Hacia una polic¨ªa universitaria
La ley de la Polic¨ªa, de 4 de diciembre de 1978, cre¨® una nueva corporaci¨®n policial, integrada por los miembros del hasta entonces denominado Cuerpo General de Polic¨ªa, y el adjetivo superior, yuxtapuesto al sustantivo cuerpo no fue una concesi¨®n demag¨®gica ni gratuita. Obedeci¨®, por imperativo de coherencia, a una elevaci¨®n del car¨¢cter y naturaleza de las funciones con que quiso dotar el legislador a dicho colectivo.Esa ley, significativamente coet¨¢nea con la Constituci¨®n espa?ola, asignaba al Cuerpo Superior de Polic¨ªa la misi¨®n de dirigir y coordinar los servicios policiales en general; y, espec¨ªficamente, le atribu¨ªa las funciones, entre otras, de captaci¨®n y an¨¢lisis de las informaciones esenciales para el mantenimiento del orden y la seguridad p¨²blica; el estudio, planificaci¨®n, y ejecuci¨®n de los m¨¦todos y t¨¦cnicas de prevenci¨®n de la delincuencia y dem¨¢s comportamientos antisociales; la investigaci¨®n de los delitos y la elaboraci¨®n de informes t¨¦cnicos y periciales en tal materia.
Un colectivo en el desempe?o de funciones tan vitales para el buen desenvolvimiento de la convivencia social -funciones de evidente car¨¢cter t¨¦cnico y entidad superior- precisa disponer de un personal adecuadamente preparado. Y esa preparaci¨®n no se improvisa ni se adquiere en un cursillo de formaci¨®n acelerada. Se requiere el mismo tiempo que se invierte en cualquier carrera de nivel superior. De ah¨ª el acierto del real decreto que comentamos al determinar que los estudios en la Escuela Superior de Polic¨ªa, para cuyo ingreso se exige titulaci¨®n que posibilite el acceso a la universidad, constar¨¢n de cinco cursos acad¨¦micos, los tres primeros comprensivos del ciclo selectivo y b¨¢sico, y los dos ¨²ltimos, del ciclo de especializaci¨®n t¨¦cnica.
Formaci¨®n profesional
Como tambi¨¦n parece elogiable que se introduzca un procedimiento de acceso a la escala de mando que conjugue m¨¢s coherentemente que hasta ahora los valores de la experiencia con los de la capacidad y el af¨¢n de superaci¨®n. Y, asimismo, que se prevea la realizaci¨®n de cursos permanentes de actualizaci¨®n y perfeccionamiento profesional, e igualmente la impartici¨®n de cursos complementarios, encaminados a equipar los conocimientos del actual funcionariado que no posea titulaci¨®n universitaria ni de comisario con quienes cursen el nuevo plan de estudios.Una sociedad democr¨¢tica y moderna, conturbada por la violencia terrorista y la amenaza del golpismo, sometida a los peligros de una criminalidad cada d¨ªa m¨¢s organizada y sofisticada, necesita ser protegida por un cuerpo de funcionarios capaces de conducirse como verdaderos t¨¦cnicos y directivos de la funci¨®n policial y que a unas profundas convicciones de servicio a las libertades p¨²blicas y a los derechos constitucionales de los ciudadanos unan un aceptable grado de formaci¨®n human¨ªstica, jur¨ªdica, sociol¨®gica y cient¨ªfico-policial. El Estatuto de la Polic¨ªa, redactado por el Consejo de Europa, es muy claro y pormenorizador a este respecto: "El funcionario de polic¨ªa", dice, "debe recibir una formaci¨®n general y profesional profunda, antes y durante su servicio, as¨ª como una ense?anza apropiada en materia de problemas sociales, libertades p¨²blicas y derechos humanos (...). La responsabilidad individual de un funcionario de polic¨ªa es a menudo m¨¢s pesada que toda responsabilidad delegada o asumida por cualquiera que ejerza una profesi¨®n comparable. Ello exige, para ser ejercida convenientemente y con discernimiento, un sentido elevado y una capacidad de juicio sin fisuras. La formaci¨®n del personal de polic¨ªa desempe?a a este respecto un papel primordial". La acomodaci¨®n del texto decretado a esta doctrina del Consejo de Europa es irrefutable.
Por lo dem¨¢s, el actual equipo de direcci¨®n pol¨ªtica y profesional de la polic¨ªa ha venido efectuando notables esfuerzos dirigidos a acercar la instituci¨®n policial al estamento universitario. Dan fe de ello la participaci¨®n docente de catedr¨¢ticos en los cursos de comisarios y el convenio de cooperaci¨®n, en el ¨¢rea de la criminal¨ªstica, establecido entre la Direcci¨®n General de la Polic¨ªa y la Universidad Complutense. A partir de ahora, con esta reforma de la ense?anza a que estamos aludiendo se abren unas expectativas de intercomunicaci¨®n polic¨ªa-universidad que deben ser saludadas por toda la ciudadan¨ªa en raz¨®n a los beneficios que a ¨¦sta le deparar¨¢n sin duda. En efecto, una polic¨ªa adecuadamente formada ser¨¢ la mejor garant¨ªa de cabal ejercicio de la defensa de los derechos, libertades y seguridad ciudadana.
Hoy ya no es v¨¢lido el detectivismo meramente artesanal, emp¨ªrico e intuitivo. Nuestra sociedad necesita una polic¨ªa moderna, altamente tecnificada e impregnada de los saberes universitarios. Y si alg¨²n lector, leyendo esto, se sintiera inclinado al f¨¢cil chascarrillo por recordar la presencia policial de otras ¨¦pocas en los recintos universitarios, yo le invitar¨ªa a que reflexionara seriamente sobre la aportaci¨®n policial en Espa?a al asentamiento de la democracia.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.