Inquietud en los medios de la OTAN

Inquietud ante la pol¨ªtica que pueda desarrollar el nuevo secretario de Estado norteamericano, George Shultz, en relaci¨®n con sus aliados europeos y, muy especialmente, en las negociaciones para el control y reducci¨®n de armamento nuclear, tanto el de alcance medio o de teatro europeo (INF) como el estrat¨¦gico (STAR), era ayer la reacci¨®n dominante en medios diplom¨¢ticos de la OTAN.Fuentes oficiosas se?alaron que Shultz fue el encargado de preparar la cumbre de Versalles y la visita del presidente Ronald Reagan a Europa occidental, que tan pocos resultados ha tenido desde el punto de vista europeo. Sin embargo, esta gira de preparaci¨®n permiti¨® a Shultz establecer un contacto con los m¨¢ximos responsables de la pol¨ªtica francesa o de la RFA y auscultar su estado de ¨¢nimo.

Otros medios -siempre oficiosos- se?alaron que la importancia de la dimisi¨®n de Alexander Haig no podr¨¢ ser valorada hasta comprobar en la pr¨¢ctica si la pol¨ªtica exterior norteamericana experimenta un giro o se mantiene dentro de unos ciertos l¨ªmites de continuidad. Para los aliados europeos el objetivo esencial es asegurar que Washington respete los compromisos de Haig, seg¨²n los cuales EE UU mantendr¨ªa una estrecha pol¨ªtica de consultas en la OTAN antes de adoptar ninguna decisi¨®n con repercusiones en Europa occidental.

El gasoducto siberiano

El compromiso de Haig qued¨® roto la pasada semana cuando el presidente Reagan decidi¨®, unilateralmente, prohibir el uso de patentes norteamericanas en la construcci¨®n del gaseoducto siberiano, siguiendo los consejos del secretario de Defensa, Caspar Weinberger, y contra la opini¨®n del entonces secretario de Estado, para quien la participaci¨®n europea en la construcci¨®n de dicho gaseoducto, sin ser conveniente, no merec¨ªa la pena que ocasionara una crisis de confianza transatl¨¢ntica.La inmediata reacci¨®n del secretario general de la OTAN, Joseph Luns, quien pocos minutos despu¨¦s de conocerse la dimisi¨®n .de Haig hizo un canto a su labor en el seno de la OTAN y resalt¨® su "profundo conocimiento de la realidad europea", era ayer compartida en todos los medios diplom¨¢ticos aliados consultados. Haig, pese a su car¨¢cter extremadamente vivo, era un viejo conocido de los europeos y ejerc¨ªa una cierta labor de moderaci¨®n en el seno de la Casa Blanca. Especial preocupaci¨®n causaba en dichos medios las explicaciones que ha proporcionado el propio Haig sobre su dimisi¨®n: abandono de los principios de claridad y firmeza como ejes de la pol¨ªtica exterior norteamericana. Los europeos temen como la peste dos caracter¨ªsticas cl¨¢sicas de la anterior Administraci¨®n de Carter: colocar a. sus aliados frente a hechos consumados y variar de posici¨®n incansablemente.