Guillermo Ungo: "El Gobierno salvadore?o no tiene ninguna voluntad de paz"
Guillermo Manuel Ungo, de 50 a?os, es el presidente del Frente Democr¨¢tico Revolucionario de El Salvador, la principal plataforma de oposici¨®n al r¨¦gimen derechista de este pa¨ªs centroamericano. De voz aguda y fuerte temperamento, Ungo es desde 1969 secretario general del Movimiento Nacional Revolucionario (MNR), un partido socialdem¨®crata adscrito desde 1978 a la Internacional Socialista (IS). Miembro de la ef¨ªmera Junta c¨ªvico-militar reformista que sucedi¨® al dictador Humberto Romero desde octubre hasta diciembre de 1979, visita Espa?a a su regreso de la reuni¨®n de la IS celebrada recientemente en Helsinki. En nuestro pa¨ªs se entrevist¨® con Joaqu¨ªn Ortega, subsecretario espa?ol de Asuntos Exteriores; con el ex presidente Adolfo Su¨¢rez, y con Felipe Gonz¨¢lez, secretario general del Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE)."Caracterizar la situaci¨®n en El Salvador exige una serie de precisiones", dice el presidente del FDR. "Mi pa¨ªs sale de unas elecciones de las derechas y para las derechas, sin libertades de ning¨²n tipo, en un contexto represivo donde se persigue y se asesina a las fuerzas democr¨¢ticas y revolucionarias. Dentro de este marco, el resultado ha sido el esperado. La guerra sigue. El Gobierno no tiene voluntad de paz ni de di¨¢logo alguno, rechaza nuestras iniciativas de paz y las de la comunidad internacional".
Las derechas -prosigue el abogado salvadore?o- han recapturado el control de la vida econ¨®mica y pol¨ªtica de nuestro pa¨ªs, y la oligarqu¨ªa pol¨ªtico-militar ha sido restaurada. Comparte su hegemon¨ªa con el Partido de Conciliaci¨®n Nacional (PCN), que ya fue derrocado por ser la ejemplificaci¨®n de la antidemocracia, tras 18 a?os de permanencia en el poder. Tambi¨¦n ha sido legalizado el fascismo de Roberto d'Aubuisson y su partido ARENA".
Para Guillermo Ungo, "estos grupos quieren la paz a trav¨¦s de la guerra, restaurar el antiguo orden y traicionar la proclama del Ej¨¦rcito que en 1979 se levant¨® para derrocar al dictador Romero. A esto hay que a?adir que en la nueva situaci¨®n la Democracia Cristiana juega un papel totalmente subordinado, subalterno y minoritario, sometido a las decisiones de la oligarqu¨ªa y del Gobierno de Washington".
Pregunta. Al paso que llevan los acontecimientos, ?es previsible una ruptura de la Democracia Cristiana con el poder?
Respuesta. Hasta el momento, y pese a las enormes presiones de Estados Unidos, la Democracia Cristiana lo ¨²nico que ha conseguido es que no la boten del poder. En su papel minoritario, est¨¢ haciendo a la vez de Gobierno y de oposici¨®n. Le est¨¢n matando a su gente y lo ¨²nico que hace es pedir casi por favor que no la maten. La DC tiene tres caminos. O someterse a la estrategia fascista y olig¨¢rquica dominante, o bien optar por una convergencia con nosotros, a trav¨¦s de negociaciones, o bien que la echen estrepitosamente.
P. ?Qu¨¦ estar¨ªa dispuesto a hacer el Frente Democr¨¢tico Revolucionario para atraerse a la Democracia Cristiana?
R. Siempre hemos mantenido nuestras ofertas de hallar salidas pac¨ªficas negociadas con otras fuerzas, coincidan o no con nuestros planteamientos. Para lograr un di¨¢logo y un entendimiento con otras fuerzas, el factor decisivo es el Gobierno norteamericano.
Recuerde que El Salvador es el tercer pa¨ªs del mundo en recibir ayuda militar norteamericana per c¨¢pita, despu¨¦s de Israel y Egipto.
En el plan Reagan para el Caribe, la tercera parte de los 110 millones de d¨®lares presupuestados ir¨¢ a El Salvador, de los cuales 35 son de ayuda militar adicional.
Todo ello muestra la debilidad del r¨¦gimen salvadore?o, que es incapaz de derrotar a corto plazo a las fuerzas populares. Estados Unidos, con su ayuda militar, ¨²nicamente prolonga su agon¨ªa. Estados Unidos ha formado a m¨¢s de 1.500 soldados y oficiales en territorio norteamericano, adem¨¢s de los que habitualmente prepara en el canal de Panam¨¢, pero es in¨²til.
