Pel¨ªcula de aventuras

Leyendo La vida de un hombre, la autobiograf¨ªa del realizador norteamericano Raoul Walsh, se llega a tres conclusiones: la primera, que Walsh era un gran narrador cinematogr¨¢fico, pero que en el terreno de la literatura no ten¨ªa nada que hacer; la segunda, que era muy consciente de ello y por eso dirigi¨® casi cien pel¨ªculas y s¨®lo escribi¨® esta obra en su vejez, cuando todav¨ªa estaba en forma pero los productores le hab¨ªan retirado el apoyo, y la tercera y m¨¢s importante conclusi¨®n a que lleva la lectura de su autobiograf¨ªa es que la autenticidad que emana de sus pel¨ªculas se debe a que la mayor¨ªa de las aventuras que cuenta las ha vivido antes de forma parecida.Ah¨ª nace la diferencia que existe entre sus pel¨ªculas de aventuras y las dirigidas por los realizadores de la ¨²ltima generaci¨®n. Mientras el punto de partida de las de Walsh es revivir una aventura desde la experiencia que supone un rodaje complicado, las de los nuevos directores intentan llegar a las mismas conclusiones partiendo no de una experiencia personal, sino de la visi¨®n de unas pel¨ªculas que les han impresionado en su ni?ez o adolescencia.

Gavilanes del estrecho est¨¢ realizada en una ¨¦poca de gran actividad de Walsh donde hace dos o tres pel¨ªculas anuales y trabaja indistintamente para Universal, Warner o RKO. Cuenta con un gran gui¨®n del especialista en westerns Borden Chase escrito a partir de Los trabajadores del mar, de V¨ªctor Hugo, y narra c¨®mo los ingleses impiden la invasi¨®n del Reino Unido por Napole¨®n gracias a la actividad de unos eficaces esp¨ªas. Es un ejercicio no logrado sobre la belleza de Yvonne de Carlo, cuenta con el peso muerto de Rock Hudson y no se sit¨²a entre sus mejores trabajos. No obstante, posee esa habilidad narrativa y esa verosimilitud y esa fuerza que caracteriza la obra de Walsh, que no es imitable porque responde a unas condiciones muy peculiares de vida y que sus disc¨ªpulos de la nueva generaci¨®n no han logrado igualar.