La experiencia actual
La inquietud entre cient¨ªficos y t¨¦cnicos mediterr¨¢neos ante la frecuente presencia de microorganismos fecales en las aguas costeras mediterr¨¢neas, junto con el vertido al mar de aguas residuales urbanas e industriales sin tratamiento previo alguno, constituye el punto de partida del Plan de Acci¨®n del Mediterr¨¢neo, que, coordinado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se estableci¨® en Barcelona en 1976.La valoraci¨®n de la calidad sanitaria de un agua costera reposa actualmente en la determinaci¨®n anal¨ªtica de diversos organismos indicadores de contaminaci¨®n fecal, cuya representatividad y t¨¦cnicas de identificaci¨®n no son compartidas por' todos los que trabajan en este campo. Los trabajos realizados sobre estos aspectos en el ¨¢rea mediterr¨¢nea han puesto de manifiesto precisamente la necesidad de establecer estrategias de trabajo que aseguren la obtenci¨®n de resultados anal¨ªticos fiables y comparables entre los diversos centros de vigilancia.
Todav¨ªa m¨¢s importante si cabe que las t¨¦cnicas anal¨ªticas utilizadas aparecen las normas de calidad establecidas por los Estados mediterr¨¢neos y las organizaciones internacionales. La naturaleza de los criterios de calidad en que se basan estas normas es un aspecto crucial a tener en cuenta cuando se trata de interpretar los datos experimentales recogidos en una playa. A este respecto, hay que se?alar que tanto las normas de calidad aplicables en Espa?a como las normas recomendadas por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS), as¨ª como las normas de la Comunidad Econ¨®mica Europea (CEE), carecen de un fundamento cient¨ªfico que relacione la calidad del agua con los posibles efectos en la salud p¨²blica. Los estudios realizados en diversos pa¨ªses del mundo durante los ¨²ltimos treinta a?os no han permitido establecer de forma definitiva una relaci¨®n de este tipo, en raz¨®n, fundamentalmente, de la complejidad del fen¨®meno y de la reducida atenci¨®n que se le ha dedicado. En consecuencia, las normas de calidad se basan esencialmente en consideraciones de medicina preventiva y de viabilidad t¨¦cnica.
Es precisamente dentro de este contexto de avance y desarrollo de t¨¦cnicas anal¨ªticas y criterios de interpretaci¨®n donde se enmarcan los estudios llevados a cabo en Espa?a desde 1977. Los informes anuales que desde 1979 se han venido elaborando por el Ministerio de Sanidad y los departamentos de Sanidad de los Gobiernos aut¨®nomos representan una valoraci¨®n sistem¨¢tica de las tendencias en la calidad de las aguas costeras, a fin de conseguir mayor capacidad interpretativa de los resultados y mayor eficacia de los recursos.
Pero los estudios e investigaciones realizados con motivo de la participaci¨®n espa?ola en el Plan de Acci¨®n del Mediterr¨¢neo han permitido, adem¨¢s, establecer conocimientos cient¨ªficos y principios t¨¦cnicos de gran utilidad para la gesti¨®n de la calidad sanitaria de las aguas costeras. En primer lugar, la problem¨¢tica espa?ola a este respecto podr¨ªa esquematizarse, de una parte, por un reducido n¨²mero de ¨¢reas conflictivas, conjunci¨®n de grandes n¨²cleos de poblaci¨®n y actividades industriales, y cuyas ¨¢reas pr¨®ximas no tienen generalmente utilizaci¨®n balnearia, y de otra parte, por un considerable n¨²mero de peque?as poblaciones costeras de gran vocaci¨®n tur¨ªstica y balnearia, en las que el vertido inadecuado de sus propias aguas residuales deteriora la calidad de sus aguas costeras.
La gesti¨®n de las instalaciones de tratamiento y vertido de las aguas residuales no goza generalmente de una planificaci¨®n y una atenci¨®n t¨¦cnica que aseguren el mantenimiento y mejora de la calidad de: las aguas costeras, debido en muchos casos a la ausencia de un mantenimiento sistem¨¢tico y de una explotaci¨®n adecuada de las instalaciones. Este es, tal vez, el aspecto que mejor documentan los informes anuales elaborados hasta ahora: el ligero cambio experimentado por la calidad sanitaria de las aguas costeras durante los ¨²ltimos cuatro a?os.
