Dif¨ªcil adaptaci¨®n
El periodista, poeta y noverista Manuel V¨¢zquez Montalb¨¢n tiene un admirable talento para jugar con el lenguaje, tr¨¢stocando conceptos, enriqueciendo paradojas, destilando un brillante humor, que viaja desde la sutileza al m¨¢s enconado cabreo. Asesinato en el comit¨¦ central, una de sus ¨²ltimas obras literarias, supone un admirable ejercicio de amable maldad: perteneciendo al PSUC el propio autor, su visi¨®n de la mec¨¢nica interna del partido tiene, forzosamente, que sorprender; no en vano la oferta literaria que, antes de ¨¦l, daban habitualmente otros escritores comunistas, incid¨ªa m¨¢s en el paneg¨ªrico incondicional que en la cr¨ªtica, sea o no bienhumorada.La imagen cinematogr¨¢fica no tiene capacidad para registrar mim¨¦ticamente los mismos juegos de la novela. Se necesita de un gui¨®n que traduzca a secuencias lo que en el libro no es, a veces, m¨¢s que insinuaci¨®n. El esc¨¦ptico personaje de Pepe Carvalho, detective privado que milit¨® en el Partido Comunista para trabajar m¨¢s tarde a las ¨®rdenes de la CIA, hereda, en lenguaje celtib¨¦rico, la tradici¨®n de los famosos detectives de Hammet y Chandler. A trav¨¦s de tan contradictorio y fascinante c¨ªnico el novelista ha interpretado gran parte de los ¨²ltimos acontecimientos de la vida espa?ola.
Asesinato en el comit¨¦ central
Gui¨®n y direcci¨®n: Vicente Aranda. Fotograf¨ªa: Jos¨¦ Luis Alcaine. Producci¨®n: Carlos Dur¨¢n. Int¨¦rpretes: Paixi Andi¨®n, Victoria Abril, Conrado San Mart¨ªn, H¨¦ctor AIterio, Carlos Plaza, Ram¨®n Dur¨®n. Espa?ola, 1981. Pol¨ªtica-ficci¨®n.Local de estreno: Conde Duque.
A Vicente Aranda, director de la pel¨ªcula, le ha faltado la tradici¨®n que Carvalho ya tiene en las novelas y le ha fallado, lamentablemente, la actualidad de sus peripecias: en poco m¨¢s de un a?o ha cambiado sustanciamente la problem¨¢tica del PCE. Quiz¨¢ ahora quepan otras investigaciones, otras humoradas. Traducir a Carvalho, por otra parte, con la faz de Patxi Andi¨®n es un dif¨ªcil punto de partida. Prolongar esa traducci¨®n en un tono que no siempre acoge el sarcasmo del libro, es permanecer en el riesgo.
Historia dispersa
A Aranda le ha gustado siempre lo dif¨ªcil, y a ello se lanza con pasi¨®n desde que, en 1964, codirigiera con Rom¨¢n Gubern la pel¨ªcula Brillante porvenir; sus siguientes t¨ªtulos, Fata Morgana, Las crueles, La novia ensangrentada, Cambio de sexo, La muchacha de las bragas de oro, han contado con la impronta de su curiosa personalidad. Cineasta empe?ado en una est¨¦tica cuidada y europea, en la que el rigor dram¨¢tico se d¨¦ cita con sus particulares obsesiones, Aranda no ha alcanzado siempre el ¨¦xito, pero ha desarrollado un trabajo que, en t¨¦rminos generales, es uno de los m¨¢s interesantes de nuestra cinematograf¨ªa.
En esta pel¨ªcula no ha contado,con un buen gui¨®n: la historia se dispersa, sin adquirir una orientaci¨®n precisa. El humor de algunas secuencias cabalga sobre el tono pretencioso de otras; el inter¨¦s de ciertos pasajes contrasta con la monoton¨ªa de algunos momentos in¨²tiles. Es como si Aranda no hubiese encontrado, desde el principio, el lenguaje preciso en el que interpretar el libro.
En ese sentido, el actor Jos¨¦ 'Viv¨®, en el personaje del polic¨ªa Fonseca, parece el m¨¢s acertado, al combinar la seriedad con la iron¨ªa. Victoria Abril y Miguel Rell¨¢n tambi¨¦n se adaptan a sus personajes, pero el resto del reparto protagonista, encabezado por Patxi Andi¨®n, ha fomentado las presumibles dudas del autor, sin llegar a crear un lenguaje com¨²n.
Estamos, pues, ante una pel¨ªcula fallida en gran parte, con altibajos, donde no siempre es f¨¢cil reconocer a su director, pero que invita a una pol¨¦mica, tanto, digamos, pol¨ªtica, como cinematogr¨¢fica.
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