M¨¢s de 6 a?os han tardado los militaires argentinos en legalizar los partidos
La promulgaci¨®n ayer, por el presidente de Argentina, general Reynaldo Bignone, del Estatuto de los Partidos Pol¨ªticos constituye la primera medida adoptada por los militares para reinstaurar la democracia y devolver el poder a los civiles. En su mensaje radiotelevisado, el general Bignone confirm¨® la "firme decisi¨®n de las fuerzas armadas de institucionalizar constitucionalmente el pa¨ªs, a m¨¢s tardar, en marzo de 1984" El militar asegur¨® que su Gobierno no busca el poder absoluto, pero advirti¨® que actuar¨¢ con el poder necesario para cumplir la misi¨®n democratizadora.
Bignone aludi¨® a los graves problemas econ¨®micos con que se enfrenta Argentina y reconoci¨® que la situaci¨®n "es particularmente dura para los sectores sociales de menores recursos".Ante la posibilidad de que la Confederaci¨®n General de Trabajadores (CGT) opte por llevar a cabo la anunciada huelga general de veinticuatro horas, Bignone afirm¨® que su Gobierno "har¨¢ todo lo que est¨¦ en nuestras manos para evitar las medidas de fuerza y los conflictos". Ahora, si se producen, "tendremos ante ellos una actitud ecu¨¢nime y,serena, pero firme", a?adi¨®.
La apertura de una nueva era pol¨ªtica en Argentina es considerada en Buenos Aires como "un hecho positivo y prometedor" en medio de los insistentes rumores de golpe de Estado y de las amenazas de los sindicatos. El texto del documento, cuya redacci¨®n se retras¨® debido a la guerra de las Malvinas, fue. publicado por los principales diarios antes de que el presidente se dirigiera a la naci¨®n.
El documento fundamental del r¨¦gimen. militar instaurado en el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, titulado Bases pol¨ªticas de las fuerzas armadas para el proceso de reorganizaci¨®n nacional, ya prove¨ªa la publicaci¨®n de este estatuto, pero han tenido que transcurrir m¨¢s de seis a?os para que viera la luz. De hecho, el texto se inspira fuertemente en el aprobado en 1965, durante, el Gobierno radical de Arturo Illia, que posteriormente fue ligeramente modificado por la presidenta Isabel Per¨®n.
Restricciones
Las nuevas normas son doblemente restrictivas. Por un lado, quedar¨¢n prohibidos aquellos partidos que se autoproclamen marxista-leninistas; por otra se reduce el abanico pol¨ªtico a tres o cuatro formaciones importantes. Asimismo, se declarar¨¢n ilegales aquellas organizaciones pol¨ªticas que exijan una investigaci¨®n sobre la actitud de las fuerzas armadas durante los a?os de lucha contra la subversi¨®n.Las limitaciones de naturaleza ideol¨®gica han quedado finalmente abandonadas, aunque el art¨ªculo 22 del nuevo estatuto se presta a una amplia interpretaci¨®n: "No ser¨¢n autorizados los partidos que, en su doctrina y modo de actuar, en su funcionamiento interno o en su actividad externa, intenten sustituir el sistema democr¨¢tico recurriendo al empleo ?legal o sistem¨¢tico de la fuerza y favorezcan la concentraci¨®n personal del poder".
Asimismo, los militares han renunciado a limitar el n¨²mero de los partidos, prefiriendo basarse para ello en el n¨²mero de sus militantes. Bastar¨¢ con disponer de 35.000 afiliados -el 2 por 1.000 de la poblaci¨®n, aproximadamente- para poder figurar en el registro.
Cuatro partidos podr¨¢n acogerse sin problemas al nuevo estatuto: el Justicialista (peronista), el Radical, el Intransigente y el Movimiento Desarrollo e Integraci¨®n. Existen asimismo muchas posibilidades de que el Federalista, el Democristiano y el Liberal tambi¨¦n puedan acogerse a la nueva normativa. Los socialistas y diversos movimientos de izquierda podr¨ªan tambi¨¦n presentarse a los comicios si conforman una octava fuerza electoral.
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