Sep¨²lveda Amor: "El respeto mutuo debe presidir las relaciones M¨¦xico-EE UU"
La toma de posesi¨®n, el pr¨®ximo 1 de diciembre, del nuevo presidente de M¨¦xico, Miguel de la Madrid, abre una serie de inc¨®gnitas para el futuro de las relaciones entre M¨¦xico y Estados Unidos. Aunque todos los observadores coinciden en afirmar que habr¨¢ continuidad tanto en la l¨ªnea como en el temario de problemas bilaterales, la sustituci¨®n del actual presidente, Jos¨¦ L¨®pez Portillo, puede abrir una nueva era de cooperaci¨®n entre Washington y Ciudad de M¨¦xico.
El embajador de M¨¦xico en EE UU, Bernardo Sep¨²lveda Amor, un hombre particularmente bien situado tanto por su actual cargo como por las posibilidades de que sea el nuevo jefe de la diplomacia mexicana, habl¨® para EL PAIS de la situaci¨®n actual y del futuro de las relaciones entre los dos colosos norteamericanos, bajo la perspectiva de la llegada al poder del presidente Miguel de la Madrid en M¨¦xico y de la pol¨ªtica del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, en lo que respecta a M¨¦xico, Caribe y Centroam¨¦rica.El embajador Sep¨²lveda sonr¨ªe cuando le pregunto si ser¨¢ el nuevo canciller del presidente De la Madrid. "S¨®lo soy el embajador del presidente L¨®pez Portillo en Estados Unidos", dice, discretamente, en, su fant¨¢stico despacho de la Embajada de M¨¦xico en Washington, situada en la calle Diecis¨¦is, al lado de la Embajada de Espa?a.
Licenciado en Derecho en la Universidad de M¨¦xico y doctorado en la de Cambridge (Peino Unido), Bernardo Sep¨²lveda Amor, de 41 a?os, cuenta con una larga experiencia en temas de relaciones econ¨®micas internacionales. Es asesor en relaciones exteriores del presidente electo, Miguel de la Madrid, y autor de una docena de libros.
Pregunta. ?C¨®mo definir¨ªa el embajador de M¨¦xico en Washington la situaci¨®n actual de las relaciones entre su pa¨ªs y EE UU?
Respuesta. La primera entrevista entre el presidente L¨®pez Portillo y el presidente Ronald Reagan se celebr¨® en Ciudad Juarez el 5 de enero de 1981. A partir de entonces las relaciones entre M¨¦xico y Estados Unidos han tenido un clima de cordialidad y amistad, que se fundan en el respeto y en una relaci¨®n justa entre los dos pa¨ªses. Desde aqu¨¦l d¨ªa se advirti¨® una clara mejor¨ªa, en todos los ¨®rdenes, en la relaci¨®n bilateral, tanto en lo pol¨ªtico como en lo econ¨®mico. Naci¨® una genuina voluntad pol¨ªtica para dar soluci¨®n a todas las cuestiones pendientes.
P. Hay, sin embargo, grandes temas pendientes entre M¨¦xico y Estados Unidos, en esa especie de amor imposible, entre las dos grandes naciones vecinas. ?Cu¨¢l de ellos considera prioritario?
R. Hay, principalmente, problemas de orden comercial. M¨¦xico ocupa actualmente el tercer lugar de las relaciones comerciales externas de Estados Unidos, despu¨¦s de Canad¨¢ y Jap¨®n. Significa una relaci¨®n comercial muy intensa que no est¨¢ exenta de interpretaciones divergentes en un buen n¨²mero de cosas.
P. ?En qu¨¦ medida la riqueza del petr¨®leo mexicano influye en el futuro de las relaciones con EE UU, teniendo en cuenta que Washington parece conceder particular inter¨¦s a su pa¨ªs en el momento en que se convierte M¨¦xico en gran productor de petr¨®leo?
R. A mi juicio el petr¨®leo es uno de los factores que lleva a Estados Unidos a concederle una importancia especial o particular a M¨¦xico. Hay que sumarlo al hecho de que, como dije antes, somos el tercer cliente de Estados Unidos, al hecho de que M¨¦xico ha ido ocupando un papel importante en la escena internacional, ad hecho de que las manifestaciones culturales de M¨¦xico han sido reconocidas en el mundo entero y al hecho, en fin, de que la consolidaci¨®n de todos estos elementos han dado por resultado una revaluaci¨®n de la realidad mexicana y a la presencia de M¨¦xico en el mundo.
P. A la hora de afrontar ciertos asuntos de, pol¨ªtica internacional, M¨¦xico y Estados Unidos, aun siendo dos pa¨ªses aliados y amigos, difieren sensiblemente, ya sea en el caso del di¨¢logo Norte-Sur, el programa para el desarrollo del Caribe o las tensiones en Centroam¨¦rica. ?C¨®mo puede cambiar la presidencia de De la Madrid el contexto de tales relaciones?
R. En el caso de Centroam¨¦rica, la divergencia m¨¢s notable que existir¨ªa entre M¨¦xico y Estados Unidos ser¨ªa aquella que se refiere a la interpretaci¨®n de lo que nosotros juzgamos, es un fen¨®meno eminentemente nacionalista, que tiene caracter¨ªsticas de emancipaci¨®n en virtud de una larga tradici¨®n de sojuzgamiento pol¨ªtico y econ¨®mico, y lo que en la interpretaci¨®n de EE UU ser¨ªan movimientos ideol¨®gicamente influidos por potencias extracontinentales. Ah¨ª radica quiz¨¢ el n¨²cleo de la divergencia en lo que hace la naturaleza del fen¨®meno centroamericano. Creo, sin embargo, que tanto el Gobierno de M¨¦xico como el de Estados Unidos a lo que aspiran es a alcanzar una paz y una seguridad en la zona de Centroam¨¦rica que s¨®lo podr¨¢ lograrse, mediante el desarrollo de los pa¨ªses centroamericanos. Nosotros creemos que la democracia no puede florecer dentro de la miseria. Es fundamental contribuir al desarrollo de estos pueblos.
P. El plan de la Administraci¨®n Reagan sobre el desarrollo en la zona del Caribe, ?es el camino indicado para estimular tal desarrollo?
R. El plan es parte de un esfuerzo mucho mayor que se est¨¢ realizando en otros pa¨ªses. Por ejemplo, el Acuerdo de San Jos¨¦, que, establecido por M¨¦xico y Venezuela, abastece a Centroam¨¦rica a precios diferenciales y con facilidades de cr¨¦dito para el suministro de petr¨®leo. Tambi¨¦n el denominado grupo de Nassau, donde est¨¢n representados los ministros de Asuntos Exteriores de Estados Unidos, Canad¨¢, Venezuela y M¨¦xico, cooperan entre s¨ª para la ayuda al desarrollo del Caribe y Centroam¨¦rica. Pero, en el caso de M¨¦xico, hay un punto de vista fundamental, que es el que no debe existir ning¨²n tipo de discriminaci¨®n a la cooperaci¨®n para el desarrollo, en t¨¦rminos de pa¨ªses, y no debe proporcionarse asistencia que ate, ni asistencia militar.
M¨¢s informaci¨®n en la p¨¢gina 27
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