Cinismo a ultranza
Se?or usuario del metro: ha sido usted juzgado y condenado por la santa entidad. ?Su delito? Solidaridad. A nadie perjudicaban los revendedores de tickets con su negocio; ni siquiera a usted que, antes de que aparecieran, los compraba tambi¨¦n en tacos de diez para ahorrarse 35 pesetas. No le excusa la cesi¨®n voluntaria de ese dinero en favor de los que, v¨ªctimas de un sistema social anacr¨®nico e injusto, le ofrec¨ªan el ticket suelto por su precio normal en taquilla, lo que reportaba al revendedor un peque?o beneficio. Tampoco le excusa, se?or usuario, el hecho de que ese dinero, con el que contribu¨ªa a aliviar necesidades perentorias, fuera totalmente suyo. Su delito, se ?or, su grave delito en los tiempos que vivimos no es espec¨ªficamente ese dinerillo, sino su significado: el terrible pecado de ser solidario con quienes son m¨¢s desafortunados que usted. Eso es lo que se castiga. En una sociedad en v¨ªas de total deshumanizaci¨®n como la nuestra, puesta en marcha y dirigida por economistas y pol¨ªticos de mente metalizada, y cuyo lema parece ser: "Que se jodan los pobres", no se pueden tolerar debilidades como la que usted ha tenido, y debe reconocer que merece un castigo ejemplar, junto con esos descarados rebeldes que se empe?an en seguir con los panta lones puestos.
Por eso, por cooperar con ellos tratando de ayudarlos en su delicada y dif¨ªcil situaci¨®n, el metro, que lo considera a usted tambi¨¦n jodible a corto o medio plazo, le da un empujoncillo hacia tal destino, conden¨¢ndolo a pagar 240 pesetas por el taco que antes le costaba 215, y 360 pesetas por el de ?da y vuelta, que antes adquir¨ªa en taquilla por 320. Le aconsejo que vaya asimilando el lema que priva en las alturas, p'or si alg¨²n d¨ªa -ojal¨¢ no le llegue- ingresa usted tambi¨¦n en la cofrad¨ªa de los parados.
El metro, con la anuencia y bendici¨®n de la Junta Provincial de Precios, lo ha juzgado y condenado a usted con el mayor de los cinismos, que ni siquiera han intentado disimular. ?Cabe mayor desverg¨¹enza?/
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