El pr¨®ximo partido gubernamental naci¨® en una taberna galdosiana
La larga marcha hacia el poder del Partido Socialista Obrero Espa?ol comenz¨® hace 103 a?os en una taberna madrile?a de aire galdosiano. Una discreta l¨¢pida de bronce, emplazada junto a la fachada de Casa Labra, en la calle de Tetu¨¢n, recuerda la hist¨®rica ocasi¨®n: "El 2 de mayo de 1879 / en esta casa, careciendo los trabajadores de libertad para reunirse y asociarse, / se fund¨® el Partido Socialista Obrero Espa?ol, / 2 de mayo 1979".
Aquel acto fundacional era fruto de la voluntad y fe de Pablo Iglesias, tip¨®grafo, redactor con Jaime Vera del programa que servir¨ªa de base para las deliberaciones del primer congreso., celebrado legalmente en Barcelona en 1888. Entre los veinticinco asistentes de la Casa Labra aqu¨¦l 2 de mayo de 1879 hab¨ªa diecis¨¦is tip¨®grafos, tres m¨¦dicos y un doctor en Ciencias, entre otros profesionales.El crecimiento del partido fue lento. Hasta 1910, cuando aceptaron un pacto electoral con los republicanos, no consiguieron los socialistas un diputado.
Tras el estallido de la primera guerra mundial aument¨® su influencia en la pol¨ªtica nacional y su penetraci¨®n en el mundo sindical. En los a?os veinte tuvo lugar la irrupci¨®n en escena de la segunda generaci¨®n de l¨ªderes socialistas, con la muerte, en 1925, de Pablo Iglesias, cuya m¨ªtica figura marc¨® las primeras cuatro d¨¦cadas de la vida del partido. Se incorporaron intelectuales al equipo dirigente, y tuvo lugar la vergonzante etapa de colaboraci¨®n con el r¨¦gimen de Primo de Rivera, defendida por Largo Caballero, con la oposici¨®n de Indalecio Prieto.
El pacto de San Sebasti¨¢n, la proclamaci¨®n de la Il Rep¨²blica y la alianza parlamentaria gubernamental con los republicanos convirtieron al PSOE en una relevante fuerza pol¨ªtica, comprometida con la modernizaci¨®n de la sociedad.
El triunfo electoral de Lerroux y Gil Robles, en 1933, motiv¨® una radicalizaci¨®n del partido socialista, estimulada tambi¨¦n por otros factores, como la destrucci¨®n de los partidos socialdem¨®cratas alem¨¢n y austriaco, y el ascenso del fascismo en Europa. Tras el triunfo de la izquierda en 1936, ser¨ªa la facci¨®n m¨¢s radical del PSOE la que asumir¨ªa el protagonismo en el Gobierno resultante del frente popular. Tras el levantamiento militar, en julio de 1936, dos l¨ªderes socialistas, representantes de tendencias enfrentadas -Largo Caballero y Juan Negr¨ªn- asumieron la continuidad de las instituciones a lo largo de esta etapa de contienda civil, junto al presidente de la Rep¨²blica, Manuel Aza?a.
El final de la guerra civil marca el comienzo de una larga etapa de letargo en la vida del partido socialista. El PSOE no tuvo apenas papel alguno en la resistencia antifranquista. El exilio socialista fue un largo -y vac¨ªo- per¨ªodo de conflictos y enfr entamientos entre las diversas tendencias.
La primera reuni¨®n de Toulouse (1945) se conoci¨® como el congreso de las l¨¢grimas. Esa nota de impotencia pol¨ªtica ser¨ªa la inevitable caracter¨ªstica de buen n¨²mero de los congresos en el exilio por m¨¢s que elementos j¨®venes trataran de romper la rutina de una direcci¨®n anquilosada, como cuando en el congreso de Puteaux (1961) un ardoroso G¨®mez Llorente (de veintid¨®s a?os de edad) hiciera frente sin ¨¦xito al m¨ªtico Indalecio Prieto.
En 1970 los dirigentes socialistas del interior reivindicaron compartir la representaci¨®n internacional del partido con los del exilio. Un joven abogado sevillano, Felipe Gonz¨¢lez, defendi¨® con ¨¦xito estas tesis frente a Llopis.
En 1972 (Toulouse, el 252 Congreso, el de la renovaci¨®n) y en 1974 (Suresnes, ¨²ltimo congreso en el exilio) marcaron una etapa totalmente nueva, en la que el viejo equipo dirigente fue sustituido por una serie de l¨ªderes que un¨ªan a su juventud el conocimiento de las transformaciones ocurridas en la sociedad espa?ola durante los cuarenta a?os de franquismo.
El pacto del Betis -expresi¨®n acu?ada por Pablo Castellano referida a la alianza de los socialistas vascos y catalanes- convirti¨® a Felipe Gonz¨¢lez en el nuevo secretario general del partido.
Del marxismo al consenso
Entre 1974 y 1976, la nueva y joven direcci¨®n del partido impuso una l¨ªnea inspirada en cierto sentido en las tesis mitterrandistas, marcadamente lejos de una l¨ªnea socialdem¨®crata. Por otra parte, el partido se manten¨ªa firme en sus posiciones tradicionales: marxismo, republicanismo y federalismo.
En diciembre de 1976 se celebr¨® en un hotel madrile?o el 27? Congreso, tolerado y protegido por la polic¨ªa, aunque el partido estaba a¨²n en la ilegalidad. Felipe Gonz¨¢lez, quien no hab¨ªa querido prestar su apoyo a la reforma pol¨ªtica pilotada por Adolfo Su¨¢rez, ser¨ªa reelegido secretario general del partido.
Seis meses despu¨¦s, el PSOE -que en 1974 apenas contaba con tres millares de militantes- recib¨ªa los votos de casi el 30% del electorado en las primeras elecciones generales celebradas en Espa?a en cuarenta a?os.
En las elecciones de marzo de 1979, el PSOE -a pesar de algunos pron¨®sticos triunfalistas- apenas super¨® las cotas de votos y esca?os de 1977. Aquel fracaso sicol¨®gico se debi¨® en buena parte a que UCD supo rentabilizar el voto del miedo, al presentar al PSOE como un partido extremista. Felipe Gonz¨¢lez entendi¨® que hab¨ªa llegado el momento de remodelar el partido y la ocasi¨®n fue el 282 Congreso, en el mes de mayo de 1979.
El congreso, aparentemente, fue una derrota para Felipe Gonz¨¢lez, quien vio c¨®mo su propuesta de abandono del marxismo era rechazada por la comisi¨®n pol¨ªtica y por el pleno. Felipe Gonz¨¢lez no se present¨® a la reelecci¨®n y la direcci¨®n del partido qued¨® en Manos de una comisi¨®n gestora presidida por Federico de Carvajal.
En septiembre de 1979 se celebr¨® el congreso extraordinario para debatir la permanencia del marxismo en la definici¨®n estatutaria del partido y el nombramiento de la nueva comisi¨®n ejecutiva. El resultado fue un ¨¦xito total de Felipe Gonz¨¢lez, quien pudo introducir en el partido sus planteamientos pol¨ªticos al tiempo que, gracias a un liderazgo potenciado, lograba englobar las principales tendencias socialistas.
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