La campa?a electoral en la Rep¨²blica Federal de Alemania
La disoluci¨®n de las Cortes y la convocatoria anticipada de elecciones cogi¨® en el extranjero a los l¨ªderes de los dos principales partidos de la izquierda: Santiago Carrillo en Ruman¨ªa y Felipe Gonz¨¢lez, en la Rep¨²blica Federal de Alemania. El primer secretario del PSOE hab¨ªa ido a Hessen para apoyar al SPD en una campa?a electoral que -seg¨²n todos los indicios- terminar¨¢ en derrota sonada. Pero, ante el anuncio de Calvo Sotelo, comenz¨® tambi¨¦n su propia campa?a, que puede conducirle a La Moncloa despu¨¦s del 28 de octubre. Gonz¨¢lez fue presentado en Wiesbaden como "el pr¨®ximo presidente del Gobierno espa?ol"
A las 8.30 horas del s¨¢bado estaba convocado un desayuno de trabajo de los invitados extranjeros con el presidente del Partido Social Dem¨®crata alem¨¢n y de la Internacional Socialista, Willy Brandt, y los miembros del Presidium del Partido Socialdem¨®crata alem¨¢n, en el sal¨®n Picasso del hotel Nassauer Hof de Wiesbaden, donde se alojaba la mayor¨ªa de los concurrentes a la campa?a del SPD para las elecciones regionales de Hessen.Felipe Gonz¨¢lez se levant¨® temprano y, tras tomar una ducha, llam¨® por tel¨¦fono a sus dos escoltas espa?oles, Paco y Ram¨®n, que hab¨ªan dormido en la habitaci¨®n contigua. Seguido de sus dos acompa?antes, se encamin¨® hacia la sala, donde s¨®lo estaban instalados los m¨¢s madrugadores de los asistentes. En torno a las largas mesas, se sentaban el primer ministro finland¨¦s, Kalevi Sorsa, que se ajustaba unas gafas de montura fina; el primer ministro dan¨¦s, Anker Jorgensen, de inconfundible perilla; Melina Mercouri, ministra griega de Cultura, que luc¨ªa una sonrisa excepcional, dada la hora; el canciller alem¨¢n, Helmut Schmidt, serio como de costumbre; ministros y dirigentes socialdem¨®cratas.
Un camarero hizo adem¨¢n de servir a Willy Brandt una taza de caf¨¦, y ¨¦ste respondi¨® con expresi¨®n de fatiga infinita: "Todav¨ªa no estoy aqu¨ª". Cuando acabaron de llegar los invitados al desayuno rigurosamente reservado, Brandt tom¨® la palabra y cont¨® un chiste:
"La pr¨®xima visita de Juan Pablo II no ser¨¢ a Espa?a, sino a los locales del SPD. ?Por qu¨¦? Porque", continu¨®, risue?o, Willy Brandt, "el Papa siempre visita las zonas donde hay m¨¢s miseria".
La situaci¨®n del SPD no es, en efecto, envidiable. A un mes escaso de distancia de las elecciones regionales en el Estado de Hessen -una plaza fuerte que conserva la socialdemocracia desde el fin de la guerra- los pron¨®sticos electorales auguran una fuerte derrota, de la que se beneficiar¨ªan los cristianodem¨®cratas del CDU y los ecologistas o verdes, que podr¨ªan llegar a obtener hasta un 10% de sufragios, seg¨²n algunas previsiones.
Este panorama explica el esfuerzo desplegado por la organizaci¨®n del SPD por evitar en Hessen una derrota electoral demasiado sonada, que pudiera precipitar la ca¨ªda del Gobierno federal. La Internacional Socialista, dentro de la cual desempe?a tradicionalmente un papel destacado el SPD, ha puesto toda la carne en el asador y ha recurrido a las personalidades de otros pa¨ªses que m¨¢s gancho pudieran tener ante su electorado tradicional.
El programa distribuido entre los grupos extranjeros preve¨ªa un encuentro de la delegaci¨®n espa?ola con Hans Matthofer, ministro federal de Correos y Telecomunicaciones, que fue el hombre puente entre los socialdem¨®cratas alemanes y el nuevo n¨²cleo dirigente del PSOE. Pese a la proverbial puntualidad germana, tal encuentro no lleg¨® a celebrarse, y a las diez todos los oradores extranjeros comparecieron ante la Prensa en otro sal¨®n del mismo hotel.
