Deficiente organizaci¨®n y pocos espect¨¢culos brillantes en el Festival de Teatro de Sitges
S¨®lo un grupo del 'off-off Broadway' y un cabar¨¦ femenino brit¨¢nico han destacado en calidad teatral
El Festival Internacional de Teatro de Sitges acaba de pasar, a duras penas, sin br¨ªo y poco brillo, su ecuador imaginario. La t¨®nica general es de una muy deficiente organizaci¨®n, quiz¨¢s causada tanto por el desbordamiento de una oferta excesivamente multitudinaria, inadecuada para un festival con un presupuesto de unos catorce millones de pesetas, como por la falta de una finca concreta de temas o prioridades establecida, con tiempo y previsi¨®n, desde la direcci¨®n del festival.
Muchas de las mesas redondas anunciadas se han suspendido o mantenido a toda costa, sin que se lograra reunir a ponentes realmente documentados, salvo excepciones que confirman la regla, ni a un p¨²blico interesado (siete personas acudieron a la dedicada al teatro latinoamericano). Los espect¨¢culos que se ofrecen indican una falta total de rigor en la selecci¨®n, siendo, en su mayor¨ªa, de una calidad que no justifica su presencia en un escenario. Ha habido, desde luego, sorpresas m¨¢s que agradables que salvar¨ªan m¨ªnimamente la credibilidad de este decimoquintocertamen de Sitges.
El mejor, sin duda, ha sido hasta ahora el ofrecido por el grupo neoyorquino Medecine Show, titulado Poe Project. Por fin se pudo ver un montaje t¨ªpicamente off-off Broadway en este festival, aunque presentado en un espacio inadecuado para el trabajo de estos excelentes actores, dirigidos por James Barbosa. Barbosa es, como Barbara Vann, un ex miembro del Open Theatre. El resultado fue una espl¨¦ndida experiencia teatral del mas aut¨¦ntico vanguardismo, que reun¨ªa ensayos sobre el sonido de los accesorios esc¨¦nicos y estructuraba una verdadera avalancha musical y r¨ªtmica, servida por actores libres y precisos, de una calidad t¨¦cnica rayana con la perfecci¨®n.
Otro espect¨¢culo, menos importante, pero muy destacable en lo que va de festival, es el excelente cabaret In the Pink, representado por las cinco muje¨ªes inglesas que componen el grupo Raving Beauties (belle2:as turbadoras o radiantes). Este montaje hay que situarlo en la excelente (y disidente) tradici¨®n brechtiana inglesa que se desarroll¨® a partir de teatros como el Royal Court o el Old Vic, y que son ya una brillant¨ªsima realidad en la mejor tradici¨®n teatral inglesa. En esta l¨ªnea no debe olvidarse los nombres, tan desconocidos en nuestro pa¨ªs, de Edward Bond (en cuya obra Bingo trabaj¨® el director de este espect¨¢culo David Howey) y el joven Howard Brenton, autor de The romans in Britain, donde tambi¨¦n apareci¨® una de las actrices de este montaje, Anna Carteret. Se trata de un recorrido musical y feminista por la vida de una mujer desde que nace hasta que muere. Canciones muy eficaces y divertidas, alarde fon¨¦tico y buen hacer mantuvieron el inter¨¦s del p¨²
blico, sin resquicios ni baches. Dos chicas del Dance Theatre Raatiko, de Helsinki, consiguieron lo mismo en el espect¨¢culo Toe dance, aunque con t¨¦cnica inferior y unos presupuestos esc¨¦nicos menos arriesgados. Los dem¨¢s espect¨¢culos del festival van pasando con indiferencia si exceptuamos la valiente aparici¨®n del ¨²ltimo producido por el grupo de sordomudos tinerfe?o Los Ambulantes, titulado Origen de luz. Hoy se anuncia la no comparecencia del grupo vasco Geroa ni del navarro Yauzkaki.
En el terreno, m¨¢s imprevisible siempre, de los miembros de jurados convocados, hay que destacar la continua y destacada presencia de algunos de ellos como Alfonso Sastre, Jaime Salom, Rosa Chacel y un corto etc¨¦tera que no abarcaa los 33 definitivos.
Entre los no asistentes est¨¢n Antonio Gala, Jaime Gil de Biedma, Eliseo Bayo, Pedro Altares, Carlos Valle Incl¨¢n, Ana Diosdado y Jose Luis de Vilallonga.
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