El Reino Unido muestra su esperanza ante la nueva situaci¨®n pol¨ªtica creada en Buenos Aires
El cambio en la c¨²spide pol¨ªtica argentina, con la ca¨ªda de Leopoldo Galtieri, "da pie a cierta esperanza", declar¨® ayer el titular del Foreign Office, Francis Pym, quien habl¨® tambi¨¦n de un futuro papel para Argentina en las islas Malvinas. Aunque no ha habido a¨²n una declaraci¨®n autorizada argentina sobre el fin de las hostilidades en el Atl¨¢ntico sur, en Londres ya han comenzado a notarse los primeros frutos positivos del cambio: 5.500 prisioneros de guerra deb¨ªan ser ayer repatriados directamente a Argentina en dos barcos brit¨¢nicos.
La confirmaci¨®n de un salvoconducto argentino para el crucero civil Canberra y el transbordador Norland lleg¨® ayer a trav¨¦s del Comit¨¦ Internacional de la Cruz Roja en Ginebra, anunci¨® el Foreign Office. Ambos barcos deb¨ªan dirigirse ayer de Port Stanley a Puerto Madryn, en Argentina. Los brit¨¢nicos han autorizado, por su parte, a los buques hospitales argentinos Bah¨ªa Para¨ªso y Almirante Ir¨ªzar a recoger a sus soldados heridos o enfermos en Port Stanley.Persiste a¨²n la incertidumbre sobre el n¨²mero de prisioneros de guerra en manos de los brit¨¢nicos. Algunas fuentes hablaban ayer de 11.845; otras, de 8.500. Hasta que Argentina no declare un cese formal de las hostilidades, los brit¨¢nicos, acogi¨¦ndose a la Convenci¨®n de Ginebra, retendr¨¢n a algunos prisioneros, principalmente oficiales y regulares. Podr¨ªan ser trasladados a la isla de la Ascensi¨®n o a Gran Breta?a.
Pym rechaz¨® la idea de negociar este cese de hostilidades. "Queremos una simple declaraci¨®n. No queda nada por negociar", se?al¨® Pym en una entrevista concedida al servicio mundial de la BBC, sin duda para consumo argentino Respecto a la situaci¨®n pol¨ªtica argentina previa a la ca¨ªda de Galtieri, Pym opin¨® que "me parece dif¨ªcil imaginar algo peor... Espero que vaya a mejorar, que un nuevo r¨¦gimen llegue a una r¨¢pida conclusi¨®n que sea positiva y que permita que al fin la normalidad vuelva a reinar en la regi¨®n".
Portaeronaves a prueba de Exocet
Si la batalla de Port Stanley pertenece ya al pasado, el conflicto de las Malvinas a¨²n sigue vivo. Mientras buques brit¨¢nicos regresaban muy da?ados de los mares australes, otros tres partieron ayer de Portsmouth, en un ambiente popular cargado con las mismas emociones que en abril. Se trata de los dos, destructores brit¨¢nicos m¨¢s modernos, el Southampton y el Birmingham, y la algo anticuada fragata Rhyl, a los que se unir¨¢n en el mar otras dos embarcaciones.
La Royal Navy estren¨® ayer su tercer portaviones, Illustrious, para la guerra antisubmarina, de 18.00.0 toneladas y 50.000 millones de pesetas de coste, equipado con el sistema de armas Vulcan Phalarix, que cuenta con ca?ones de radar de 3.000 tiros por minuto; ¨²nico, seg¨²n los expertos, que puede hacer frente a los misiles Exocet.
Port Stanley ha cambiado y va a cambiar a¨²n m¨¢s, estimaban ayer los corresponsales de guerra. "Las Falkland son salvajes y remotas, y nos gustan as¨ª", explica una enfermera, "pero han cambiado, porque todo el mundo sabe d¨®nde nos encontramos. Tendremos m¨¢s visitantes". Efectivamente, hablando del desarrollo econ¨®mico del archipi¨¦lago, Pym dijo que se propon¨ªa "aumentar el n¨²mero de habitantes y convertirlos en una amplia comunidad".
Respecto a Argentina, Pym reconoci¨® que tendr¨ªa alg¨²n papel que desempe?ar en el futuro de las Malvinas, "a largo plazo, cuando las heridas est¨¦n cicatrizadas". Pym se refer¨ªa principalmente a cuesti¨®n de transportes. "Pero al final entrar¨¢ dentro del inter¨¦s de los isle?os y de su futuro el restablecer una relaci¨®n normal con Argentina", se?al¨® Pym, en unas palabras que sin duda no han sido bien recibidas ni por los habitantes -de las islas ni por la primera ministra. Margaret Thatcher est¨¢ ultimando los detalles para una investigaci¨®n sobre los acontecimientos que llevaron a la guerra. El examen, en el que participar¨¢n representantes de todos los partidos, se llevar¨¢ a cabo, al parecer, en gran secreto.
Lord Carrington, que dimiti¨® de su cargo al frente del Foreign Office al comienzo de la crisis, ser¨¢ uno de los testigos de esta investigaci¨®n. En una carta a The Times neg¨® ayer que hubiera impedido al ministro de Defensa, John Nott, enviar al Atl¨¢ntico sur un submarino nuclear por considerarlo un gesto demasiado provocativo. El Foreign Office no ten¨ªa ning¨²n comentario que hacer a esta carta.
Un informe detallado de los interrogatorios al capit¨¢n Alfredo Astiz ser¨¢ enviado pr¨®ximamente a los Gobiernos franc¨¦s y sueco, seg¨²n un portavoz del Foreign Office. Astiz, prisionero de guerra tras la reconquista brit¨¢nica de las Georgia del Sur, se neg¨® a contestar a preguntas sobre su supuesta responsabilidad en la desaparici¨®n de dos monjas francesas y una joven sueca en Argentina hace cinco a?os, en 1977.
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