Colombia promulga la amnist¨ªa para los grupos que acepten deponer las armas
El presidente colombiano, Belisario Betancur, suscribi¨® en la madrugada de ayer la ley de amnist¨ªa para los delitos pol¨ªticos, que otorga el perd¨®n gubernamental a los miembros de las organizaciones guerrilleras colombianas que acepten deponer las armas. Con ello, Colombia da un paso hacia la pacificaci¨®n de las zonas afectadas desde hace casi treinta a?os por la violencia de la guerrilla.
Esta medida de clemencia, que entr¨® en vigor ayer mismo en todo el territorio nacional y durante un per¨ªodo indeterminado de tiempo, concede la amnist¨ªa a los autores o c¨®mplices de "actos constitutivos de delitos pol¨ªticos", como la rebeli¨®n, la sedici¨®n o la sublevaci¨®n, pero no incluye otros delitos, como los homicidios fuera de combate y los asesinatos perpetrados con torturas o cuando la v¨ªctima estaba indefensa.
De cinco a seis mil guerrilleros que actualmente se encuentran en la clandestinidad y reagrupados en torno a seis organizaciones revolucionarias podr¨¢n beneficiarse de esta ley, as¨ª como los 350 prisioneros pol¨ªticos que deber¨¢n ser liberados pr¨®ximamente.
Aprobada por el Congreso tras dos meses de animados debates parlamentarios, la medida de clemencia es la tercera presentada por el Gobierno colombiano, tras los dos sucesivos fracasos intentados por el ex presidente Julio C¨¦sar Turbay, y ha sido considerada como la decisi¨®n m¨¢s importante adoptada por el presidente Betancur desde su llegada al poder el pasado d¨ªa 7 de agosto.
Una puerta abierta
En una alocuci¨®n de quince minutos dirigida a la naci¨®n, Betancur declar¨® que la ley de amnist¨ªa abre "una puerta grande para que el pueblo entre en la plenitud democr¨¢tica que desea y que ha esperado durante tanto tiempo". Pronunciando en 34 ocasiones la palabra paz, Betancur lanz¨® una apasionada arenga en favor de la amnist¨ªa que, seg¨²n se?al¨®, no constituye una "arrogancia del poder", sino "una medida para consolidar la libertad".El jefe del Estado anunci¨® que presentar¨ªa una serie de decretos complementarios en los dominios pol¨ªtico, jur¨ªdico, econ¨®mico y social, con el fin de "combatir los agentes ocultos de la subversi¨®n", que son el paro, el analfabetismo, la falta de viviendas y las carencias sanitarias.
Betancur agreg¨® que el Gobierno ha querido tratar a fondo "las causas estructurales" que han conducido a los insurgentes a tomar las armas, y precis¨® que lo que necesita el pa¨ªs "no es preservar privilegios caducos, sino sentar una nueva democracia que establezca un pacto hist¨®rico y no una estrategia equ¨ªvoca".
El presidente colombiano reconoci¨® que, adoptando esta medida de clemencia, lanzaba "un verdadero desaf¨ªo" contra ¨¦l mismo, proponiendo un tratamiento de la violencia "diferente del m¨¦todo tradicional", pero se?al¨® que "los colombianos est¨¢n cansados, descorazonados y saturados de violencia", y agreg¨® que su mandato se caracterizar¨¢ por cuatro a?os de trabajo al servicio de la paz, "con el fin de reducir los niveles de pobreza, las desigualdades sociales y la dependencia exterior del pa¨ªs".
Concluyendo su alocuci¨®n, Betancur afirm¨®: "porto el estandarte de la paz y quiero mantenerlo bien alto con la ayuda de mi pueblo", se?al¨® en medio de los aplausos de m¨¢s de setecientos invitados representantes de todos los sectores de la vida pol¨ªtica, econ¨®mica, social, religiosa y militar del pa¨ªs.
Dos de las principales organizaciones guerrilleras colombianas, el Movimiento del 19 de Abril (M-19, de extrema izquierda) y las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC, prosovi¨¦ticas), han anunciado su intenci¨®n de "deponer las armas sin rendirse", a la espera de las reformas econ¨®micas y sociales anunciadas por el Gobierno. Los otros movimientos guerrilleros, el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Nacional (ILN, filocastrista), el Ej¨¦rcito Popular de Liberaci¨®n (EPL, prochino) y dos grupos mao¨ªstas -los denominados Pedro Le¨®n Arboleda y Acci¨®n de Defensa Obrera- han rechazado la propuesta pacificadora y anunciaron que proseguir¨¢n la lucha armada.
Mientras el presidente Betancur ratificaba la ley de amnist¨ªa, cinco ind¨ªgenas, considerados colaboradores del Ej¨¦rcito, eran asesinados en el sur del pa¨ªs por grupos de las FARC.
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