El general Bignone busca el respaldo de los partidos para iniciar la transici¨®n pol¨ªtica en Argentina

El general Reynaldo Bignone, designado presidente de la Rep¨²blica Argentina el martes por el Ej¨¦rcito de Tierra, pidi¨® ayer al ministro del Interior que le organice una reuni¨®n urgente con los quince partidos pol¨ªticos reconocidos para dialogar con sus dirigentes, exponerles sus intenciones y pedirles el respaldo que le niegan la Fuerza A¨¦rea y la Marina.

Nada m¨¢s conocida la designaci¨®n de Bignone, que, por otra parte, se ha presentado como presidente de un Gobierno de simple transici¨®n hasta los primeros meses de 1984, empezaron a renunciar los oficiales de la Fuerza A¨¦rea y la Marina que ocupaban puestos administrativos y de direcci¨®n pol¨ªtica, consecuentes con las posturas adoptadas oficialmente por sus respectivos cuerpos de negarle el respaldo pol¨ªtico a este presidente impuesto por el Ej¨¦rcito de Tierra.Ayer por la ma?ana, el general Bignone visit¨® a los jefes de la Marina, almirante Anaya, y de la Fuerza A¨¦rea, brigadier Lami Dozo, en un intento de tranquilizar a una naci¨®n cada vez m¨¢s inquieta por la divisi¨®n que se ha producido en la c¨²pula de las fuerzas armadas.

El martes por la noche, tanto la Armada como la Fuerza A¨¦rea emitieron sendos comunicados en los que confirmaban oficial y p¨²blicamente su retirada de la direcci¨®n compartida del pa¨ªs que ven¨ªan asumiendo los jefes de los tres cuerpos desde 1976.

Intransigencia del Ej¨¦rcito

La intransigencia del Ej¨¦rcito de Tierra por designar a un presidente salido de sus filas, que le sit¨²a como causante inmediato de la ruptura del triunvirato militar, fue justificada por portavoces de este ej¨¦rcito por "la imposibilidad de encontrar a un civil no comprometido" y porque "el estatuto del proceso de reorganizaci¨®n nacional con que comenzaron a gobernar en 1976 dispone que presida un general".Portavoces de la Fuerza A¨¦rea se elevaron contra esta interpretaci¨®n del estatuto y dijeron que si bien ¨¦ste dispone que sea un general quien presida, exige al mismo tiempo que su designaci¨®n sea por unanimidad, y que si no se llega a la unanimidad, como fue el caso, que se decidan otros medios para encontrarla.

En realidad, motivos puramente militares parecen estar detr¨¢s de est¨¢ decisi¨®n que ha llevado a una ruptura militar y que el pa¨ªs contempla con gran inquietud. El Ej¨¦rcito de Tierra no tom¨® a bien que se obligase a renunciar a su jefe y representante en la Junta general Leopoldo Galtieri, despu¨¦s del desastre militar de las Malvinas, por entender que las responsabilidades eran compartidas y que deber¨ªan haber renunciado los jefes de los tres ej¨¦rcitos.

El nombramiento de Bignone, sin embargo, no ha suscitado s¨®lo la oposici¨®n de la Fuerza A¨¦rea y la Marina. La Convocatoria Nacional Empresaria (Conae), que fue creada para luchar contra la pol¨ªtica librecambista del ex ministro Mart¨ªnez de la Hoz, emiti¨® un comunicado el martes por la noche en el que afirmaba que "los mismos hombres que nos condujeron a la crisis actual no pueden ser los que dirijan los cambios que se necesitan".

Se refer¨ªan a las intenciones atribuidas al general Bignone en varios sectores de continuar la pol¨ªtica econ¨®mica de Mart¨ªnez de la Hoz, que concita un rechazo universal. Los empresarios agregaban que "hay una perfecta continuidad de camarillas y equipos, pocos y poderosos, que est¨¢n aliados a potencias que atacaron a la Rep¨²blica Argentina".

Mientras que la Multipartidaria, que agrupa a los cinco principales partidos pol¨ªticos argentinos, postergaba ayer, una vez m¨¢s, el documento anunciado sobre la situaci¨®n actual, la mayor¨ªa de los jefes de partidos pol¨ªticos se mostraba ayer esc¨¦ptica ante la capacidad de este Gobierno exclusivo del Ej¨¦rcito de Tierra de sacar al pa¨ªs de la crisis en que vive.

En este ambiente de tensi¨®n, en el que prevalecen los problemas intermilitares, resulta dif¨ªcil imaginar c¨®mo el Gobierno que presente el primero de julio el general Bignone podr¨¢ hacer frente a un aumento del coste de la vida del 8,5%, que ya se anuncia para el pr¨®ximo mes de julio, a los sustanciales aumentos de salarios que solicitan las centrales sindicales y a la creciente frustraci¨®n popular y partidaria ante el aparente destino de tener que soportar irremisiblemente a un Gobierno militar tras otro.