El fantasma de la insurrecci¨®n sobrevuela la sociedad civil y el estamento castrense
La primera exigencia parti¨® del l¨ªder del ala progresista del radicalismo, Ra¨²l Alfons¨ªn, quien, ante una pregunta espec¨ªfica, respondi¨® que en caso de alcanzar la presidencia del pa¨ªs, pondr¨ªa al servicio del problema los "recursos de la Constituci¨®n y el imperio de la ley". La inteligencia militar, dominada por expertos en guerra antisubversiva entrenados en institutos castrenses de Estados Unidos, tom¨® nota de que "tal posici¨®n part¨ªa desde la segunda fuerza pol¨ªtica del pa¨ªs".La segunda andanada estremeci¨®, como una onda expansiva, el inestable cuadril¨¢tero en que distintas facciones de militares derechistas libran sordos pugilatos por la conservaci¨®n del establishment peculiar que montaran en, 1976 o simplemente por el poder. El factor de estremecimiento, magnificado por el llamado s¨ªndrome N¨¹renberg que padece el estamento castrense, fue un documento de Intransigencia Peronista, corriente ascendente de izquierda en el movimiento creado por el general Juan Domingo Per¨®n.
En este documento, hecho p¨²blico el 26 de julio, con motivo del trig¨¦simo aniversario de la muerte de Mar¨ªa Eva Duarte Ibarguren de Per¨¢n, Evita, se enunci¨® simplemente la "tremenda secuela de compatriotas muertos, presos, detenidos-desaparecidos y exiliados". Ello bast¨® para desatar abruptas convulsiones ret¨®ricas en el revuelto puchero castrense.
La inteligencia militar subray¨® que la pedrada maldita proced¨ªa del "seno mismo de la primera fuerza pol¨ªtica nacional". El oportuno memor¨¢ndum compulsivo lleg¨® al comandante del Ej¨¦rcito, el duro general Cristino Nicolaides, quien expusiera no hace mucho que la "tercera guerra mundial definitiva contra el marxismo se comenz¨® a librar antes de Cristo".
El documento del sector m¨¢s avanzado del peronismo tradicional atacaba frontalmente "el acuerdismo o concertaci¨®n con los usurpadores" del poder, lo que en realidad irrit¨® m¨¢s al grupo hegem¨®nico de Cristino Nicolaides, que ya ten¨ªa problemas internos para convencet a "los m¨¢s obtusos" acerca de las "astutas cualidades" de su t¨¢ctica de "ganar tiempo, concertando un pacto de no revisi¨®n de lo actuado con los pol¨ªticos m¨¢s moderados".
En coincidencia objetiva con sectores progresistas del radicalismo, el Partido Intransigente de Oscar Alende, alg¨²n sector de la democracia cristiana y agrupaciones que no integran formalmente la Multipartidaria, el peronismo de izquierda llam¨® a "enterrar este proceso y dar forma a la unidad nacional que el pueblo quiere". En s¨ªntesis, un "amplio frente de liberaci¨®n" en lo pol¨ªtico y econ¨®mico, proyecto distinto al de un frente que aspire a una "normalizaci¨®n sin transformaciones de fondo", afirman sus adherentes.
Prudencia peronista
El dirigente formal m¨¢ximo del Partido Justicialista, Deolindo Bittel, pidi¨® prudencia. "Habr¨¢ que ver" dijo, "si este proceso no se mterrumpe por otro". En suma, coincidi¨® con la argumentaci¨®n transmitida por v¨ªa reservada por el grupo Cristino Nicolaides-Reynaldo Bignone (actual presidente argentino), de que la cuesti¨®n de los desaparecidos y de la anticoncertaci¨®n pactada con el poder militar dar¨ªa lugar a "broncas internas de colegas alarmados".
El mismo Nicolaideis terci¨® p¨²blicamente para halagar a unos y aislar a otros. "Los sectores pol¨ªticamente m¨¢s responsables se han comportado con una ejemplar moderaci¨®n" dijo tanto para el t¨ªmpano militar como para eI civil.
Entre quienes rechazan la concertaci¨®n se encuentra el l¨ªder del Partido Intransigente, Oscar Alende, un m¨¦dico formado en el radicalismo que, cuando fue gobernador de la provincia de Buenos Aires, se distingui¨® por cultivar la afinidad de militares que estimaba como dem¨®cratas y nacionalistas, en oposici¨®n a sus pares entreguistas.
El problema de la concertaci¨®n, seg¨²n fuentes responsables, se extiende tambi¨¦n al plano de la pol¨ªtica econ¨®mica, en particular al presupuesto de defensa y, muy especialmente, al de seguridad interna, que en conjunto lleg¨® a succionar -mediante rubros expresos y disfrazadas partidas generalescasi la mitad del presupuesto nacional, afirman ciertos economistas, pese al top secret del r¨¦gimen militar. El temor militar a la ofensiva civil (la eclosi¨®n multitudinaria, seg¨²n la advertencia p¨²blica de la central obrera antigubernamental), tuvo una de sus expresiones en la propuesta esperp¨¦ntica del comandante de la Fuerza A¨¦rea, Basilio Lami Dozo, de crear un partido militar para hacer frente al bloque civil, proyecto que fracas¨® sistem¨¢tica y estrepitosamente en todas las agon¨ªas de los per¨ªodos militares golpistas. Si la crisis de fondo de Argentina precipita un proceso de decantaci¨®n program¨¢tica en el peronismo mayoritario, tampoco el radicalismo escapa al fen¨®meno de se paraci¨®n de aguas ideol¨®gicas. Un documento es altamente locuaz por s¨ª mismo. El 15 de junio, ya conocida la rendici¨®n militar en las Malvinas, y con millares de personas instalando barricadas anticastrenses incluso en la plaza de Mayo, el presidente del radicalismo, Carlos Cont¨ªn, se apresur¨® a proferir: "A las Fuerzas Armadas, vencedoras o con un rev¨¦s en las Malvinas, las hemos de recibir en triunfo, porque han recuperado el prestigio del pa¨ªs. Nosostros hemos de avalar lo que hagan las Fuerzas Armadas, porque ahora el pa¨ªs est¨¢ totalmente unido". Una "terrible metedura de pata", seg¨²n sus allegados, a la que el l¨ªder del sector progresista, Ra¨²l Alfons¨ªn, contest¨® : "El pa¨ªs no merece este Gobierno, las Fuerzas Armadas no merecen este destino, debe cesar la usurpaci¨®n del poder, ¨¦l Gobierno debe irse ya".
Antes que proliferaran los rumores golpistas -utilizados por el eje Nicolaides-Bignone, seg¨²n fuentes documentadas-, los observadores recib¨ªan indicios inequ¨ªvocos sobre s¨ªntomas de impredecibles "estallidos obreros y sociales en general hacia agosto y, m¨¢s de lleno, en septiembre". Ello s¨®lo podr¨ªa intentarse conjurar mediante un nuevo golpe, o autogolpe, castrense; es decir, un nuevo cambio de guardia y t¨¢ctica militar.
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