Los abogados de Salvador Dal¨ª llegan a un acuerdo con la hija de Gala para que no reclame la herencia
Cecile Eluard, hija del poeta Paul Eluard y Elena Diakonof (casada en segundas nupcias con el pintor Salvador Dal¨ª), ha abandonado su pretensi¨®n de convertirse en heredera universal de su madre, a cambio de una importante suma de dinero y algunas obras de arte. La renuncia deja expedito el camino hacia Espa?a de la impresionante colecci¨®n privada del artista de Port Lligat. Las 75 obras, que componen la Colecci¨®n Gala, est¨¢n aseguradas en m¨¢s de 2.500 millones de pesetas y estuvieron a punto de destruirse por la humedad, en un guardamueble de Par¨ªs, donde el artista las almacen¨®.
Los abogados de Salvador Dal¨ª han llegado a un acuerdo con Cecile Eluard, hija del poeta Paul Eluard y Elena Diakonof (Gala), por el que ¨¦sta renuncia a reclamar su reconocimiento como heredera universal de su madre, que reuni¨® una considerable fortuna, especialmente en obras de arte, durante los 50 a?os que vivi¨® con el pintor catal¨¢n.El acuerdo fue ultimado la pasada semana, en un encuentro celebrado en Saint Tropez entre Cecile Eluard y el abogado Miguel Domenech, seg¨²n ha podido saber EL PAIS en fuentes solventes. Como contrapartida a su renuncia, Cecile Eluard recibir¨¢ una importante suma de dinero y algunas obras de arte. Cecile, que fue repudiada p¨²blicamente y por escrito por Gala, pretend¨ªa que se le reconocieran sus derechos hereditarios, a pesar de que ya en el lecho mortuorio su madre se neg¨® a recibirla el pasado mes de mayo.
Los abogados de Dal¨ª en Espa?a tuvieron conocimiento de estas pretensiones durante el pasado verano. "Cecile actu¨® presionada por algunos amigos, pero durante la negociaci¨®n se ha mostrado muy correcta y abierta a facilitar el acuerdo", explic¨® a este peri¨®dico la misma fuente. Al parecer, entre las compensaciones ofrecidas a la hija de Gala figuran algunas antiguas pertenencias de su padre, el poeta Paul Eluard, que Gala hab¨ªa conservado.
Una donaci¨®n mutua
En medios allegados al propio pintor, se destaca la celeridad con que ha actuado el equipo jur¨ªdico, con lo que se evitar¨¢n problemas ulteriores, a pesar de que se descarta que la reclamaci¨®n hubiera tenido posibilidades de ¨¦xito, ya que existen varios documentos legales por los que Dal¨ª y Gala se hacen donaci¨®n mutuamente de todos sus bienes.
El m¨¢s reciente de estos textos legales es una escritura notarial otorgada por el matrimonio ante el notario Miguel Moraleda Merino, en Figueres, el 11 de noviembre de 1977. En la exposici¨®n de este acta notarial se lee textualmente que "Don Salvador Dal¨ª ha hecho a su esposa, y en diferentes fechas, distintas donaciones de obras diversas que han pasado a formar la colecci¨®n Gala", y a?ade "que Do?a Elena Diakonof hace donaci¨®n devolviendo a su esposo Don Salvador Dal¨ª todas las obras y objetos que integran la colecci¨®n Gala, acordando ambos esposos dejarla en dep¨®sito al Teatro Museo Dal¨ª de Figueres, aceptando la donaci¨®n el se?or Dal¨ª.
Las disposiciones testamentarias, que no han sido modificadas, no parecen dejar ninguna opci¨®n de ¨¦xito a futuras reclamaciones. Tanto Gala como Dal¨ª han mantenido relaciones muy fr¨ªas con sus familias y no parece que ninguno de los restantes parientes con vida del matrimonio piense plantear reclamaciones parecidas. Gala tiene una hermana afincada en Viena, a la que muy de vez en cuando hac¨ªa llegar trasferencias de peque?as cantidades de dinero, que nunca sobrepasaban los 500 d¨®lares (50.000 pesetas).
Piezas en poder de familiares
El otro hermano de la musa vive en la penuria en la ciudad de Kazan, capital de la Rep¨²blica Socialista Sovi¨¦tica de los T¨¢rtaros. S¨®lo en una ocasi¨®n se acord¨® de ¨¦l, haci¨¦ndole llegar, a trav¨¦s de Enrique Sabater, el dinero necesario para pagar una operaci¨®n oftalmol¨®gica que le salv¨¦ de la ceguera total.
