Hacer imposible, paso a paso, el holocausto nuclear
Crear zonas desnuclearizadas en el mundo es hacer cada d¨ªa m¨¢s dif¨ªcil el holocausto total. A esta idea ha dedicado los quince ¨²ltimos a?os de su vida el Nobel mexicano de la paz, Alfonso Garc¨ªa Robles, si bien con resultados bastante parcos, que por ahora se limitan al ¨¢rea latinoamericana, donde el Tratado de Tlatelolco cre¨®, en 1967, la primera zona del mundo libre de armamento at¨®mico.El viejo sue?o del diplom¨¢tico mexicano es convencer a otros Gobiernos para que sigan el ejemplo de Am¨¦rica Latina en sus respectivas regiones, de forma que surjan nuevas zonas desnuclearizadas en Africa, el Indico, sureste asi¨¢tico, Escandinavia, Balcanes, Europa central y Oriente Pr¨®ximo. El objetivo ¨²ltimo ser¨ªa limitar las armas at¨®micas a las superpotencias y a sus aliados inmediatos.
Garc¨ªa Robles es un convencido de que el desarme, y m¨¢s concretamente la desnuclearizaci¨®n, es la forma m¨¢s s¨®lida y duradera de contribuir a la paz mundial. Desde su punto de vista, el equilibrio del terror es una aberraci¨®n de las relaciones internacionales que si se alimenta indefinidamente acabar¨¢ en guerra de forma inevitable.
Diplom¨¢tico de amplia formaci¨®n jur¨ªdica (licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Aut¨®noma de M¨¦xico, graduado en Derecho Internacional por la Sorbona y La Haya), Alfonso Garc¨ªa Robles, de 71 a?os, ha recorrido todo el escalaf¨®n del servicio exterior de su pa¨ªs. Se inici¨® como tercer secretario de la legaci¨®n mexicana el Suecia en 1939, y en 1975 fue secretario de Relaciones Exteriores.
Sus amigos le describen como un diplom¨¢tico sobrio, introvertido, poco amigo de fiestas y plenamente entregado a su trabajo. Es autor de una veintena de libros, varios de ellos dedicados al Tratado de Tlatelolco y a la proscripci¨®n de armas nucleares en Am¨¦rica Latina.
La paz mundial ha sido una de sus obsesiones. Su contribuci¨®n m¨¢s real. al proyecto de desnuclearizar el mundo es el Tratado de Tlatelolco, cuyos enconados debates preparatorios (1964-1967) llegaron a buen fin en gran parte por la decisi¨®n de Garc¨ªa Robles, por aquel entonces subsecretario de Relaciones Exteriores y presidente de la misi¨®n mexicana. Suya hab¨ªa sido la idea de la conferencia.
El Tratado de Tlatelolco se abri¨® a la firma el 14 de febrero de 1967 y entr¨® en vigor dos a?os m¨¢s tarde. Veintid¨®s pa¨ªses de Am¨¦rica Latina forman parte de la Organizaci¨®n para la Proscripci¨®n de Armas Nucleares en Am¨¦rica Latina (OPANAL), organismo, con sede en M¨¦xico, que se encarga del seguimiento del tratado. Argentina, Cuba, Brasil y Chile a¨²n no se han integrado.
Este tratado obliga a los pa¨ªses signatarios a no disponer de arsenales nucleares en su territorio, sean propios o de terceros, y a no permitir el paso de armas at¨®micas.
El ¨²ltimo firmante, en noviembre del a?o pasado, ha sido Estados Unidos, que se compromet¨ªa as¨ª a no estacionar armamento nuclear en sus bases de la zona del canal de Panam¨¢.
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