Balance negro

Detr¨¢s del espect¨¢culo se esconde siempre una cierta miseria. Es la vieja teor¨ªa del payaso triste, que ahora, en Comeback, deja el melodrama para definirse en t¨¦rminos m¨¢s rotundos. La realizadora alemana Christel Buschmann ha elegido para desarrollarla la figura de un viejo rockero, Eric Burdon, conocedor del ¨¦xito en los a?os sesenta, olvidado despu¨¦s por su afici¨®n a las drogas, regresado m¨¢s tarde entre nuevos aplausos, pero conocedor ya, ¨ªntimamente, de que el mundo del disco no va a detener su angustia de ser solitario: "Si est¨¢s muerto, eres grande". La muerte del cantante cierra definitivamente su ciclo, hace vender m¨¢s discos, enriquece a los productores. No morirse a tiempo es traicionar a la industria.Burdon no hace en la pel¨ªcula su autobiograf¨ªa, pero aporta al personaje de ficci¨®n, Rocco, la sensibilidad de quien sabe que el gui¨®n no miente. La directora no ha querido interferir mucho en esa comunicaci¨®n del cantante, con su personaje: le observa, le recrea, le admira, le compadece. Comeback se estructura en fragmentos de la vida del protagonista, interrumpidos -ilustrados- con sus actuaciones en p¨²blico y sus interpretaciones musicales entre amigos. La pel¨ªcula se perfila as¨ª en dos direcciones: la de invenci¨®n, por un lado, y la propiamente musical, por otro; pero no son zonas que se fechacen, sino que se entremezclan en una coherencia digna de aplauso.

?Qu¨¦ hace un hombre, un famoso cantante, por recuperar su identidad? ?De qu¨¦ forma huir de la cadena que le condena a una destrucci¨®n vigilada, provocada a una muerte inevitable? Eric Burdon, Rocco, piensa en la huida, pero, como todas ellas, es un camino in¨²til que se interrumpe con violencia: no hay salida. A su deteriorada situaci¨®n en el comercio del disco se a?ade una crisis personal, igualmente conflictiva, tambi¨¦n sin salida. Quiz¨¢s sea narrando esta intimidad del cantante donde Buschmann no ha podido ,eludir una cierta confusi¨®n, queriendo evitar el t¨®pico, pero rozando, por su deseo de simplificar la informaci¨®n o de canalizarla a trav¨¦s de emociones que no tienen siempre el vigor que requerir¨ªa. La vida personal de Rocco se desarroha ante el espectador con excesiva desnudez, sin que la c¨¢mara -la imagen- enriquezca la situaci¨®n, la depure, la haga poes¨ªa. Es en el montaje donde Christel Buschmann ha reencontrado su pel¨ªcula otorg¨¢ndole la dimensi¨®n que no siempre logr¨® al filmarla. A pesar de las eventuales simplezas quedan una cierta amargura, un lirismo inocente, una admiraci¨®n apasionada por el personaje sobre las fuentes de Christel Buschmann y una realizadora a seguir.