California, el Estado m¨¢s innovador en la vida pol¨ªtica norteamericana
California, el Estado m¨¢s poblado de EE UU y con mayor n¨²mero de congresistas en el Capitolio en Washington, con un total de 43, requiere una campa?a electoral muy peculiar. A la inquietud por la situaci¨®n econ¨®mica se suman las preocupaciones por el peligro de una guerra nuclear, la conservaci¨®n del medio ambiente o la pol¨¦mica sobre el control o la libertad para la compra de pistolas, en un Estado en el que se calcula hay unos diez millones de pistolas para una poblaci¨®n de veinticuatro millones de californianos.
California, Estado innovador de la costa oeste norteamericana, debe escoger, para el puesto en disputa relativo al Senado, entre el actual gobernador Edmund Jerry Brown, por el Partido Dem¨®crata, y el alcalde de San Diego, Peter Wilson, candidato republicano. Tambi¨¦n debe elegir al nuevo gobernador del Estado, cargo cuyas preferencias van hacia el actual alcalde de Los ?ngeles, el dem¨®crata Tom Bradley, que puede ser el primer gobernador negro de Estados Unidos.
Votar pensando en el bolsillo
La campa?a, centrada sobre todo en publicidad en la televisi¨®n, moviliza a escaso p¨²blico a la hora de acudir a manifestaciones de tipo popular, ya sea en favor de la congelaci¨®n de las armas nucleares o de la denuncia de la pol¨ªtica econ¨®mica del presidente Ronald Reagan.
"La ausencia de voto, que debe interpretarse como un voto negativo, puede ser una de las caracter¨ªsticas de esta campa?a", dice un estudiante de Berkeley, "porque la gente no quiere a la Administraci¨®n Reagan, pero tampoco conf¨ªa en una alternativa dem¨®crata". El campus, que hace veinte a?os, en San Francisco, fue foco del movimiento hippy y del comienzo de las protestas contra la guerra del Vietnam, est¨¢ hoy tranquilo como una balsa de aceite, donde s¨®lo preocupa la obtenci¨®n de un buen diploma que facilite un puesto de trabajo.
"El d¨ªa de la elecci¨®n, la gente votar¨¢ pensando en su bolsillo" dice y repite el gobernador Edmund Brown, que rechaza la viabilidad del programa econ¨®mico del presidente Reagan, mientras los sindicalistas, de manifestaci¨®n en San Francisco, apoyan las tesis de denuncia contra una pol¨ªtica econ¨®mica marcada por m¨¢s del I0 de desempleo en EE UU. Brown promete luchar en el Capitolio washingtoniano por el desarrollo de las industrias de punta en California, sede de la mayor concentraci¨®n del pa¨ªs en innovaci¨®n tecnol¨®gica en computadoras, gen¨¦tica y telecomunicaciones.
Peter Wilson, desde el bando republicano, denuncia las "utop¨ªas" de Brown, destacando los elementos positivos de la pol¨ªtica econ¨®mica de Reagan. El r¨¦cord en la reducci¨®n de la inflaci¨®n, situado en algo m¨¢s del 5% anual, la baja del tipo de inter¨¦s bancario y la subida de la Bolsa en Wall Street. Wilson defiende el rearme de Estados Unidos y se opone a la demanda de congelaci¨®n de armas nucleares, as¨ª como al control para la compra de pistolas.
Junto al voto para el Congreso y el Senado en Washington, los californianos elegir¨¢n a los miembros del Congreso local, en Sacramento, y votar¨¢n para m¨²ltiples cargos municipales, adem¨¢s de propuestas de ley para el Estado, que van desde la petici¨®n de reducci¨®n de armamento nuclear hasta la conservaci¨®n del agua.
Los partidarios del voto antinuclear, del voto verde o del voto por el control de la venta de pistolas se enfrentan a los contrincantes de tales propuestas.
"Vote por su vida"
"Vote por su vida, vote Brown para el Senado", es el eslogan que aparece en las pantallas del televisor, junto a la imagen de un champi?¨®n provocado por la explosi¨®n de una bomba nuclear. "La gente est¨¢ muy sensibilizada por el temor de una guerra nuclear", explica Phil Burton, candidato dem¨®crata al Congreso, mientras se dispone a tomar la palabra ante no m¨¢s de unas trescientas personas sentadas en el c¨¦sped o bailando al son de una orquesta rock que anima el mitin antinuclear en el Golden Garden Park, en San Francisco.
