Visto para sentencia el juicio contra los presuntos responsables del fraude de la carne
El fiscal de la Audiencia de L¨¦rida (Lleida) elev¨® a definitivas las conclusiones provisionales y, por tanto, la petici¨®n de penas para los seis procesados por el comercio clandestino de carne de animales muertos y enfermos que era destinada a consumo humano. Por su parte, los tres abogados defensores mantuvieron tambi¨¦n su petici¨®n de absoluci¨®n para sus clientes. La causa qued¨® vista para sentencia a mediod¨ªa de ayer.El ministerio fiscal solicit¨® un total de 42 a?os de c¨¢rcel por presuntos delitos contra la salud p¨²blica y por falsificaci¨®n de documentos oficiales. La declaraci¨®n de unos cuarenta testigos en la vista oral no ha arrojado demasiados datos nuevos sobre el asunto. Especialmente oscuros han quedado aspectos como el suministro de los animales y la posterior comercializaci¨®n de la carne.
El presidente del tribunal calific¨® de muy importante, sin embargo, la declaraci¨®n del veterinario que inspeccion¨® la carne de la sala de despiece clandestina los d¨ªas 31 de julio y 3 de agosto de 1981. Durante estos cuatro d¨ªas, si bien las dependencias quedaron selladas, las c¨¢maras frigor¨ªficas no dejaron de funcionar.
No cabe, pues, la posibilidad de que el deterioro de las 120 canales de cerdo pudiera deberse totalmente al calor, hip¨®tesis que la defensa de los cuatro hermanos Escriv¨¢ Salvad¨®, propietarios del matadero, hab¨ªa apuntado. Seg¨²n el veterinario inspector, la carne no era apta para el consumo humano y presentaba manchas verdosas y sanguinolentas. Se ratific¨® el facultativo en su declaraci¨®n inicial, que los an¨¢lisis posteriores confirmar¨ªan, en el sentido de que la mayor¨ªa de las canales intervenidas conten¨ªa una carga microbiana muy importante.
Tambi¨¦n declararon durante la tarde del mi¨¦rcoles y la ma?ana del jueves, al menos, seis veterinarios y cuatro personas relacionadas con el sector de frigor¨ªficos. Si bien coincidieron en subrayar la profesionalidad del veterinario procesado, Palau Segarra, qued¨® perfectamente demostrada la inoperancia del sistema del control veterinario: la entrega de gu¨ªas sanitarias en blanco y firmadas por el veterinario ha aparecido como pr¨¢ctica usual en f¨¢bricas de embutidos e instalaciones frigor¨ªficas.
Otro bloque de declarantes se apresur¨® a subrayar que el otro procesado, Jos¨¦ Franco Causanillas, gerente de Frigor¨ªficos Urgel, SA, no controlaba totalmente la actividad que en la empresa se realizaba. De acuerdo con las declaraciones, esta responsabilidad reca¨ªa frecuentemente en dos de sus empleados, Francisco Alb¨¢ y Ram¨®n Parramona. Este declar¨® que hab¨ªa entregado a los hermanos Escriv¨¢ un talonario de gu¨ªas firmadas en blanco por el veterinario interventor sanitario, Palau Segarra, y que lo hizo sin comunic¨¢rselo a dicho veterinario ni tampoco al gerente de la empresa, Franco Causanillas. Seg¨²n las diversas versiones que aparecieron en la vista oral, era perfectamente posible entrar y sacar carne de las c¨¢maras frigor¨ªficas de almacenaje de Frigor¨ªficos Urgel, SA, sin que el gerente ni el veterinario se enteraran.
Por otra parte, dos aspectos que en la elaboraci¨®n del sumario adquirieron un cierto relieve han sido analizados de: manera muy somera durante toda la vista oral. En este sentido, ¨²nicamente un comprador de la carne ilegal declar¨® ayer. Se trata del representante de Embutidos Mayoral, de Barbastro (Huesca), quien dijo que compraba unos cien mil kilos de carne al a?o a los hermanos Escriv¨¢ Salvad¨® y que nunca apreci¨® en el g¨¦nero ninguna deficiencia sanitaria. Asimismo indic¨® que en algunos casos, durante 1981, las gu¨ªas que acompa?aban la carne ¨²nicamente ten¨ªan la firma del veterinario, sin estar rellenadas.
El otro punto apenas analizado es la red de proveedores del matadero clandestino que suministraban a los hermanos Escriv¨¢ las reses. Un ganadero intermediario declar¨® que en una ocasi¨®n hab¨ªa vendido a los Escriv¨¢ cinco terneros "que padec¨ªan del pulm¨®n". Asimismo, otro testigo, administrativo de una empresa, declar¨® haber avisado a los Escriv¨¢ para que recogieran unos cerdos muertos, operaci¨®n que fue realizada sin que "los vi¨¦semos" y por la que los Escriv¨¢ no cobraron nada.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.