El general Paredes consolida su 'golpe palaciego' para sanear la Administraci¨®n paname?a

El comandante en jefe de la Guardia Nacional paname?a general Rub¨¦n Dar¨ªo Paredes, emerge como hombre fuerte de su pa¨ªs, heredero de Omar Torrijos, tras la "renuncia irrevocable" del presidente Ar¨ªstides Royo "por motivos de salud". El relevo presidencial tiene todas las caracter¨ªsticas de un golpe desde dentro del sistema. Un dirigente del torrijista Partido Revolucionario Democr¨¢tico (PRD) manifest¨® a EL PAIS que la ¨²nica salud que Royo ten¨ªa quebrantada era la salud pol¨ªtica.

El jefe de la Guardia, que para esta operaci¨®n cont¨® con el apoyo del alto mando y los dirigentes del partido oficial, trata de sanear todo el aparato administrativo del Estado, sacudido durante los ¨²ltimos meses por pleitos de corrupci¨®n y malversaci¨®n de fondos.El objetivo final es lavar la imagen del PRD, colocando en el Gobierno a sus hombres m¨¢s honestos con vistas a las pr¨®ximas elecciones, que deben celebrarse en 1984, aunque en alguna ocasi¨®n el propio general Paredes ha exteriorizado su deseo de que sean adelantadas.

El nuevo presidente, Ricardo de la Espriella, un financiero liberal que es amigo del general Paredes, anunci¨® despu¨¦s de jurar su cargo que se mantendr¨¢ fiel al ideal torrijista y que garantizar¨¢ unas elecciones limpias en 1984. Dirigentes del partido gubernamental aseguran que no ser¨¢ anticipado el calendario electoral.

Las primeras medidas del nuevo Gobierno no han sido anunciadas por el presidente, sino por el comandante en jefe de la Guardia Nacional. Para que no haya duda sobre qui¨¦n manda en el pa¨ªs ha sido el alto mando de la Guardia quien ha pedido la dimisi¨®n de todos los ministros, altos funcionarios, embajadores, c¨®nsules, gobernadores y alcaldes. "Unos ser¨¢n confirmados y otros reemplazados", dijo Paredes.

En esta gran operaci¨®n de saneamiento del Estado, el general Paredes no dej¨® t¨ªtere con cabeza. Cuatro directivos de la Caja del Seguro Social, a los que un informe oficial acusa de fraude por valor de varios millones de d¨®lares, han ingresado directamente en prisi¨®n. Seg¨²n informaciones facilitadas a este peri¨®dico, entre los encarcelados estar¨ªan el doctor F¨¢bregas, el doctor D¨ªaz y el licenciado Arozamena.

El jefe de la Guardia anunci¨®, en ¨²ltima instancia, el cierre durante una semana de todos los peri¨®dicos, incluidos los del Gobierno, para lograr un "adecentamiento" de la labor informativa, demasiado salpicada de insultos personales. Soldados de la guardia desalojaron el mismo viernes las sedes de los diarios. El nuevo equipo del Gobierno se reunir¨¢ con sus propietarios para fijar normas de comportamiento. La prohibici¨®n no afecta a los informativos de televisi¨®n y radio, ni a las agencias internacionales de noticias, a las que el general pidi¨® que "escriban positivo".

Despu¨¦s de este golpe incruento, que supone el relevo de todo el aparato estatal, el general Paredes se confirma como el sucesor de, Torrijos y ¨²nico int¨¦rprete de sus planes pol¨ªticos. De hecho es ya su indiscutido sucesor, aunque no ejerza formalmente la presidencia, algo que ya el propio Torrijos practic¨® desde 1978 hasta su muerte.

Entre las medidas anunciadas por Paredes figuran el nombramiento de un miembro de la oposici¨®n para el tribunal electoral y la designaci¨®n de un "equipo de notables" para modificar la Constituci¨®n, de forma que toda la asamblea legislativa pueda ser elegida por voto directo en 1984. Seg¨²n el sistema vigente, s¨®lo un tercio de la asamblea saldr¨ªa de unos comicios generales y el resto ser¨ªa elegido seg¨²n un esquema de tipo corporativo.

Como una contribuci¨®n m¨¢s a la leyenda personal de Paredes est¨¢ el hecho de que apenas en unas horas llegase a un acuerdo con los maestros, que est¨¢n en huelga desde hace un mes y que d¨ªas atr¨¢s pidieron, precisamente, la destituci¨®n de Royo.

Este ¨²ltimo ha asegurado que permanecer¨¢ en Panam¨¢ y que se incorporar¨¢ al PRD como militante. Asegur¨® por televisi¨®n que padec¨ªa una afecci¨®n cr¨®nica de garganta que le obliga a un reposo absoluto de las cuerdas vocales.