Explosivos, una cuesti¨®n de oportunidad
?Por qu¨¦ presentar al Gobierno de Leopoldo Calvo Sotelo en sus ¨²ltimos d¨ªas de existencia un problema del alcance de Uni¨®n Explosivos Riotinto, que le puede afectar incluso personalmente, en lugar de haber esperado un mes y pon¨¦rselo encima de la mesa al equipo ministerial que surja de las pr¨®ximas elecciones? Esta era la pregunta que se hac¨ªan diversos especialistas financieros, espa?oles e internacionales, en busca de la explicaci¨®n al aparentemente brusco y unilateral aplazamiento en el pago de las amortizaciones de los pr¨¦stamos internacionales de ERT.La respuesta a esta interrogante no aparece clara ni mucho menos uniforme. Para algunos medios bancarios nacionales estrechamente ligados con la trayectoria de la compa?¨ªa, se trata tan s¨®lo de razones t¨¦cnicas. "La situaci¨®n financiera se hac¨ªa ya pr¨¢cticamente insostenible. Se hab¨ªa confiado en exceso el futuro de ERT a las ayudas oficiales que no llegaron. No exist¨ªa ninguna posibilidad t¨¦cnica de mantener la situaci¨®n, m¨¢xime si se tiene en cuenta que las aportaciones oficiales se consideran imprescindibles para garantizar el futuro de la compa?¨ªa, y que media un plazo no inferior a cuatro meses antes de que el pr¨®ximo Gobierno est¨¦ en condiciones de decidir una estrategia concreta" Estas palabras del responsable de uno de los tradicionales financiadores de Explosivos viene a resumir el punto de vista de la comunidad bancaria nacional en relaci¨®n a los problemas de la empresa.
Desde los primeros d¨ªas del presente a?o los responsables de ERT aceleraron los contactos que hab¨ªan venido manteniendo con la Administraci¨®n. El objetivo estaba muy claro: hab¨ªa que conseguir apoyos administrativos para las divisiones de la compa?¨ªa que actuaban en sectores claramente en crisis. Para ello se recordaban los planes de reconversi¨®n a los que se hab¨ªa sometido a otras actividades industriales claramente deficitarias.
Seg¨²n diversas fuentes, los responsables de ERT estaban esperando desde el pasado mes de marzo las ayudas de la Administraci¨®n. De aqu¨ª se pas¨¦ a mayo, donde comenzaron a detectarse los primeros s¨ªntomas de intranquilidad entre la comunidad bancaria internacional. Julio, agosto y septiembre se correspondieron con otras tantas expectativas "casi casi seguras" de que llegase la esperada ayuda. En septiembre la situaci¨®n se hizo ya dif¨ªcilmente sostenible y como se hab¨ªan venido aplazando las decisiones para conseguir refinanciar la deuda a corto plazo, fiando su soluci¨®n a las aportaciones administrativas, la compa?¨ªa se encontr¨® pr¨¢cticamente en un callej¨®n sin salida.
Hasta aqu¨ª todos los testimonios que ha podido recoger EL PAIS coinciden, pero a la hora de evaluar la decisi¨®n de la compa?¨ªa se muestran francamente divergentes. Para los medios m¨¢s directamente relacionados con la compa?¨ªa era la ¨²nica soluci¨®n posible, que adem¨¢s aportaba la Ventaja de que el pr¨®ximo Gobierno jam¨¢s podr¨ªa calificar a ERT de saboteador.
Sin embargo, en medios pr¨®ximos a la banca extranjera se mira con una tremenda aprensi¨®n la decisi¨®n de los responsables de Explosivos Riotinto y se les tacha de excesivamente poco previsores, recordando que hace poco menos de seis meses el cr¨¦dito internacional de la compa?¨ªa era a¨²n bastante aceptable y podr¨ªa haber planteado las bases para una refinanciaci¨®n de sus obligaciones de pago m¨¢s perentorias, aunque no hubiese sido en las condiciones ¨®ptimas.
Por su parte, fuentes sindicales manifestaron que las dificultades de ERT eran p¨²blicas desde hac¨ªa bastantes meses y no se explican la tardanza de la empresa en adoptar decisiones que hubiesen podido garantizar el futuro de la empresa. "Como casi siempre, los trabajadores cargaremos con una parte de las culpas que nos son ajenas. La reestructuraci¨®n que indefectiblemente debe acometer la empresa, l¨®gicamente pasar¨¢ por una reducci¨®n de plantilla en las divisiones menos rentables, que aunque no se acometa de forma inmediata terminar¨¢ por afectarnos".
En algunos medios financieros poco relacionados con la compa?¨ªa se estima que esta hubiese podido ser una factura que los responsables de ERT y los banqueros m¨¢s afectados por su mala situaci¨®n econ¨®mica estar¨ªan pasando al presidente Calvo Sotelo en los ¨²ltimos d¨ªas de su mandato. En los mismos medios, donde se conoc¨ªan los intentos de los responsables de la empresa por alcanzar acuerdos con la Administraci¨®n. se apuntaba el convencimiento de que el vicepresidente econ¨®mico del Gobierno, Jos¨¦ Antonio Garc¨ªa D¨ªez opuso una resistencia numantina a conceder apoyos a Explosivos, lo que contribuy¨® a aumentar la indecisi¨®n de Leopoldo Calvo Sotelo, que desde el primer momento se hab¨ªa mostrado muy poco proclive a que su Gabinete se viese directamente involucrado en una operaci¨®n de apoyo en la sociedad de la que ¨¦l mismo hab¨ªa sido consejero delegado hasta 1975.
Esta oposici¨®n del m¨¢ximo responsable de las carteras econ¨®micas ha sido considerada como el factor decisivo en la ausencia de apoyos oficiales a ERT. Desde medios del sector privado, y de forma confidencial, se ha criticado duramente esta decisi¨®n, mientras se se?alaba que si hay dinero p¨²blico para financiar Altos Hornos o ENSIDESA por qu¨¦ no se ha de apoyar a una de las mayores empresas industriales privadas del pa¨ªs con actividad en sectores estrat¨¦gicos importantes de la econom¨ªa nacional.
Mientras, Juan Mir¨® Chavarr¨ªa, consejero director general de ERT, y los hombres de su divisi¨®n financiera aceleran los contactos con sus acreedores para poder presentar en un plazo lo m¨¢s breve posible un plan concreto de refinanciaci¨®n de los casi 120.000 millones de pesetas de deuda. Por el momento, la mayor parte de los acreedores internacionales han cedido en sus presiones al conocer que el banco de negocios norteamericano Lenham Brothers se har¨¢ cargo del nuevo dise?o financiero de la compa?¨ªa.
La experiencia de esta firma neoyorquina en el tratamiento de empresas en situaci¨®n l¨ªmite le aporta una notable credibilidad en medios financieros internacionales. Los casos de Chrysler e International Harvester han sido presentados a los acreedores m¨¢s tozudos.
Mientras, s¨®lo queda aplicar la m¨¢xima sajona waft and see y esperar a ver en qu¨¦ acaban todas las negociaciones. En cualquier caso, el pr¨®ximo Gobierno tendr¨¢ la ¨²ltima palabra, puesto que los responsables de ERT han reconocido la necesidad de algunas ayudas oficiales espec¨ªficas.
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