®n Juan Vila estuvo a punto de cerrar un ventajoso contrato de ascensores, hasta que su interlocutor hizo un comentario que le delat¨® como simpatizante de un partido de izquierda. Ello llev¨® al constructor a echarle inmediatamente de su despacho y a comprar los ascensores a un precio m¨¢s elevado, pero quiz¨¢ menos contaminante.
El fiscal, Francisco Goyena, aunque al leer su informe de conclusiones definitivas reconoci¨® que "todo lo que se ha dicho malo de ¨¦l es cierto y est¨¢ acreditado", se pregunt¨® si Juan Vil¨¢ no ten¨ªa cosas buenas y calific¨® el informe pericial de tendencioso, hasta el punto de que lleg¨® a acusar a sus autores de "arrimar el ascua a su sardina". Esto hizo que uno de los profesores, que todav¨ªa se encontraba en la sila como espectador saliera de ella, airadamente y manifestara que "la descalificaci¨®n de un perito por tildarle de tendencioso es la ¨²nica arma que tiene un fiscal cuando no puede desmontar las tesis que se le presentan", al tiempo que se preguntaba por qu¨¦ el Ministerio P¨²blico no hab¨ªa pre sentado su propia prueba pericial. Estos argumentos fueron luego reiterados por el defensor de Neus Soldevila y sus tres hijos.
La versi¨®n del fiscal
El fiscal expuso que Juan Vil¨¢ no pod¨ªa ser como se pretend¨ªa porque si no "no entiendo como su mujer est¨¢ en el banquillo de los acusados y no en un cementerio municipal" y present¨® a Neus Soldevila como una mujer con libertad de acci¨®n, que se met¨ªa en negocios a espaldas del marido y que empez¨® a remarcar ante los hijos lo mal que el padre les trataba y a hablar de que, si no se arreglaban sus problemas y sus deudas, tendr¨ªa que suicidarse o "deshacerse de ¨¦l" justamente cuando Juan Vil¨¢ hab¨ªa empezado a levantar cabeza y a poder construir de nuevo en Granollers.
A juicio del Ministerio P¨²blico, Neus Soldevila es la ¨²nica que provoc¨® tensiones en la familia y lleg¨® a inculcar a los hijos la necesidad de matar al padre, cosa a la que ella no se atrevi¨®: fue Mari Nieves, la mayor, la que compr¨® un frasco de ¨¦ter; Luis, uno de los gemelos, el que intent¨® disparar en una ocasi¨®n y Marisol la que, en un acto que se convirti¨® en ritual, "remat¨® la faena", en expresi¨®n del propio fiscal. Este, calific¨® a los chicos como "los cl¨¢sicos s¨²cubos, influenciados por la madre", y explic¨® la participaci¨®n de In¨¦s, la criada como animadora de los actores y participante en los planes de preparaci¨®n del delito.
En su opini¨®n, Marisol empu?¨® el arma, en contra de sus ¨²ltimas declaraciones, no s¨®lo por todo lo que se contradijo ante el tribunal, sino porque "creo que es la m¨¢s decidida, independiente e inteligente", aunque tenga corta edad y "un revestimiento f¨ªsico que nos har¨ªa pensar en una persona de 19 a?os. La autora material huelga", a?adi¨® el fiscal, "porque la participaci¨®n fue de todos y por eso les consideramos autores de un delito de parricidio, con premeditaci¨®n y alevos¨ªa". Para In¨¦s Carazo, la empleada, la calificaci¨®n fiscal fue de asesinato, al no ser pariente de la v¨ªctima.
El abogado de la familia mantuvo que Juan Vil¨¢ fue "el inductor de su propia muerte", y habl¨® de las eximentes de trastorno mental transitorio, estado de necesidad y miedo insuperable, adem¨¢s de mantener al margen de los hechos a la hija de 18 a?os, Mar¨ªa Nieves, para la que pidi¨® la absoluci¨®n, por haberse opuesto a los planes de su madre y hermanos.
Miguel Rodr¨ªguez Beltr¨¢n, defensor de In¨¦s Carazo, que a su juicio debe ser absuelta, puso de relieve las circunstancias econ¨®micas y culturales de ¨¦sta, que llevaba sirviendo desde los 20 a?os -tiene en la actualidad 59-, su paso por casas como las del acad¨¦mico Guillermo D¨ªaz Plaja y su hermana Aurora, en las que nunca tuvo problema alguno, y el hecho de que fuera ella, precisamente, la que contara la verdad a la polic¨ªa, "en el convencimiento de que si no se hab¨ªa enterado de nada ni hab¨ªa hecho cosa alguna, nada le pod¨ªa pasar".
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