Maestr¨ªa Industrial y F.P.: integraci¨®n ?para qu¨¦?
?Para qu¨¦ la integraci¨®n de los cuerpos de escuelas de Maestr¨ªa Industrial en una formaci¨®n profesional que todav¨ªa no se ha integrado en el sistema educativo ni en la sociedad? ?Para qu¨¦ integrar lo que habr¨¢ que desintegrar? ?Acaso para reintegrar m¨¢s tarde?Lo que verdaderamente preocupa tanto al profesorado como a los alumnos y sus padres no es precisamente la integraci¨®n de los cuerpos docentes cuando, salvo raras excepciones, el alumno de FP es aquel a quien se le han cerrado las puertas del BUP y que, en un amplio porcentaje y sin ¨¢nimo de ofender a nadie, tiene rasgos m¨¢s o menos pronunciados de analfabetismo. Es decir, que no maneja, como debiera de hacerlo a su edad, el lenguaje y las matem¨¢ticas.
Si el plan de estudios del FPI tuviese verdaderamente en cuenta el fracaso escolar que la mayor¨ªa de los alumnos arrastra, se ofrecer¨ªa, antes de nada, un tipo de trabajo de recuperaci¨®n y de aprendizaje de los lenguajes y del desarrollo de la capacidad de abstracci¨®n a la que se debe acceder desde los doce a?os como m¨ªnimo, en vez de la dispersi¨®n en diez (?y hasta trecel) asignaturas a la que se somete al alumno de FP. Lo cual no hace m¨¢s que agravar su mal.
El profesorado, muchas veces pluriempleado, consume gran parte de su energ¨ªa disponible, y de su atenci¨®n, en tareas no educativas.
Es preciso someter a la formaci¨®n profesional a una profunda cr¨ªtica y revisi¨®n junto y dentro de la ense?anza media en funci¨®n de las necesidades de la sociedad. El paro afecta tanto a universitarios como a analfabetos.
El hombre de hoy necesita aprender a utilizar sus manos en talleres de pr¨¢cticas, del mismo modo que necesita formar su cuerpo en clases de educaci¨®n f¨ªsica. Pero la tecnolog¨ªa cada vez m¨¢s abstracta, la informatizaci¨®n con la consiguiente robotizaci¨®n har¨¢n que los "manitas" sean cada vez menos valorados en el mercado de la producci¨®n de bienes y servicios a escala industrial.
Quiz¨¢ el Gobierno de UCD, en la situaci¨®n actual, no quiera afrontar la reforma en profundidad que la situaci¨®n exige y que se viene anunciando por los diferentes ministerios pr¨¢cticamente desde 1975. Pero que, al menos no se preste al juego de estas rid¨ªculas luchas gremiales./
Instituto Polit¨¦cnico de Formaci¨®n Profesional de
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