La regionalizaci¨®n no amenaza a la unidad de Francia", afirma Gast¨®n Defferre ministro del Interior
Como el presidente, su ministro del Interior pas¨® por cinco carteras durante la IV Rep¨²blica (Mitterrand, por once), y conoce todos los entresijos del oficio.Pregunta. En el pa¨ªs considerado como el m¨¢s centralista del mundo, ?qu¨¦ significa para usted la descentralizaci¨®n?
Respuesta. Francia era un pa¨ªs muy centralizado que se ha centralizado m¨¢s y m¨¢s. Desde Colbert, Napole¨®n, Vichy, etc¨¦tera, viv¨ªamos en un sistema en el que todo depend¨ªa de Par¨ªs, tanto para las cuestiones administrativas como para las empresas. Por eso, yo le propuse al Gobierno leyes que, en lo sucesivo, les pern¨²tir¨¢n a los alcaldes y a los presidentes de las asambleas departamentales, y regionales decidir m¨¢s r¨¢pidamente y, en consecuencia, ganar mucho tiempo y mucho dinero. Los alcaldes, a priori, no sufrir¨¢n ninguna tutela.
Por lo que se refiere a los prefectos, es decir, a los representantes del Estado en los departamentos, ya no son el ejecutivo departamental. Pero la reforma les concede la responsabilidad de todos los_servicios ministeriales ubicados. en el departamento y, sobre los cu¨¢les no ejerc¨ªan autoridad alguna precedentemente. Yo les he dado a los prefectos poderes m¨¢s amplios que antes: son los poderes del Estado. En lo sucesivo, cuando haya que abordar un asunto, podr¨¢ hacerse sobre el terreno, sin enviarlo a Par¨ªs, a trav¨¦s del prefecto como representante del Estado y del alcalde o de los presidentes, regional o departamental.
P. Esta descentralizaci¨®n, en , un mundo cada vez m¨¢s interdependiente, con una econom¨ªa que se mundializa progresivamente, ?no resulta un poco contradictoria?
R. De ninguna manera, Los asuntos administrativos de los municipios, de los departamentos y de las regiones, se resuelven en el plano nacional, pero es preferible que no suban a Par¨ªs. Esto ahorra tiempo y dinero. Por lo que toca a los problemas econ¨®micos, la mayor¨ªa se resolver¨¢n sobre el terreno. No hay contradicci¨®n pues.
'Los desequilbrios regionales no se acentuar¨¢n'
P. Pero sus adversarios dicen que todo esto, a largo plazo, amonaza la unidad de la Rep¨²blica.
R. No, de ninguna manera. Por el contrario, eso la refuerza, porque la unidad de la Rep¨²blica est¨¢ amenazada por las protestas y las rebeliones, a veces, de los habitantes de ciertas regiones a las que no se les da bastante derecho de expresi¨®n ni bastante libertad. En lo sucesivo, los motivos que ten¨ªan para rebelarse desaparecen. Podr¨¢n obrar y expresarse libremente.
P. En una gira por provincias, en v¨ªsperas del 10 de mayo ¨²ltimo, yo mismo comprob¨¦, al computar las respuestas de las 217 personas interrogadas, que casi nadie manifiesta gran inter¨¦s por estas cuestiones de la descentralizaci¨®n.
R. Porque el gran p¨²blico a¨²n no conoce el problema. De momento, se mantiene a escala de representantes electos, y de administrativos. El gran p¨²blico no tiene conciencia, verdaderamente, de que la descentralizaci¨®n ser¨¢, al mismo tiempo, una descentralizaci¨®n econ¨®mica y cultural
P. A prop¨®sito, ?gozar¨¢n las alcald¨ªas, los departamentos y las regiones de competencias bien definidas y de fuentes econ¨®micas?
R. S¨ª, habr¨¢ transferencias de cr¨¦ditos y de fiscalidad. La ley lo prev¨¦ as¨ª.
P. ?No se acentuar¨¢n los desequilibrios regionales?
R. No, porque habr¨¢ un reparto regional equitativo y, en consecuencia, no creo que puedan acentuarse esos desequilibrios.
P. En lo sucesivo, ?los franceses podr¨¢n protestar a nivel del municipio, del departamento y de la regi¨®n, conlleva todo esto un exceso de politizacil¨®n del poder econ¨®mico?
R. Nada de eso, sino lo contrario. En la alcald¨ªa, ya los electores pueden dirigirse al alcalde o a los consejeros generales o a sus adjuntos. Y ahora, en un departamento, podr¨¢n acudir a un personaje m¨¢s importante, incluso a un ministro. Podr¨¢n tener acceso al entorno de sus representantes electos. Todo ser¨¢, mucho mejor.
P. ?No existe una cierta contradieci¨®n entre la descentralizaci¨®n y la tendencia planificadora de los socialistas?
R. No, porque habr¨¢ un plan nacional que ser¨¢ establecido tras consultas con las regiones. Y habr¨¢ planes regionales absolutamente coordinados.
'Espero responder a los deseos de corsos y vascos'
P. La experiencia autonomista espa?ola de los ¨²ltimos a?os, ?le ha servido de algo.
R. No. Cada pa¨ªs tiene sus tradiciones, sus caracter¨ªsticas, y no se puede trasvasar de un pa¨ªs a otro lo que se hace.
P. Esta descentralizaci¨®n se sit¨²a, sobre todo, en el terreno administrativo...
R. Eso de momento, pero yo deseo que se establezca en el plano econ¨®mico y, sobre todo, en el terreno cultural.
P. ?Y cree usted que eso va a satisfacer los casos m¨¢s espec¨ªficos, como el corso y el vasco?
R. Para los corsos, he hecho votar un Estatuto particular que les da m¨¢s poder que a las otras regiones. Y a los vascos, tras enviar una comisis¨¢n ministerial, les he comunicado a los representantes electos las conclusiones obtenidas. En cualquier caso, espero responder a los deseos de los. corsos y vascos.