"La guerra continuar¨¢"
P. ?Cree, pues, que la guerra continuar¨¢?
R. S¨ª, porque la oligarqu¨ªa, el alto mando del Ej¨¦rcito y la Administraci¨®n Reagan han rechazado sistem¨¢ticamente las iniciativas salvadore?as e internacionales de hallar una paz negociada.
La Administraci¨®n de Ronald Reagan pari¨® un monstruo, el actual esquema de poder en El Salvador, y le ha sucedido lo ni?smo que al Doctor Frankenstein. Quiere que la comunidad internacional diga de ¨¦l que posee un rostro humano a costa de maquillaje.
Adem¨¢s, en Estados Unidos crece la conciencia de que la nuestra es una guerra ajena al pueblo norteamericano.
P. Por parte del FDR-FMLN, ?no cree que ha habido errores de c¨¢lculo sobre las elecciones del 28 de marzo?
R. Las elecciones salvadore?as han creado una ilusi¨®n ¨®ptica entre los votantes. Pero este efecto temporal se desinfla progresivamente. Se ha querido confundir una votaci¨®n supuestamente masiva con unas elecciones en regla. La afluencia a las urnas, en mi pa¨ªs, tiene otra significaci¨®n. Quien no vota es sospechoso, todo sospechoso es por definici¨®n un subversivo, y todo subversivo es reo de muerte. Luego la gente acude a las urnas. Se presentaron las elecciones como el principio de una soluci¨®n y de un arreglo a la guerra. Se habl¨¦ de paz, pero a las urnas no concurr¨ªa ning¨²n partido dispuesto a hacer la paz.
P. ?Es previsible que, una vez en el poder, la derecha salvadore?a adopte alg¨²n comportamiento pol¨ªtico civilizado y democr¨¢tico?
R. Mire usted. Poco antes de la segunda guerra mundial, el Ej¨¦rcito alem¨¢n era muy profesional. Sin embargo, no pudo impedir que la Gestapo impusiera su dictado. No puede civilizarse quien sigue torturando y decapitando a la oposici¨®n.
Un sector mayoritario del Ej¨¦rcito luch¨® en 1979 contra el r¨¦gimen dictatorial del general Romero, b¨¢sicamente con las mismas razones que el Frente Farabundo Mart¨ª para la Liberaci¨®n Nacional. La instituci¨®n que principalmente sufre el actual estado de cosas es la Fuerza Armada. Primero fue la expulsi¨®n del coronel Adolfo Majano, y ahora mismo, le ha llegado el turno al coronel Jaime Abdul Guti¨¦rrez.
P. ?Qu¨¦ ha sucedido con el coronel Guti¨¦rrez?
R. Pronto lo tendr¨¢n ustede s aqu¨ª en Espa?a.
P. ?Por qu¨¦?
R. Pues porque perdi¨® la partida, pidi¨® la baja y ahora est¨¢ en situaci¨®n de disponible en su casa, como Jos¨¦ Napole¨®n Duarte, el dirigente de la Democracia Cristiana. Ahora estudian la posibilidad de enviar a Jaime Abdul Guti¨¦rrez a Espa?a, como agregado militar o a un puesto similar, pero tratan de asegurarse de que no vaya a hablar mal de ellos desde aqu¨ª.
P. En cuanto al coronel Adolfo Majano, ?ser¨ªa posible su incorporaci¨®n a la oposici¨®n democr¨¢tica?
R. Majano est¨¢ desempe?ando un papel positivo y ha vivido una experiencia semejante a la nuestra, independientemente de que, seg¨²n he o¨ªdo, no pertenece ni pretende pertenecer al FDR. S¨ª en el desarrollo de los pr¨®ximos meses contin¨²a corriendo la sangre y reinando la destrucci¨®n en El Salvador, las Fuerzas Armadas llegar¨¢n a conclusiones semejantes a las que lleg¨® Majano cuando protagoniz¨®, con otros, el derrocamiento del general Romero.
P. ?Colaborar¨ªan ustedes en una f¨®rmula como aqu¨¦lla?
R. Se trata de no repetir aquella experiencia. El Ej¨¦rcito debe renunciar a ser el principal factor de poder, cosa que es en El Salvador. Pero, m¨¢s o menos, un tipo de esquema m¨¢s amplio que aqu¨¦l podr¨ªa ser viable. Resulta muy interesante la visita que Majano realiz¨® a Venezuela en la primera quincena de abril. All¨ª fue recibido por el presidente Herrera Campins y se present¨® como intermediario entre el sector institucional del Ej¨¦rcito y el FDR, con el prop¨®sito de lograr un entendimiento entre ambos que incluyera a m¨¢s sectores.
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