Felipe Gonz¨¢lez ocupa uno de los lugares centrales en la mesa, junto a Melina Mercouri y Willy Brandt, ante unos cincuenta periodistas de diversas nacionalidades. El secretario general del PSOE toma la palabra, tras ser presentado como "pr¨®ximo presidente de Gobierno espa?ol". Al comenzar a hablar, repite la frase que hab¨ªa improvisado la noche anterior en el libro de honor del hotel donde se aloja. "Once a?os despu¨¦s vuelvo a esta ciudad que visit¨¦ siendo militante de un partido clandestino", hab¨ªa escrito horas antes, y ahora remacha el concepto: "Melina Mercouri ha expresado el sentimiento de quienes recibimos el apoyo solidario de los compa?eros aleirnanes en los momentos dif¨ªciles. Ahora que son nuestros amigos socialdem¨®cratas de ayer, de hoy, de siempre quienes tienen dificultades, nosotros estamos a su lado".
Los planes de gobierno
Las preguntas de los corresponsales desplazados a Wiesbaden giran, sin excepci¨®n, en torno a los planes gubernamentales de los socialistas espa?oles. Felipe Gonz¨¢lez contaba ya con esta reacci¨®n, desde que el viernes al mediod¨ªa fue abordado, instantes antes de partir, por la Prensa espa?ola. Al llegar al aeropuerto de Francfort, el delegado de Iberia confirma la noticia, que ya es oficial. Son las 17.30 horas, y el l¨ªder socialista solicita un tel¨¦fono a la delegaci¨®n llegada para darle la bienvenida. Espera pensativo la se?al de comunicaci¨®n y habla con Madrid. "Alfonso...", musita Felipe Gonz¨¢lez, pegado al tel¨¦fono. Alfonso Guerra completa la informaci¨®n y le advierte de que la fecha elegida por el Gobierno, para los comicios ser¨¢, con seguridad, el 28 de octubre. "Lo confirmar¨¢n, entonces, oficialmente, a las ocho de la tarde...", repite pensativo. "No hace falta alterar los planes. Yo tratar¨¦ de estar ah¨ª el domingo por la ma?ana".
Al final de la conferencia de Prensa, los corresponsales espa?oles hacen un aparte y los interrogantes fluyen id¨¦nticos, como las respuestas. La opini¨®n sobre la causa de la disoluci¨®n de las Cortes: "Deriva del agotamiento de la f¨®rmula de Gobierno minoritario de UCD". Su Valoraci¨®n sobre la oportunidad de la convocatoria electoral: "Positiva". Las previsiones electorales: "Optimistas, pero no triunfalistas". Las alianzas preelectorales: "No har¨¢n falta porque, confiamos obtener la mayor¨ªa absoluta". La postura sobre la OTAN: "Inalterable". Es como una lecci¨®n formidablemente aprendida.
La comitiva se pone en marcha para dar cumplimiento a las previsiones del estricto programa. Felipe Gonz¨¢lez parte al lado de Hans Matthofer. Llama la atenci¨®n la frialdad de los paseantes. Alguna pareja solicita un aut¨®grafo al ministro alem¨¢n. Otros viandantes enfocan sus c¨¢maras sofisticadas hacia el grupo. Gonz¨¢lez comenta la frialdad de la campa?a. Matthofer dialoga sobre sus vacaciones en Espa?a, mientras firma las fotos que su secretaria le va suministrando. "A m¨ª esto de andar repartiendo fotos me da mucho apuro", comenta el l¨ªder espa?ol a media voz.
Muchos emigrantes espa?oles se aproximan a ¨¦l y le explican las dificultades que deben superar cada vez que desean votar. "Es una cosa mezquina", les responde el l¨ªder socialista, "porque el Gobierno os obliga a una carrera de obst¨¢culos s¨®lo porque piensa que no votar¨¦is a la derecha". "Y piensa bien, Felipe, porque te votaremos a ti", replica uno de ellos, andaluz, mientras le estrecha la mano.
En un podio improvisado est¨¢ actuando un cuadro flamenco de Fuengirola, que quiere retratarse con el secretario del PSOE. Le ponen el sombrero cordob¨¦s y las bailaoras se enlazan a sus brazos. Todos se hacen fotos saludando.