Si los californianos aprueban la propuesta "12", en petici¨®n de la "congelaci¨®n de armas nucleares", ser¨¢n los primeros, junto con otros Estados que incluyen tambi¨¦n el tema en el voto, en incidir ante la Casa Blanca y el Congreso en un asunto de pol¨ªtica exterior. "Puede ser un voto", dicen los contrarios a la propuesta, "que debilite la posici¨®n de Estados Unidos a la hora de negociar frente a los sovi¨¦ticos"
Actores de cine, f¨ªsicos que participaron en la fabricaci¨®n de la primera bomba at¨®mica o la hija del propio presidente Reagan, Patty, apoyan el movimiento antinuclear. Organismos como el Sierra Club, destinado a la protecci¨®n de la naturaleza, intervienen tambi¨¦n en la campa?a, movilizando a millones de simpatizantes para que voten a los candidatos que protegen el medio ambiente. Es el primer s¨ªmbolo de voto verde en EE UU.
Los fabricantes de pistolas han gastado, millones de d¨®lares para que no progrese la propuesta "15", que pide tan, s¨®lo el registro obligatorio de quienes quieran comprar armas, mientras los defensores esgrimen estad¨ªsticas del alto ¨ªndice de crimen en California. As¨ª es la campa?a en el m¨ªtico Estado del Oeste norteamericano.
Una imagen de pol¨ªtico liberal
Ocho a?os como gobernador del Estado de California, dos intentos frustrados a la nominaci¨®n como candidato dem¨®crata a la presidencia de Estados Unidos y una imagen de pol¨ªtico liberal puede que no sean suficientes para que Edmund Brown, de 44 a?os de edad, obtenga el esca?o de senador del Estado de California en el Congreso norteamericano. Un sondeo del diario Los ?ngeles Times contin¨²a atribuyendo el 46% de los votos a Peter Wilson, republicano, de 49 a?os de edad, contra s¨®lo un 4l% para Brown. Al principio de la campa?a la diferencia era a¨²n mayor en contra de Brown.
"Siempre se prev¨¦ como perdedor, pero al final gana", dicen, optimistas, los partidarios de Brown. Con aspecto cansado y con las arcas casi vac¨ªas, tras un gasto de ocho millones de d¨®lares (unos 890 millones de pesetas), Brown opta por una estrategia de reconocer los errores de su mandato como gobernador a fin de remediar el l¨®gico desgaste de poder frente a sus potenciales electores. Justifica el apoyo financiero a la campa?a electoral de un juez nombrado por el propio Brown como la contribuci¨®n de un "amigo de familia". La historia, l¨®gicamente, la sacaron los partidarios de Wilson como contraofensiva a las declaraciones de Brown, que ventil¨® el que Wilson no hubiera pagado impuestos en 1981, a pesar de los 75.000 d¨®lares de ingresos (unos ocho millones de pesetas).
"Impuestos no declarados", dicen en el cuartel general de Wilson, "porque invirti¨® en un proyecto no rentable de alternativa energ¨¦tica, en Texas". Replican, pues, con las mismas armas proecologistas que esgrime Brown, en una campa?a de tono duro y cr¨ªticas mutuas.
El 'pap¨¢ Doc' de San Diego
Peter Wilson llega a la arena pol¨ªtica con el antecedente de haber trabajado para el equipo del presidente Richard Nixon. Tambi¨¦n como activo alcalde de la ciudad de San Diego, fronteriza con la mexicana de Tijuana y segunda en importancia en el Estado de California. Conocido como el pap¨¢ Doc de San Diego, as¨ª caricaturizado por sus detractores en comparaci¨®n con el dictador de Hait¨ª, Wilson sonr¨ªe ante tal acusaci¨®n y presenta su balance de activo alcalde y promotor de San Diego como principal centro econ¨®mico del sur de California.
Tanto Brown como Wilson pasan por ser dos ambiciosos hombres pol¨ªticos, con similitud de formaci¨®n jur¨ªdica, en la prestigiosa Universidad de Yale. Se a?ade como casi seguro vencedor para el cargo de gobernador el dem¨®crata de raza negra Tom Bradlev, que cuenta con el apoyo de las minor¨ªas ¨¦tnicas de su propia raza y de la hispana, de capital importancia en el Estado de California.
En tan disputada campa?a, con elementos tan dispares para el elector, las previsiones de los responsables de los sondeos tampoco pierden su peculiar estilo californiano. "La actual huelga del f¨²tbol americano", dice Mervin Field, especialista en sondeos, "puede influir en la campa?a, porque la gente presta m¨¢s atenci¨®n al tema pol¨ªtico".
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