Caras largas
Felipe Gonz¨¢lez vol¨® ayer a Valencia para estar junto a un pueblo nuevamente anegado, pero tambi¨¦n para reba?ar unos minutos en Madrid, a lai?da o al regreso, junto a Alfonso Guerra y su cuartel general electoral. Junto con Julio Feo, el director de esta campa?a, vol¨® desde Vitoria ante el cierre de Sondica por la niebla. Cuando a primera hora de la ma?ana te arrastras desde la cama al ascensor del hotel bilba¨ªno de Felipe para intentar llenar tu cestita con noticias, la primera te la facilita un polic¨ªa nacional en el mismo ascensor, que apartando su metralleta te da la novedad de que el l¨ªder se ha marchado.Hasta las cuatro de la madrugada estuvo el candidato en sus habitaciones, con amigos y colaboradores, discutiendo en un ambiente amargo la actual situaci¨®n que a todos nos amilana. Tras el mitin de Vitoria un responsable de campa?a se acerc¨® a Felipe:
-El golpe est¨¢ dado. Vamos a llevarte con discreci¨®n a un sitio seguro.
Felipe, entre irritado e indignado, contest¨® fulminante:
-Vamos a nuestro hotel de Bilbao.
Jornada de perros, malas noticias, rumores' desaforados, noticias ciertas y graves, otras tonter¨ªas sobre atentados a Felipe, saturaci¨®n de l¨ªneas telef¨®nicas y el coro telonero de la octava asamblea de ETA apoyando el cambio con un rosario de bombas por Euskadi. Felipe habl¨® telef¨®nicamente con Carlos Garaikoetxea y a las dos de la madrugada estaba buscando a Mario Onaind¨ªa. Habla con el Rey a diario. Carmen Romero se queda preocupantemente en Madrid y Jos¨¦ Luis Moneo -casi el m¨¦dico particular del partido- vende bondadosamente la idea de que es que uno de los ni?os padece de anginas. Te comentan en un peri¨®dico local que el responsable de la inteligencia militar aqu¨ª destinado acostumbra, en un esfuerzo de profesionalidad, a telefonear a los diarios; para inquirir informaci¨®n. Una amiga importante prefiere no pernoctar en su domicilio el pr¨®ximo d¨ªa 28. Un experto en asuntos militares hace cuentas sobre un velador: "Me salen dos mil golpistas en el Ej¨¦rcito espa?ol; una minor¨ªa".
-?Oye (voz an¨®nima) vete a deprimir a otra parte! El 28 hay una cita con las urnas y ya de antemano las est¨¢n llenando de temor, de abstenci¨®n o de reservas ante'e1 triunfo socialista. Golpe habr¨¢, por supuesto. La primera hip¨®tesis de trabajo de los socialistas espa?oles analiza un cuartelazo en el primer a?o de Gobierno. Un compa?ero llama a tu puerta con el ¨²ltimo sondeo: barrida socialista...
Onaind¨ªa te afirma en la cafeter¨ªa del hotel que ETA Militar est¨¢ buscando alguna buena excusa para apearse de la lucha armada y que el Rey -junto al Ayuntamiento de la ciudad- es una de las figuras institucionales m¨¢s respetadas por el pueblo vasco. Miguel Boyer, el anfitri¨®n de aquella cena hist¨®rica con este Fraga jupiterino, se olvida la cartera en la habitaci¨®n de Felipe y pulula por el hotel. Las ¨²ltimas noticias te afirman que el candidato socialista ha suspendido su intervenci¨®n en Bilbao y en Logro?o por dificultades a¨¦reas. Pocos compa?eros de este bus electoral dan por bueno que Felipe deje de comparecer ante sus citas s¨®lo por problemas de vuelos e inundaciones, por graves que ¨¦stas sean. Quien puede dec¨ªrtelo te lo afirma: "El Rey se siente solo". ?En la tierra en que un ex dirigente de ETA Militar te habla con elogio del monarca, la panda del golpe sigue cobrando la n¨®mina del Estado y teni¨¦ndonos a todos en vilo! Ya se sabe que el seguro de paro s¨®lo es para los obreros.
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