Decenas de nuevos cad¨¢veres aparecen en los rincones m¨¢s insospechados de los campamentos palestinos
A medida que transcurren las horas, la matanza de centenares de palestinos en los campamentos de refugiados de Chatila y Sabra, al sur de Beirut, adquiere mayores proporciones. "El horror no tiene l¨ªmites", era la frase m¨¢s pronunciada por todos aquellos que visitaron nuevamente ayer los lugares de la tragedia. Guiados por los habitantes de Chatila que escaparon a la matanza y se atrevieron ayer a regresar a sus hogares en ruinas, los numerosos diplom¨¢ticos y periodistas que recorrieron el laberinto del campamento descubrieron en los rincones m¨¢s insospechados de sus callejuelas decenas de nuevos cad¨¢veres.
En total varios centenares, probablemente m¨¢s de mil palestinos indefensos, murieron asesinados entre la tarde del jueves y la madrugada del s¨¢bado, a escasos centenares de metros de las posiciones del Ej¨¦rcito israel¨ª.El Tsahal, denominaci¨®n de las fuerzas armadas de Israel, penetr¨® ayer, por fin, a primera hora de la ma?ana, en los campamentos de Sabra, Chatila y Bourj el Bourajneh, y mediante altavoces colocados en sus.veh¨ªculos blindados, pidi¨® a la poblaci¨®n a¨²n aterrorizada que regresara a sus casas o acudiera al estadio de atletismo para sellar sus documentos de identidad si es que todav¨ªa no lo hab¨ªan hecho. All¨ª algunos, pocos, eran detenidos.
"Buenas gentes", a?ad¨ªa una voz con acento palestino en un perfecto ¨¢rabe, "no tengan miedo, los hombres uniformados que van a entrar ahora en el campamento no son kataeb (milicia cristiana falangista), sino soldados del Ej¨¦rcito liban¨¦s". A media ma?ana las tropas israel¨ªes se hab¨ªan retirado y militares libaneses se hac¨ªan cargo del control de los campamentos.
Los campamentos estuvieron rodeados hasta el pasado mi¨¦rcoles por el Ej¨¦rcito regular liban¨¦s, que se vio obligado entonces a abandonar sus posiciones bajo la presi¨®n del avance militar israel¨ª sobre Beirut oeste. Ayer domingo les fueron devueltas esas mismas posiciones e, incluso, la zona al sur de la avenida Mazraa de circunvalaci¨®n de la capital. Pero durante sus tres d¨ªas de ausencia, milicianos de alguna facci¨®n cristiana dieron muerte a unos mil palestinos indefensos.
Responsabilidad israel¨ª
La responsabilidad israel¨ª es tanto m¨¢s evidente puesto que, seg¨²n testimonios concordantes de los habitantes de Chatila, varios palestinos que lograron escapar corrieron en la tarde del jueves hasta las posiciones del Tsahal para pedirle que interviniese y evitase la matanza, a lo que les fue contestado: "Nosotros no estamos en los campamentos, no tenemos por lo tanto nada que ver con lo que sucede".
A trescientos metros del lugar de los hechos, en el tejado de un edificio de apartamentos de militares libaneses, el Ej¨¦rcito israel¨ª posee, por otra parte, desde el 3 de septiembre, un estupendo puesto de observaci¨®n del que tuvo forzosamente que ver y o¨ªr parte de lo sucedido, incluidos los gritos y disparos.
El coronel israel¨ª que dirigi¨® ayer la operaci¨®n -que es, seg¨²n sus propios t¨¦rminos de "apaciguamiento"- de Chatila subray¨® a la Prensa que "la poblaci¨®n palestina acog¨ªa a los soldados israel¨ªes con alivio" *
Interrogado por los periodistas a prop¨®sito de la matanza, el coronel, que acogi¨® en agosto en el puerto de Beirut a la fuerza francesa de interposici¨®n, eludi¨® cualquier responsabilidad israel¨ª, porque "no controlarnos a los milicianos falangistas y menos a sus facciones extrernistas", pero reconoci¨®, sin embargo, que "la operaci¨®n israel¨ª de pacificaci¨®n de Beirut oeste no hab¨ªa sido un ¨¦xito completo".
