La agon¨ªa del comunismo
Glucksmann, en un art¨ªculo publicado en EL PAIS el pasado domingo 14 de noviembre, dec¨ªa que la agon¨ªa del comunismo no era mas que el nombre dado a nuestro suicidio. Esto es completamente cierto en la medida en que, junto con nuestros ideales pol¨ªticos y nuestras convicciones filos¨®fico-te¨®ricas, enterramos tambi¨¦n nuestros sentimientos de solidaridad. El desencanto nos ha llevado al individualismo y a cultivar el yo como ¨²nico principio moral posible. Esto, aparentemente, no significa nada. Y no tendr¨ªa por qu¨¦ ser ning¨²n problema si no fuera porque a la sombra del individualismo (?o quiz¨¢ como su consecuencia natural?) est¨¢ resurgiendo el monstruo del fascismo. Nuestro desencanto est¨¢ preparando los hornos crematorios de nuestros hijos. Ser¨ªa muy de agradecer que nuestros fil¨®sofos, nuevos y viejos, que tienen tiempo para estos menesteres, se preocupasen por recordarnos la lectura de Nietzsche, que en los a?os treinta y cuarenta sirvi¨® de base te¨®rica para el florecimiento del nacionalsocialismo alem¨¢n. Quiz¨¢ a¨²n es tiempo de resistir frente a la civilizaci¨®n de los superhombres. /
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.