Improbable apoyo de EE UU a Espa?a sobre Ceuta y Melilla
El reciente acuerdo suscrito en Washington la pasada semana entre Estados Unidos y Marruecos le proporciona a los americanos una magn¨ªfica base de operaciones para el despliegue de su reci¨¦n creada Fuerza de Intervenci¨®n R¨¢pida (Rapid Deployment Joint Task Force) en caso de crisis en el Oriente Pr¨®ximo o en Africa. Pero, al mismo tiempo, aumentan las dudas existentes sobre un eventual apoyo norteamerlicano a Espa?a en el caso de una intensificaci¨®n de las reivindicaciones marroqu¨ªes sobre Ceuta y Mellilla. El acuerdo, que no fue hecho p¨²blico para no herir las susceptibilidades marroqu¨ªes en un tema tan sensible en la opini¨®n p¨²blica como es la concesi¨®n de instalaciones militares a Estados Unidos, llue firmado por el secretario de Estado, Alexander Haig, y el ministro de Asuntos Exteriores de Rabat, Mohammed Bucetta, el pasado 27 de mayo, pocos d¨ªas despu¨¦s de la visita oficial realizada a la capital norteamericana por el rey Hassan II.Los t¨¦rminos del acuerdo no han sido revelados con detalle, pero, seg¨²n informaciones filtradas en los medios de comunicaci¨®n, Marruecos se compromete a permitir el aterrizaje y reabastecimiento de aviones militares norteamericanos en su territorio en el caso de un conflicto en Oriente Pr¨®ximo o en alg¨²n lugar de Africa. Parece que los aviones militares norteamericanos podr¨¢n hacer uso de la parte internacional del aeropuerto Mohammed V de Casablanca, mientras se acondicionan las instalaciones de la base militar de Sidi Sliman, a 90 kil¨®metros al noreste de Rabat, y p¨¢ra cuyo acondecimiento el ejecutivo va a solicitar al Congreso la cantidad de veinte millones de d¨®lares (unos 2.000 millones de pesetas).
Los americanos conocen bien esas instalaciones, ya que antes de 1963 contaban con bases del Mando A¨¦reo Estrat¨¦gico (SAC) en Nouasseur (Casablanca), Beni Sl?man y Sidi Sliman, as¨ª como una base naval en Kenitra. El acuerdo suscrito en Washington tendr¨¢ una duraci¨®n de seis a?os y ser¨¢ renovado autom¨¢ticamente por per¨ªodos similares a menos que se produzca una denuncia por una de las partes con dos a?os de antelaci¨®n. Aunque funcionarios norteamericanos han subrayado que Washington no facilitar¨¢ ninguna ayuda econ¨®mica o militar adicional a Marruecos por la utilizaci¨®n de estas facilidades, es obvio que Rabat espera un apoyo diplom¨¢tico m¨¢s decidido por parte de Washington en torno al tema del Sahara Occidental.
En caso de conflicto en Oriente Pr¨®ximo, concretamente en la zona del Golfo, m¨¢xima preocupaci¨®n en estos momentos de los estrategas de Washington, Estados Unidos podr¨¢ utilizar las instalaciones marroqu¨ªes para el aterrizaje y reabastecimiento de sus aviones asignados a la Fuerza de Intervenci¨®n R¨¢pida sin tener que preocuparse de una eventual negativa del Gobierno de Madrid en tomo a la utilizaci¨®n de las bases espa?olas. Lajes en las Azores y Sidi Sliman y Casablanca en Marruecos se convertir¨¢n en dos puntos de apoyo clave en caso de conflicto en el Oriente Pr¨®ximo. Washington se ha dado cuenta de la imposibilidad de contar con bases permanentes en los pa¨ªses del Tercer Mundo, y toda su estrategia est¨¢ basada en los momentos actuales en la consecunci¨®n de facilidades de uso temporal en los pa¨ªses que considera amigos en la zona y que van, desde Marruecos en el norte de Africa, a Egipto, Sud¨¢n, Somalia, Jordania y Om¨¢n, en Africa y el Oriente Pr¨®ximo.
La Fuerza de Intervenci¨®n R¨¢pida, cuyo cuartel general est¨¢ instalado en Tampa (Florida), cuenta con unos efectivos cercanos a los 230.000 hombres de los cuatro servicios armados -Ej¨¦rcito, Aire, Marina e Infanter¨ªa de Marina-. Unos 6.500 hombres de esas fuerzas intervinieron a finales del a?o pasado en unas maniobras militares, conocidas como Bright Star 82, en territorio de Egipto, Sud¨¢n, Somalia y Om¨¢n, con la cooperaci¨®n de los Gobiernos de esos pa¨ªses.
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