La calidad sanitaria de las aguas costeras muestra una variabilidad temporal muy similar entre zonas costeras diferentes. El estudio que: actualmente se realiza de los datos recogidos por los catorce Estados mediterr¨¢neos durante los cuatro a?os que ha durado la primera fase del plan de acci¨®n, seg¨²n la t¨¦cnica interpretativa desarrollada en las zonas costeras espa?olas, puede aportar datos de gran inter¨¦s para la elaboraci¨®n de normas de calidad, a la vez que aclarar, por ejemplo, el car¨¢cter tan restrictivo que encierra la aplicaci¨®n textual de las normas de la CEE, como han apuntado ya los estudios espa?oles.
Existe una problem¨¢tica sanitaria real entre los ba?istas de aguas costeras. Estudios epidemiol¨®gicos realizados en 1979 por la Subdirecci¨®n. General de Sanidad Ambiental pusieron de manifiesto la existencia de afecciones de la piel, los ojos y los o¨ªdos como las m¨¢s frecuentes entre los ba?istas, con tasas de morbilidad que oscilaban entre el 1 % y el 2%. A pesar de que estas afecciones; no revisten generalmente gravedad, no por ello dejan de tener una repercusi¨®n real en la calidad, de vida de las poblaciones.
Aunque en presencia de una mejor calidad sanitaria de las aguas costeras se observa una menor incidencia general sobre la salud p¨²blica, los datos disponibles no han permitido obtener una relaci¨®n precisa de causa a efecto entre la calidad del agua y su incidencia sobre la salud de los ba?istas. Dentro del contexto de despreocupaci¨®n y escepticismo con que se considera esta problem¨¢tica en muchos pa¨ªses, hay que destacar el renovado enfoque preventivo con que muchos consideran el recreo en aguas costeras, y reflejado en la incontestable observaci¨®n de que la mejora en la calidad e higiene de los alimentos y del agua de abastecimiento ha contribuido, m¨¢s que ning¨²n otro factor, al notable aumento de las expectativas de vida en el presente siglo. El contacto directo con aguas contaminadas durante el ba?o no es, obviamente, un hecho congruente con una actitud moderna de higiene y de medicina preventiva.
A las experiencias obtenidas a nivel mediterr¨¢neo habr¨ªa que a?adir las numerosas conclusiones cr¨ªticas obtenidas por pa¨ªses que con su gran potencial econ¨®mico se comprometieron durante la ¨²ltima d¨¦cada en ambiciosos objetivos ambientales y planes de saneamiento: los extraordinarios recursos econ¨®micos invertidos y los limitados beneficios conseguidos a trav¨¦s de una aplicaci¨®n intensiva de tecnolog¨ªa y de criterios unificados y restrictivos de los efluentes les han llevado a replantearse la utilidad de soluciones m¨¢s flexibles y acordes con los recursos personales y t¨¦cnicos de cada municipio.
La calidad sanitaria de nuestras aguas costeras deber¨ªa beneficiarse de la valiosa experiencia de pa¨ªses con m¨¢s medios econ¨®micos y realizaciones ambientales que nosotros, as¨ª como de los trabajos realizados a nivel del Mediterr¨¢neo, en los que Espa?a ha tenido una apreciable contribuci¨®n. Aunque todav¨ªa quedan aspectos por conocer en este campo, se dispone ya de principios y medios t¨¦cnicos adecuados para mejorar a corto plazo la calidad de nuestras aguas costeras a cambio de recursos econ¨®micos razonables.
Pi¨¦nsese, por ¨²ltimo, que la calidad sanitaria de un agua costera constituye uno de los componentes determinantes del atractivo que para el futuro visitante despiertan nuestras costas. No deber¨ªa ser, pues, una sorpresa el que Gobiernos y organizaciones privadas de otros pa¨ªses hayan iniciado la estrategia de documentar, con garant¨ªas nacionales o internacionales, la calidad sanitaria de sus aguas costeras, al igual que ya se hace en sectores como el hotelero y la restauraci¨®n. Es un desaf¨ªo real que nuestras zonas costeras no deber¨ªan tener mayores dificultades en superar si se cuenta con la motivaci¨®n y la eficacia t¨¦cnica suficiente.
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