La marcha se reanuda, y es ahora una alemana la que, tartamudeante, se avecina a Felipe Gonz¨¢lez: "Yo hablo un poquito de espa?ol", acierta a decir con esfuerzo. Felipe Gonz¨¢lez, sonriente, responde: "Yo tambi¨¦n lo hablo un poquito". El locutor que maneja el micr¨®fono le hace a Felipe las preguntas de rigor, m¨¢s una comprometedora: "?Con qui¨¦n iba usted en la final de la copa de f¨²tbol?". E int¨¦rprete traduce, y el p¨²blico aglomerado espera atento la respuesta del primer secretario del PSOE.
"Hab¨ªa mucha divisi¨®n hasta en mi casa", finta Felipe. "Uno de mis hijos iba con Alemania y el otro con Italia". Y sin dar tiempo a mayores profundizaciones, contin¨²a: "Pero no se preocupen, porque la pr¨®xima vez ser¨¢. La pr¨®xima vez ser¨¢ que ganaremos nosotros, claro", acaba Felipe Gonz¨¢lez.
El acto central de la jornada electoral est¨¢ previsto a las 15.00 horas. El secretario general del PSOE ha tenido el tiempo justo de dar cuenta de "algo s¨®lido, un codillo de cerdo, por ejemplo", mientras dictaba respuestas a un periodista alem¨¢n. Se encamina al gran mitin, que re¨²ne unas diez mil personas ante la alcald¨ªa de Wiesbaden. Los oradores, invitados y autoridades se han situado en los lugares preferentes de la tribuna, como posando para un retrato de fin de curso. Felipe Gonz¨¢lez se mantiene en una zona lateral para no descomponer esa impecable formaci¨®n. "?Estar¨¢ previsto en el programa ir al servicio?", comenta sonriente. No estaba previsto.
Intervienen, uno tras otro, los oradores, y el int¨¦rprete trabaja a marchas forzadas para que el l¨ªder socialista espa?ol no pierda un detalle de las intervenciones. Melina Mercouri habla en alem¨¢n con verbo encendido y pide el voto para el SPD. Willy Brandt, igual qu¨¦ el primer ministro dan¨¦s, Anker Jorgensen, y el premier finland¨¦s, Kalevi Sorsa, han pedido tambi¨¦n votos, pero nadie habla de victoria. Desde la zona central de la plaza, un grupo de unos ochenta j¨®venes profiere gritos. Los m¨¢s ruidosos son unos cuantos chavales, apenas unos ni?os, con el pelo rapado de modo extravagante. Son los punk. Los verdes, por su parte, exhiben sus pancartas de protesta contra la pol¨ªtica de medio ambiente de los socialdem¨®cratas en Hessen, de modo silencioso, desde otras zonas de la concentraci¨®n.
A medida que el acto avanza, crece el tumulto, y s¨®lo remite unos instantes para dejar intervenir a Melina Mercouri. Desde abajo, un grupo de espa?oles vitorea al secretario del PSOE. "?Felipe!", le llaman a voz en grito, "somos espa?oles". El l¨ªder socialista agita la mano en direcci¨®n a ellos, y su expresi¨®n preocupada se troca en sonrisa abierta. En un momento dado, una lluvia de huevos parte desde el centro de la plaza y se estampa en la tribuna. Los presentes quedan salpicados, pero Melina lleva la peor parte con una dignidad asombrosa. Es una lecci¨®n de c¨®mo soportar con elegancia el estallido de un huevo en pleno rostro. Haciendo acopio de humor, alcanza a decir: "Siempre me hubiera gustado morir de esta manera, pero no de un huevo".
El presentador anuncia la intervenci¨®n, primero de "Felipe", a secas, y despu¨¦s por el nombre completo, y el canciller Schmidt pregunta a sus ayudantes d¨®nde se hab¨ªa ocultado el dirigente espa?ol. El presidente del Gobierno regional de Hessen saca inesperadamente un peine de la chaqueta y se atusa el pelo. El rugido prosigue al principio, cuando comienza a hablar: "Traigo un mensaje para los j¨®venes, especialmente", dice. El int¨¦rprete traduce y la bronca cede. "La democracia se aprende a amar cuando se vive sin ella, compa?eros, y eso podemos explicarlo muy bien Melina y yo, que hemos vivido y luchado bajo dictaduras. Aprender a respetar la libertad de expresi¨®n es contribuir a extinguir las huellas del fascismo".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.