El Partido Conservador brit¨¢nico no tiene f¨¢cil ni r¨¢pida soluci¨®n para el desempleo
El Partido Conservador brit¨¢nico ha lanzado un desaf¨ªo al electorado del Reino Unido. "No hay soluci¨®n f¨¢cil ni r¨¢pida al problema del desempleo", se?al¨® ayer en Brighton, con una mezcla de franqueza y de arrogancia -muy aplaudida-, el ministro de Trabajo, Norman Tebbit, en el congreso anual del Partido Conservador.
El thatcherismo sigue su curso y ha logrado ya transformar la esencia de este partido. Los moderados -con la excepci¨®n del ex primer ministro Edward Heath- han puesto una sordina a sus cr¨ªticas a la primera ministra ante su indudable popularidad.En el debate -si as¨ª se puede calificar a una serie de mon¨®logos- sobre el paro, Tebbit culp¨® a los anteriores Gobiernos y a los l¨ªderes sindicales radicales de los actuales problemas econ¨®micos, sin olvidar la crisis internacional. El ministro se explay¨® sobre los programas del Gobierno para combatir el paro, especialmente en la versi¨®n juvenil. El n¨²mero actual de parados se eleva a 3,3 millones. El desempleo se ha triplicado en los tres a?os y medio del Gobierno Tatcher.
Encabezan las encuestas
Los conservadores siguen encabezando las encuestas de opini¨®n, a pesar de la mala situaci¨®n econ¨®mica del pa¨ªs. Estas mismas encuestas ponen al paro como el problema fundamental en la mente de los brit¨¢nicos. De hecho, la sala de congresos de Brighton estaba repleta para este debate, demostrando el inter¨¦s por el tema. El nuevo departamento de mercadotecnia del Partido Conservador debe estar alerta, y quiz¨¢ haya concluido que el mensaje de Margaret Thatcher ha hecho mella en el electorado: no hay alternativa.La teor¨ªa y la pr¨¢ctica thatcherista no concuerdan. A¨²n, dicen sus defensores, la privatizaci¨®n de la econom¨ªa y su racionalizaci¨®n seguir¨¢n adelante, habiendo ya logrado indudables ¨¦xitos en algunos campos. Pero la econom¨ªa estatal sigue desempe?ando el papel predominante que ten¨ªa bajo Gobiernos laboristas, salvo en la lucha contra la inflaci¨®n; los dem¨¢s indicadores econ¨®micos no arrojan un balance halag¨¹e?o para el Gobierno Thatcher.
"Milton Friedman se quej¨® de que no hab¨ªa suficientes liberales decimon¨®nicos en este Gobierno", record¨® en un mitin marginal el moderado ministro para Irlanda del Norte, James Prior. Su repuesta fue la de decir que hab¨ªa pasado un siglo desde el siglo XIX, y que para el Partido Conservador asumir un liberalismo decimon¨®nico tendr¨ªa tan poco atractivo para los votantes como un Partido Laborista marxista.
Ante el renacer de Margaret Thatcher, los wets (moderados) de su partidoy de su Gobierno se han visto obligados a moderar sus cr¨ªticas a los dries (duros). Se limitan a hablar, en t¨¦rminos generales, de ampliar la definici¨®n del estado de bienestar. Wets significa h¨²medos; dries, secos. El h¨²medo ministro del interior, William Whitelaw, prefiere ahora abandonar esta terminolog¨ªa de buen colegio de pago ingl¨¦s para diferenciar entre los ginebreros -conservadores tradicionales- y los whiskeros -Thatcher y sus ac¨®litos-, pues, efectivamente, Thatcher no ha logrado transformar el tradicional Partido Conservador, paternalista y aristocr¨¢tico, de Harold Mac Millan en un partido agresivo, populista y radical. De conservador ya s¨®lo tiene el nombre. El ¨²nico portavoz de la protesta conservadora es Heath, pero ya no est¨¢ en el Gobierno.
En el tedioso debate sobre pol¨ªtica exterior, el jefe de la diplomacia brit¨¢nica, Francis Pyrn, defendi¨® ayer la actuaci¨®n brit¨¢nica en la crisis de las Malvinas (sobre la que no negociar¨¢ con Argentina mientras mantenga una actitud beligerante). Pym reiter¨® su fe en la Alianza Atl¨¢ntica y en la CEE. Destacaron los aplausos a su antecesor, lord Carrington.
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