Se suicida el vicepresidente del Banco Ambrosiano
El vicepresidente del Banco Ambrosiano, Giuseppe della Cha, se suicid¨® ayer por la ma?ana en Mil¨¢n. Ten¨ªa 54 a?os, estaba casado y era padre de dos hijos. Se tir¨® desde el cuarto piso del edificio del banco, por la ventana del retrete, falleciendo en el acto.
Es el tercer suicidio oficial en la triste y borrascosa historia del primer imperio bancario privado de este pa¨ªs. La primera v¨ªctima fue la secretaria del ex presidente, Roberto Calvi. Graziella Teresa Corracher se arroj¨® desde el cuarto piso del banco, el 17 de junio pasado. Dej¨® una carta en la que maldec¨ªa a Calvi. Al d¨ªa siguiente, su jefe, por ella maldecido, apareci¨® colgando bajo el puente de Blackfriars, en Londres. En los tres casos, las cr¨®nicas oficiales hablan de fragilidad nerviosa. Ya hay quien ironiza: "Un banco tan fr¨¢gil de nervios no pod¨ªa dejar de desplomarse".Mientras tanto, en Mil¨¢n el viejo Ambrosiano -a ra¨ªz del esc¨¢ndalo Calvi y del enorme endeudamiento de la instituci¨®n se produjo una intervenci¨®n estatal y ha pasa do a llamarse Nuevo Banco Ambrosiano- ha hecho otra v¨ªctima, aunque esta vez no mortal. Giuseppe Prisco, presidente de la orden de abogados milaneses, ha dimitido de su cargo porque tambi¨¦n ha sido acusado, como administrador del Ambrosiano, de bancarrota fraudulenta.
Y se asegura que no todo terminar¨¢ aqu¨ª. Los jueces de Mil¨¢n est¨¢n dispuestos a dar la batalla para que declaren judicialmente todos los verdaderos responsables del caso Calvi.
La comisi¨®n parlamentaria que indaga sobre la logia mas¨®nica Propaganda 2 (P 2), de Licijo Gel??, logia en la que figuraban tambi¨¦n los m¨¢ximos representantes del Ambrosiano, se encuentra en un aprieto. Formada por representantes de todos los partidos pol¨ªticos, no sabe c¨®mo resolver el problema de convocar a ilustres personajes de la vida pol¨ªtica de este pa¨ªs, de quienes se sabe, o se presume, que tuvieron contactos serios con el venerable maestro Gelli.
No ha habido problemas cuando se ha convocado ante el Tribunal Parlamentario a magistrados, periodistas, hombres de las altas finanzas, militares y miembros de los servicios secretos. Pero en cuanto se ha tocado el tema de llamar tambi¨¦n a los pol¨ªticos ha surgido la pol¨¦mica. Y la presidenta democristiana, Tina Anselmi, una mujer que se ha mostrado tan independiente que ya no cuenta con el apoyo de una buena parte de su mismo partido, est¨¢ en un aprieto.
El problema es exquisitamente pol¨ªtico. Sobre el caso Gelli existen dos teor¨ªas bien concretas: la de los que piensan que se trataba s¨®lo de una asociaci¨®n de gente aprovechada, que quer¨ªa crecer y enriquecerse, y la de los que empiezan a estar vada vez m¨¢s convencidos de que era algo m¨¢s, es decir, una verdadera intentona de golpe civil para llevar a este pa¨ªs a un nuevo r¨¦gimen autoritario. y presidencialista. Se sabe, por ejemplo, que Gelli, durante la presidencia de la Rep¨²blica de Giovanni Leone, quien tuvo que dimitir en 1978 a ra¨ªz del esc¨¢ndalo Lockheed, se paseaba por El Quirinal como hombre por su casa. Convocar ahora a los pol¨ªticos ser¨ªa, afirman quienes no desean ir al fondo a la cuesti¨®n, avalar la tesis de que la P 2 contaba ya con ramificaciones serias en el extranjero. Por eso se trata de ganar tiempo. Y la esperanza de los que temen verse comprometidos en un asunto tan feo es una sola: que unas elecciones anticipadas puedan parar la investigaci¨®n de Tina Anselmi.
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