Walter Benjamin o la melancol¨ªa de la izquierda
Recientemente se celebr¨® en Francfort (Rep¨²blica Federal de Alemania) una reuni¨®n para conmemorar el 902 aniversario del nacimiento de Walter Benjamin, de cuyo suicidio en Port Bou (Gerona) se cumplen hoy 42 a?os. Por otra parte, esta semana ha sido editado en Espa?a por Alfaguara Mi infancia en Berl¨ªn. Aquellas fechas y esta edici¨®n son un motivo m¨¢s para volver sobre la vitalidad de su pensamiento.
Fil¨®sofos alemanes y europeos, entre ellos Haug y Gl¨¹cksman, realizaron un examen cr¨ªtico riguroso, quiza demasiado severo, de la obra del genial fil¨®sofo berlin¨¦s en el reciente congreso.Se destac¨® el antisistematismo de su construcci¨®n filos¨®fica, la fragmentaci¨®n de su pensamiento, lo que irritaba a Adorno. Sin embargo, no hay que olvidar que pensaba a saltos, siguiendo la l¨®gica del coraz¨®n. Su gef¨¹lhte Wissen, su sabidur¨ªa sentida, si por una parte le llevaba a la dispersi¨®n, por otra ahondaba en una reflexi¨®n personal¨ªsima. Su libro Berliner Kindheit um Neunzehnhundert, recuerdos de su infancia berlinesa, es una obra maestra de introspecci¨®n interior, un ejemplo de lo que Schelling llamaba la filosof¨ªa narrativa.
Pero es la objetivaci¨®n de la idea la haza?a prodigiosa de Benjamin, es decir, la platonizaci¨®n del marxismo. La mercanc¨ªa es la idea plat¨®nica encarnada y personificada del mundo hist¨®rico del mercado. Atrae, seduce, conquista, endulza y corrompe el alma. Tiene un aura, nimbo dorado bizantino, concepto fundamental de la epistemolog¨ªa benjaminiana. Sin duda, fue Simmel el primero en descubrirlo en su Filosof¨ªa del dinero, pero era s¨®lo un velo que se interpon¨ªa entre nosotros y la realidad adinerada.
Mercanc¨ªa de la ciudad
La mercanc¨ªa como protagonista de la gran ciudad es el tema de Par¨ªs, capital del siglo XIX, una de las obras cumbres de Berijam¨ªn. All¨ª se ofrece abundante en los escaparates de las tiendas, en las boutiques enloquecedoras, a lo largo de las avenidas; penetran en las galer¨ªas, asom¨¢ndose esplendorosas en los mercados. El flaneur lleva la tristeza profunda de la mercanc¨ªa en s¨ª mismo. Es la imagen de la oquedad y del vac¨ªo, buscador del ¨¦xtasis; se embriaga y droga con una belleza pasajera que le promete el amor fugitivo y vil del producto que se ofrece. Baudelaire es el poeta de esta tristeza urbana. Y el dandi, el gozador de la moda como novedad interrumpida. Hasta que, saciado de lo nuevo y de su fatigado esnobismo, busca y encuentra lo ¨²nico verdaderamente nuevo: la muerte, "el ¨²ltimo antojo teol¨®gico de la mercanc¨ªa" (Marx).
Sin embargo, el arte, esa mercanc¨ªa sublimada, es una producci¨®n y reproducci¨®n de la realidad. Este es el tema de su libro La obra de arte en la edad de su reproductividad t¨¦cnica. Producir es una de las formas de la creaci¨®n est¨¦tica, pues "el arte persigue lo bello, y si bien simplemente lo reproduce", en verdad, lo recupera de las honduras del tiempo. Con la fotograf¨ªa, el retrato y el soneto, se inicia la decadencia del aura. El arte ya no puede ser el espejo de la realidad en torno. S¨®lo mediante la t¨¦cnica elaborada de la memoria o la invenci¨®n interior podemos volver a representar el aura, es decir, esa eternidad atractiva de nuestros sue?os o visiones realistas. Pero el arte se nos disuelve y pulveriza en instantes prodigiosos que nos hacen perder el sentido de la continuidad del tiempo, la realidad de la historia. Para evitar que la tierra recaiga en un estado de postraci¨®n y de inercia, debemos vivir animados por la esperanza hist¨®rica, que no es lineal, sino un c¨ªrculo conc¨¦ntrico. Se condensa en el Jetztzeit, concepto eje de las Tesis sobre filosof¨ªa de la historia, de Benjam¨ªn. Narrar hist¨®ricamente. no es reproducir el pasado tal como fue, ni participar en el futuro. El presente es el eje de la historia.
Pero es un presente tan actual, tan de ahora, que nos lleva al futuro y a la vez actualiza y revive el pasado. Zukunft ist M?glichkeit, nie Gewissheit, el futuro es posibilidad, no certidumbre. Y como no tenemos absoluta seguridad en la victoria de ese fin ¨²ltimo del mundo o de que la historia tiene un sentido final hacia el que se dirige, nace la melancol¨ªa de izquierda en Benjam¨ªn. As¨ª, dice en sus Einbahnstrasse, al analizar el cuadro Spes, de Andrea Pisano: el personaje sentado intenta coger con el brazo un fruto que le parece inalcanzable. Benjam¨ªn, pese a esta melancol¨ªa de izquierda, expres¨® a trav¨¦s de este s¨ªmbolo pl¨¢stico que el socialismo es real, pero no es una realidad completa. Esta paradoja dolorosa aument¨® la intensidad de su melancol¨ªa. Pese a que se suicid¨® o que lo fusilaron cerca de la frontera espa?ola, el 28 de septiembre de 1940, sin embargo, no desesper¨® nunca de la historia y de su meta inmanente.
Obras
Origen de la tragedia alemana La obra de arte en la edad de su reproductividad t¨¦cnica; Calle de direcci¨®n ¨²nica; Par¨ªs, capital del siglo XIX; Tesis de filosof¨ªa de la historia: Mi infancia en Berl¨ªn. En espa?ol han sido publicadas, entre otras, las traducidas y comentadas por Jes¨²s Aguirre, duque de Alba, Iluminaciones I, Iluminaciones II e Iluminaciones III, y Discursos interrumpialos, editadas por editorial Taurus, y ahora aparece, en Alfaguara, Mi infancia en Berl¨ªn.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.