Cuando conversaban con los corresponsales extranjeros que les ense?aban las fotograf¨ªas espeluznantes publicadas ayer por los diarios libaneses, algunos militares israel¨ªes parec¨ªan, no obstante, francamente perturbados por lo sucedido. Un c¨¦lebre periodista de un gran diario norteamericano, indignado por las nuevas facetas de la matanza descubiertas ayer, grit¨® incluso en direcci¨®n a donde se encontraban varios oficiales hebreos: "Mi ¨²nico deseo es que mi pa¨ªs os corte toda la ayuda que os da".
Acompa?ados ayer por los habitantes de Chatila, a¨²n traumatizados por la tragedia y que en numerosas ocasiones no pod¨ªan contener sus l¨¢grimas, los periodistas recorrieron nuevamente el campamento en ruinas en el que a principios de junio viv¨ªan a¨²n unas 20.000 personas, sorteando escombros y cad¨¢veres aislados para encontrar, por fin, horrorizados, decenas de nuevos cad¨¢veres a¨²n sin enterzar.
Tortura y asesinato
Madres abrazadas a sus reci¨¦n nacidos, asesinadas junto con sus hijos de un disparo en la sien o en la nuca; ni?os adolescentes mutilados y torturados antes de ser fusilados; hombres maduros atados de pies y manos y aplastados en un garaje por una camioneta; ni?os, otra vez, muertos en las camas en las que dorm¨ªan junto a sus pobres juguetes; mujeres decapitadas probablemente con hachas; ancianos con impactos de bala en la espalda, muertos probablemente cuando intentaban huir; j¨®venes reunidos ante una pared y fusilados; personas acuchilladas o degolladas.
El aire era irrespirable. Los cad¨¢veres de las primeras v¨ªctimas del jueves se encontraban ya completamente desfigurados, en un avanzado estado de descomposici¨®n. Todos exhalaban un apestante hedor de putrefacci¨®n. M¨¢s de alg¨²n gu¨ªa improvisado del campamento y m¨¢s de alg¨²n soldado liban¨¦s vomit¨® al borde de la calzada. La Prensa aguantaba algo m¨¢s gracias a las mascarillas que tapaban la nariz y la boca.
Pero el horror no acababa ah¨ª. Desde un peque?o mont¨ªculo se divisaba perfectamente una explanada artificial aplanada en pocas horas por las excavadoras, pero por cuyos bordes emerg¨ªan a¨²n de la tierra brazos, manos o cabezas de las v¨ªctimas apresuradamente enterradas. ?Cu¨¢ntos cad¨¢veres que no podr¨¢n ser contados conten¨ªa aquella fosa com¨²n y cu¨¢ntos est¨¢n atrapados entre los escombros de las casas, repletas de cuerpos sin vida y dinamitadas tras la matanza?
Otros palestinos, a¨²n con vida, han sido, seg¨²n los relatos, transportados en camiones a alg¨²n lugar desconocido.
Tanto las fuerzas libanesas (Milicias Cristianas Unificadas, de las que forman parte los falangistas), acusadas sistem¨¢ticamente por Israel, como las fuerzas de Saad Haddad, aliadas incondicionales del Estado hebreo, han desmentido cualquier implicaci¨®n en la matanza, mientras una organizaci¨®n desconocida, el Frente de Liberaci¨®n de L¨ªbano de los Extranjeros, la ha reivindicado.
Hombres de Haddad
Pero tanto fuentes allegadas a la embajada norteamericana como los habitantes del campamento dan a entender o incluso achacan la autor¨ªa del asesinato colectivo a los hombres de Saad Haddad. Algunos palestinos aseguran, sin embargo, haber visto milicianos vestidos con el uniforme de la polic¨ªa militar falangista, considerada como la rama m¨¢s extremista de la falange cristiano-libanesa. Se tratar¨ªa, en este caso, de una operaci¨®n combinada entre una facci¨®n de la falange y la milicia del "Estado de L¨ªbano Libre", fundado por Saad Haddad en 1978 en una franja a lo largo de la frontera israel¨ª.
El Ej¨¦rcito israel¨ª decret¨® ayer un toque de queda desde las cinco de la tarde hasta las ocho de la ma?ana en el centro de Beirut oeste.
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