P. Los autonomistas corsos dicen que su Estatuto no resuelve los problemas fundamentales.
R. Por ahora es un gran progreso respecto a lo que se hizo anteriormente. Y pienso, por ello, que la asamblea que se elegir¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 8 tendr¨¢ mucho trabajo y podr¨¢ solucionar muchos problemas que nunca lo hab¨ªan sido hasta ahora.
P. Uno de sus objetivos, con el estatuto, es el de devolverle la paz civil a C¨¢rcega, es decir, de acabar con los atentados del FLNC separatista y clandestino. Pero los atentados contin¨²an.
R. Son atentados menores, sin heridos o con pocos. Lo que ocurre ahora es mucho menos grave que lo que suced¨ªa antes de que nosotros lleg¨¢semos al Gobierno.
P. Pero el FLNC no participa en las elecciones y piensa continuar, su lucha por la independencia.
R. Ya lo veremos. Si todas las dem¨¢s categor¨ªas corsas son favorables a la reforma votada, que ser¨¢ aplicada, eI FLNC se encontrar¨¢ solo, y ya veremos lo que pasar¨¢.
P. Volviendo a los vascos, ?cu¨¢l es la raz¨®n profunda que le ha inducido a rechazar el departamento que desean?
R. Porque los vascos franceses no son numerosos. No est¨¢n concentrados en un solo lugar.Y hab¨ªa cosas que hacer, ahora, inmediatamente. Es Io que yo he propuesto que se haga.
P. Hace un a?o aproximadamente usted calific¨® a los clandestinos vascos espa?oles de militantes pol¨ªticos. ?No cree que los miembros del FLNC pueden considerarse tambi¨¦n as¨ª?
R. Son cosas completamente diferentes. E incluso, por lo que concierne a los corsos, ya he respondido. Lea usted el texto y ya ver¨¢.
P. Y si contin¨²an con sus atentados. ?Qu¨¦ har¨¢ usted?
R. Ya veremos. Yo no le dir¨¦ a usted lo que voy a hacer.
P. En un contexto m¨¢s general, eso que se denomina Estado naci¨®n se enfrenta a dos problemas: el renacimiento de las culturas regionales o de los nacionalismos y la creaci¨®n de grandes espacios, como la Comunidad Europea. Al mismo tiempo, la crisis econ¨®mica se agudiza, y esto refuerza de nuevo el poder del Estado-naci¨®n. ?C¨®mo ve usted el futuro de ese Estado-naci¨®n?
R. Las naciones existen. Los Estados existen. De ninguna manera es cuesti¨®n de suprimirlos. Lo que hace falta es dar m¨¢s posibilidades de expresi¨®n y de acci¨®n a las regiones. Por lo que toca a la situaci¨®n internacional y a Europa, se trata de problemas completamente diferentes, y que no est¨¢n en contradicci¨®n con el desarrollo de la descentralizaci¨®n en favor de los municipios, regiones y departamentos, porque no se trata de las mismas cosas, por lo dem¨¢s, es indudable nuestro inter¨¦s por que Europa se desarrolle, sobre todo, frente a Estados Unidos, que en este momento, econ¨®micamente, conduce una pol¨ªtica antieuropea. La CEE representa un volumen de intercambios, como usted sabe, que es extremadamente importante y que no se sit¨²a en el marco municipal, departamental o regional.
'No hablo del Pa¨ªs Vasco espa?ol'
P. Pero, ?en esta situaci¨®n concibe usted, hoy, la independencia de regiones como C¨®rcega o como el Pa¨ªs Vasco espa?ol?
R. Yo no hablo de independencia. Yo no hablo del. Pa¨ªs Vasdo espa?ol. Lo que ocurre en el Pa¨ªs Vasco espa?ol do me concierne.
P. Perm¨ªtame una cuesti¨®n simplemente sobre las relaciones franco-espa?olas. ?Tras el viaje del presidente Mitterrand, ha mejorado la colaboraci¨®n entre usted y los espa?oles por lo tocante al problema vasco?
R. Yo creo que s¨ª. En cualquier caso no quiero hablar de ese problema. Diga lo que diga, en Espa?a puede provovar cr¨ªticas. En consecuencia no quiero hablar, pero pienso que la visita de Mitterrand ha mejorado, las relaciones entre los dos pa¨ªses.
P. A prop¨®sito del terrorismo internacional, dijo usted el otro d¨ªa que tem¨ªa m¨¢s atentados contra la democracia francesa y contra otras democracias vecinas. Usted, ministro del Interior, debe tener razones para decir eso.
R. No, dir¨¦ ni una palabra m¨¢s.
P. Pero confirma, al menos, que ese peligro existe.
R. S¨ª, existe, incluso si los israel¨ªes firman la paz con L¨ªbano. Si se firma la paz con la OLP habr¨¢ a¨²n atentados. Si los israel¨ªes firman la paz con la OLP, se correr¨¢ el riesgo de que facciones duras de la OLP se manifiesten contra la paz, contra el fin de la guerra, y que pueden, consecuentemente, provocar atentados. Tenemos que mostrarnos muy vigilantes y hay que continuar tomando todas las precauciones para intentar. impedir los atentados.
P. No es usted optimista.
R. Creo que el papel de un ministro del Interior es de no ser nunca optimista, y de no cejar nunca.
P. ?Teme usted por la democracia?
R. No, no temo por la democracia. Pero temo por los que corren el riesgo de ser heridos o muertos.
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