Strauss acepta retrasar las elecciones alemanas hasta el a?o que viene

Los nuevos aliados de la pol¨ªtica alemana, el democristiano Helmut Kohl y el liberal Hans-Dietrich Genscher, han ganado aparentemente la primera batalla contra el socialcristiano b¨¢varo, el ultraderechista Franz Josef Strauss: las elecciones federales no se celebrar¨¢n este a?o, sino el primer domingo de marzo de 1983. Sin embargo, en Bonn queda abierta la interrogante del precio pagado a Strauss por haber cedido en su exigencia, innegociable antes de ?niciar las conversaciones para formar una nueva coalici¨®n, de celebrar las elecciones este mismo a?o.

En la primera ronda de negociaciones para una nueva coalici¨®n, democristianos y liberales llegaron a un acuerdo sobre la presentaci¨®n de la moci¨®n de censura constructiva en el Bundestag una semana m¨¢s tarde de la fecha que se barajaba en Bonn. El Bundestag debe votar el 1 de octubre a Helmut Kohl como nuevo canciller.Los democristianos (CDU), con su partido gemelo, los b¨¢varos de la CSU, y los liberales del FDP, cuentan con treinta diputados m¨¢s de la cifra m¨¢gica de 249, necesarios para elegir un nuevo jefe de Gobierno. En todo este plan queda abierta una duda importante: el resultado de las elecciones de Hesse el pr¨®ximo domingo.

Si los liberales (FDP) no rebasan la barrera del 5% y se quedan fuera del Parlamento Regional (Landtag) de Wiesbaden, la posici¨®n del presidente del FDP Genscher, puede ser casi insostenible. Los democristianos podr¨ªan conseguir a precio de saldo el apoyo de los liberales para una nueva-coalici¨®n d.e Gobierno en Bonn.

Strauss quiere acabar con los liberales, y antes de negociar, el lunes, lleg¨® a decir que era preferible tolerar un Gobierno minoritario de Schmidt a retrasar las elecciones hasta el a?o pr¨®ximo. Unas elecciones federales ahora supondr¨ªan el fin de los liberales.

No se explica que Strauss haya cedido en este punto de la convocatoria de elecciones sin que el pol¨ªtico b¨¢varo haya recibido una compensaci¨®n. En Bonn se especula con que el precio puede haber sido la cartera del Interior, en el futuro Gobierno, para su hombre de confianza, Friedrich Zimmermann. Esto supondr¨ªa, de un solo golpe, eliminar al inc¨®modo liberal de izquierda Gerhart Baum, hasta el pasado viernes ministro federal del Interior y, al mismo tiempo, dejar en manos de la gente de Strauss los servicios secretos federales, la polic¨ªa federal criminal (BKA) y todo el instrumentario de poder concentrado en el Ministerio del Interior.

El desembarco de Strauss en Bonn quedar¨ªa aplazado hasta el pr¨®ximo mes de marzo, cuando, tras conseguir la mayor¨ªa absoluta y libre de los liberales (FDP), podr¨ªa abandonar la presidencia del Gobierno de Baviera y pasar a ocupar el Ministerio de Asuntos Exteriores y la vicecanciller¨ªa en Bonn. La inc¨®gnita ahora es la reacci¨®n, el pr¨®ximo domingo, del electorado de Hesse a los acontecimientos de Bonn. El pase a la ofensiva del canciller Schmidt, al poner entre la espada y la pared a los liberales y obligarles a dimitir, parece haber puesto freno a un aut¨¦ntico compl¨® de Genscher y la derecha de su partido, representada por el conde Lambsdorff.

El semanario Der Spiegel informa incluso de una conspiraci¨®n de Genscher con altos dirigentes del grupo period¨ªstico de Springer y Burda, que defienden posiciones derechistas, para acabar con la coalici¨®n social-liberal. Para los ¨²ltimos d¨ªas de la campa?a electoral de Hesse los socialdem¨®cratas ya han lanzado un eslogan contra los liberales: "Traici¨®n en Bonn".