Confirmaci¨®n madrile?a del Ballet Cl¨¢sico de Zaragoza
Mar¨ªa de Avila era, hasta hace tres semanas, el secreto mejor guardado de la danza en Espa?a. S¨®lo los iniciados conoc¨ªan la raz¨®n detr¨¢s del hecho -estad¨ªsticamente ins¨®lito- de que todos los bailarines cl¨¢sicos espa?oles que se ven por el mundo fueran aragoneses. O de que los profesionales de la danza, en lugar de enviar a sus hijos a estudiar ballet a Londres o a Par¨ªs, los mandaran a Zaragoza.El jueves, en el teatro de la Zarzuela, todos esos profesionales, m¨¢s un p¨²blico que abarrot¨® el teatro para la inauguraci¨®n de la temporada de ballet, pudieron al fin exteriorizar su admiraci¨®n en una ovaci¨®n rayana en la apoteosis que acogi¨® la presentaci¨®n en Madrid del Ballet Cl¨¢sico de Zaragoza, que Mar¨ªa de Avila ha montado y dirige, tan s¨®lo veinte d¨ªas despu¨¦s de su deb¨² ante el p¨²blico durante los festivales de Goya en la capital aragonesa, y de cuyo ¨¦xito ya se dio cuenta en estas p¨¢ginas.
Ballet Cl¨¢sico de Zaragoza
Sinfon¨ªa a la manera de obertura, coreograf¨ªa de Mar¨ªa de ?vila sobre m¨²sica de F. Mendelssohn. Tiempo rom¨¢ntico, coreograf¨ªa de Cristina Mi?ana sobre m¨²sica de J. Brahms. Gran paso a dos cl¨¢sico, coreograf¨ªa de Cristina Mi?ana- V¨ªctor Gsovski sobre m¨²sica de B. E E. Aubert. El corsario (paso a dos), coreograf¨ªa de Lola Garc¨ªa G¨®mez-Marius Petipa sobre m¨²sica de R.Drigo. Serenata para cuerdas, coreograf¨ªa de Mar¨ªa de Avila sobre m¨²sica de P. Chaikovski. A?os veinte, Scarbo y Concierto, coreograf¨ªas de Cristina Mi?ana sobre m¨²sica de M. Ravel. Directora: Mar¨ªa de Avila.Teatro de la Zarzuela, 23 de septiembre.
S¨®lo tres semanas de vida profesional, pero el Ballet Cl¨¢sico de Zaragoza: es todo menos una improvisaci¨®n: Mar¨ªa de Avila, que fue primera bailarina del ballet del Liceo de Barcelona, lleva treinta a?os ense?ando danza acad¨¦mica y se ha convertido, en este tiempo, en una de las maestras m¨¢s respetadas de Europa. La suerte es que, contrariamente a lo que ocurri¨® con otros, como Jos¨¦ Ferr¨¢n o Jos¨¦ de Udaeta, Mar¨ªa de Avila no se fue a ense?ar fuera.
Dar la campanada
El programa con que se present¨® el Ballet Cl¨¢sico de Zaragoza iba, l¨®gicamente, destinado a dar la campanada en Madrid sobre el nivel t¨¦cnico y de preparaci¨®n art¨ªstica de los dieciocho j¨®venes componentes del conjunto, a mostrar la impecable escuela en que est¨¢n formados.El primer tiempo de la Sinfon¨ªa italiana, de Mendelssohn, despleg¨® a la compa?¨ªa en una gran sencillez cl¨¢sica, sacada a base de claridad de l¨ªneas y tranquilidad de espalda. La pareja solista -Arantxa Arg¨¹elles y Antonio Castilla- conquist¨® al p¨²blico inmediatamente por la naturalidad y el encanto con que se desenvolvieron en su papel. Pero la cosa no hab¨ªa hecho m¨¢s que empezar: tras un Tiempo rom¨¢ntico muy bien montado y evocador de Margarita Gauthier, la misma jovenc¨ªsima Arantxa Arg¨¹elles, con Antonio Almeridara, bailaron el Grand'Pas Classique, que, desde su creaci¨®n en 1949 por el maestro ruso Gsovski, est¨¢ en el repertorio de muchas compa?¨ªas como pieza de lucimiento.
Antes aun que los aplausos, empezaron a o¨ªrse en la sala suspiros de admiraci¨®n e incredulidad, y con el paso a dos de El corsario, en el que apareci¨® por primera vez Trinidad Glarc¨ªa Sevillano -una muy joven bailarina de portentosas facultades- con Antonio Castillo, estuvo a punto de alcanzarse en la sala la temperatura de ebullici¨®n. La formidable extensi¨®n de la Garc¨ªa Sevillano, aguantada aparentemente sin esfuerzo, tanto apoyada como en el aire, la limpieza de sus giros y la especial¨ªsima l¨ªnea po¨¦tica de sus arabesques y attitudes son realmente cosa poco com¨²n. Castilla, por su parte -en un papel favorito de los superbailarines de esta "era Nureyev"-, mostr¨® una t¨¦cnica vistosa pero nunca forzada y supo mantenerse sobrio y, sereno ante tanta tentaci¨®n al exceso como proporciona esta pieza.
Nivel de solistas
Esta, primera parte termin¨®, con la versi¨®n de Mar¨ªa de Avila de Serenata para cuerdas, de Chaikovski, la c¨¦lebre Serenade que fue una de las primeras obras de Balanchine en Am¨¦rica y, que hoy est¨¢ en el repertorio de tantas compa?¨ªas europeas. M¨¢s geom¨¦trica y tensa que la de Balanchine, la Serenata de Mar¨ªa de Avila mostr¨® a un cuerpo de baile en el que casi todas las bailarinas tienen nivel de solistas. Aqu¨ª, como en toda la primera parte, se ech¨® de menos la orquesta, que hubiera ayudado al conjunto en la ligaz¨®n de los pasos y en el desarrollo de su musicalidad. La segunda parte del programa estuvo formada por tres piezas de Cristina Mi?ano, la subdirectora del grupo, sobre m¨²sica de Ravel. Trinidad Garc¨ªa Sevillano y Antonio Castilla volvieron a maravillar con su paso a dos, tan lleno de dificultades y tan distinto del anterior, y el programa se cerr¨® con el Concierto para la mano izquierda, de un gran academicismo en forma moderna, bailado con la claridad y la limpieza que caracterizan a esta compa?¨ªa que, en1res semanas, ha cambiado de forma radical ¨¦l panorama del ballet en nuestro pa¨ªs.
El Ballet Cl¨¢sico de Zaragoza, con actuaciones hasta ma?ana, inaugura en el teatro nacional de la Zarzuela la Temporada de Ballet 1982. Hasta el pr¨®ximo 7 de noviembre pasar¨¢n por este escenario el Orfe¨®n Donostiarra, con la Orquesta Sinf¨®nica de Madrid (d¨ªas 2 y 3 de octubre); el Ballet Nacional Espa?ol, dirigido por Antonio (del 7 al 17 de octubre) y el Ballet Nacional Cl¨¢sico, dirigido por V¨ªctor Ullate (del d¨ªa 22 de octubre al 7 de noviembre).
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