Militares y pol¨ªticos argentinos buscan una salida airosa al desastre final de las Malvinas
Militares y pol¨ªticos argentinos dan la impresi¨®n estos d¨ªas de discutir la manera de salir del desastroso episodio de la guerra de las Malvinas. El pueblo argentino y la opini¨®n p¨²blica lo que reclaman, por el contrario, es nada m¨¢s y nada menos que dar por concluida una etapa de la historia que comenz¨® el 6 de septiembre de 1930, cuando los militares sustituyeron por primera vez en este siglo a los poderes civiles y constitucionales.
Aunque las comparaciones son siempre desafortunadas, el estado de ¨¢nimo que se percibe en la poblaci¨®n es parecido al del pueblo espa?ol en los meses que precedieron a la muerte de Franco, o al del griego poco antes de la ca¨ªda de los coroneles de 1974. Alguien dec¨ªa ayer en Buenos Aires: "Se?ores, ev¨ªtennos mayores oprobios. Lo que est¨¢ en juego no es un simple episodio b¨¦lico, aunque sea tan desastroso como el de las Malvinas"."Est¨¢ la destrucci¨®n de la econom¨ªa, la pauperizaci¨®n de un pa¨ªs que en 1930 ocupaba el lugar cuarto o quinto en la escala mundial y que hoy ha pasado a ocupar el puesto quincuag¨¦simo. Lo que deben entender todos, militares y pol¨ªticos, se a?ad¨ªa, es que este pa¨ªs ya no soporta m¨¢s que la naci¨®n sea dirigida como se dirige un cuartel, y lo que se quiere es democracia de verdad y no simples elecciones ahora que no existen l¨ªderes pol¨ªticos y que s¨®lo llevar¨ªan a un continuismo disfrazado".
Las dificultades, sin embargo, se acumulan a medida que pasan los d¨ªas y se llega al convencimiento de que se van a escamotear las responsabilidades por el desastre militar, por los desaparecidos o muertos en los siete ¨²ltimos a?os, por los prisioneros pol¨ªticos que siguen detenidos en espera de juicio, desde hace tambi¨¦n siete a?os, como es el caso de un periodista liberado hace unos d¨ªas, por los m¨¢s de 2.000 muertos y 3.000 des aparecidos en las Malvinas, y, por supuesto, por la bancarrota econ¨®mica gr¨¢ficamente expresada en el dato aplastante de una deuda exterior equivalente a 1.321 d¨®lares por habitante.
A lo largo de estos ¨²ltimos d¨ªas han circulado rumores de disensiones en el seno del Ej¨¦rcito, desmentidas ayer por un oficial de ese cuerpo, quien a?adi¨® que los rumores tienden a debilitar la posici¨®n del presidente designado; tales rumores alcanzaban a la Marina y a la Fuerza A¨¦rea. No es menos cierto, sin embargo, que el general Del¨ªa Larroca fue arrestado por el comandante en jefe del Ej¨¦rcito, Cristino Nicolaides, por "haber criticado en tono subido la conducci¨®n de la guerra de las Malvinas".
Sin embargo, las cr¨ªticas, por el momento veladas pero impunes, surgen en otros cuerpos. El constralmirante Horacio Sariategui, comandante del ¨¢rea naval austral, dijo, al dar la bienvenida a los infantes del quinto batall¨®n de Infanter¨ªa de Marina que combati¨® en las Malvinas, que "este batall¨®n no entreg¨® una sola arma sana al enemigo. Se rindi¨® porque le dieron la orden, pero mantuvo hasta el ¨²ltimo momento su organizaci¨®n y su comandante permaneci¨® en su puesto hasta que el ¨²ltimo hombre pudo retirarse".
Unas cuatrocientas personas, entre ellas 160 abogados y el premio Nobel de la Paz Adolfo P¨¦rez Esquivel, solicitaron al tribunal de lo contencioso administrativo el levantamiento del estado de sitio. El presidente designado, general Reynaldo Bignone, dijo el otro d¨ªa a los pol¨ªticos que no se pod¨ªa comprometer todav¨ªa a levantarlo. Fue impuesto el 6 de noviembre de 1974 por Mar¨ªa Estela Mart¨ªnez de Per¨®n. La Junta Militar lo mantuvo cuando la derroc¨® en 1976.
Los firmantes de la petici¨®n consideran que el mantenimiento indefinido del r¨¦gimen de estado de sitio es anticonstitucional y agregan que "al fin y al cabo el estado de sitio se decreta para proteger a la Constituci¨®n y a los poderes establecidos conforme a ella".
La opini¨®n que prevalece en Buenos Aires en estos d¨ªas confusos es que si los pol¨ªticos, y sobre todo los militares, no saben estar a la altura del momento hist¨®rico que se vive, el pa¨ªs entero conocer¨¢ grandes quebrantos.
Entre tanto, el presidente designado, Reynaldo Bignone, asumir¨¢ el poder el pr¨®ximo jueves a las once de la ma?ana.
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