Memoria de un siglo
Rosa Chacel tiene tres o cuatro credos que la hacen soportar la vida dif¨ªcil que, a pesar de ser una escritora consagrada, lleva en Espa?a. Rosa Chacel, en primer lugar, subraya su edad de una manera especial. "Yo nac¨ª en Valladolid en el siglo pasado". Con ello parece afirmarse en la herencia de los grandes genios de su primer tiempo, y reafirmarse en la idea de haber vivido un tiempo excepcional, casi un siglo, aferrada al ¨²nico cambio importante -a niveles est¨¦ticos; con Rosa Chacel no es f¨¢cil salirse de este nivel-, que se ha dado en este tiempo.En segundo lugar, la autora de La sinraz¨®n cree en la inteligencia: es consciente de su inteligencia. Y por ¨²ltimo, tiene una fe ciega en su memoria, que la tortura pero que, al mismo tiempo, le permite poner en marcha ese gran edificio novel¨ªstico que tiene tras de s¨ª y que se esfuerza por completar terminando la trilog¨ªa de El Barrio de Maravilla, cuyo primer tomo va por su cuarta edici¨®n.
Rosa Chacel, que regres¨® de un largo exilio para integrarse casi triunfalmente en las letras espa?olas, no ha completado el camino de la consagraci¨®n literaria que merece y que parec¨ªa tener al alcance de la mano. Se le cerr¨® la Academia, no ha tenido suerte con los premios y, sobre todo, se qued¨® s¨®la, lo que a punto estuvo de terminar con su escritura.
Mujer fr¨¢gil pero deliciosamente instalada en una ancianidad llena de vitalismo, vive en un Barrio de Maravillas, es decir tiene el empe?o de hacer la biograf¨ªa de una generaci¨®n, la suya, que, consider¨¢ndose perdida, nos ha dejado muchas m¨¢s huellas que ninguna otra en este siglo. Para bien o para mal, que tales conclusiones todav¨ªa no las tiene escritas.
Lo cierto es que esta escritora del siglo pasado -nadie lo dir¨ªa-, moderna, de prosa transparente, tiene por delante una obra ingente y, sobre todo, ha concluido otra que entra por m¨¦ritos propios en la moderna literatura: La sinraz¨®n, Teresa, Memorias de Leticia Valle, La Confesi¨®n, Estaci¨®n de ida y vuelta (la primera publicada, en 1930) y otros muchos t¨ªtulos.
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