Salvador Dal¨ª, por su parte, sigue completamente distanciado de su hermana Ana Mar¨ªa, con la que se pele¨® al unirse a Gala, dejando incluso de hablarle y visitarla, a pesar de vivir ambos en Cadaqu¨¦s. Tras la muerte de Gala, el mayor obst¨¢culo entre ambos, Ana Mar¨ªa ofreci¨® su ayuda y compa?¨ªa a su hermano, quien la rechaz¨® airadamente.
La hermana del genio no ha mostrado nunca ning¨²n inter¨¦s por las actividades p¨²blicas de ¨¦ste, ni por su patrimonio, rehuyendo siempre hacer declaraciones y enriquecerse desvelando intimidades familiares. Los restantes familiares con vida del pintor, unos primos hermanos, que viven en Figueres y Barcelona, apenas si mantienen relaciones con ¨¦l, a excepci¨®n de Gonzalo Serraclara, que le visita semanalmente en el castillo de P¨²bol y act¨²a como testigo en la firma de toda clase de contratos y convenios, como en el protocolo oficial de la, exposici¨®n antol¨®gica del pintor que se celebrar¨¢ en Espa?a a principios de 1983.
Esta exposici¨®n antol¨®gica, organizada por el Ministerio de Cultura, no tiene fijada la fecha de su apertura, aunque se celebrar¨¢ en los primeros meses del pr¨®ximo a?o, en un principio en Madrid y Barcelona.
Algunos de estos parientes mantuvieron relaciones m¨¢s estrechas con Dal¨ª a?os atr¨¢s y alguno de ellos podr¨ªa guardar en su casa algunos cuadros propiedad del pintor de Port Lligat, seg¨²n afirman algunos de sus antiguos colaboradores. A excepci¨®n de la casa de Port Lligat, el castillo de P¨²bol y otra casa en el centro de Cadaqu¨¦s, Dal¨ª no posee otras propiedades ni ha invertido su dinero en operaciones financieras importantes, aunque posee importantes sumas de dinero en cuentas corrientes de bancos de Gerona y Nueva York. Su verdadera fortuna, blanco de las reclamaciones de la hija de Gala, la constituye su colecci¨®n privada de obras de arte, de su propia creaci¨®n y de otros artistas como Picasso. Esta colecci¨®n, a la que ¨¦l mismo ha bautizado como colecci¨®n Gala, naci¨® con las obras que Dal¨ª se neg¨® a vender y con las que regal¨® a Gala, a la que dej¨® escoger una tela de cada exposici¨®n que realiz¨® desde que se unieron en 1929.
Obras maestras en un guardamueble
La parte m¨¢s importante de la colecci¨®n, 75 cuadros entre los que se encuentran obras maestras como El gran masturbador, El enigma de Hitler y retrato de Paul Eluard, se encuentra depositada en dos almacenes de la zona franca de Ginebra, tras ser expuesta en las exposiciones antol¨®gicas de Par¨ªs y Londres. Las 75 obras est¨¢n aseguradas actualmente en m¨¢s de 2.500 millones de pesetas, aunque los expertos piensan que su valor real es muy superior. Estas telas capitales del surrealismo estuvieron a punto de quedar destruidas por la humedad en un guardamueble parisino, donde Dal¨ª y Gala las guardaron en los a?os cincuenta, seg¨²n ha revelado a este peri¨®dico un antiguo colaborador del pintor que particip¨® en el rescate de las piezas. "Dal¨ª dej¨® las obras embaladas en cajas de madera y ya no se preocup¨® de ellas hasta 1980, cuando decidi¨® colgarlas en la exposici¨®n antol¨®gica del Centro Pompidou. Fuimos al guardamueble un grupo de personas, entre las que se encontraban el propio Dal¨ª y el director del Pompidou", ha explicado este testimonio presencial, "y las cajas no aparec¨ªan por ninguna parte. Despu¨¦s de buscar por todas partes encontramos las cajas en un altillo donde reinaba la humedad. Nos quedamos helados al empezar a abrir las cajas enmohecidas y descubrir en ellas m¨¢s de setenta telas, cuyo valor en el mercado del arte pod¨ªa superar los 2.000 millones de pesetas. Ni el mismo Dal¨ª se acordaba de todas las telas que hab¨ªa almacenado all¨ª. Milagrosamente s¨®lo dos telas hab¨ªan sufrido los efectos de la humedad; los expertos del Centro Pompidou las restauraron gratuitamente, como agradecimiento a las facilidades dadas por el pintor".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.