Entre Le¨®n y el Mediterr¨¢neo

"El n¨²cleo de mi obra", dice Antonio Colinas, "es la confrontaci¨®n entre mi tierra natal, Le¨®n, una de las provincias m¨¢s romanizadas de Espa?a, y el Mediterr¨¢neo. En mi tierra, en ese paisaje de la monta?a que nace, redescubro los signos y los s¨ªmbolos del Mediterr¨¢neo grecolatino, y al mismo tiempo encuentro, en las soledades y en las dificultades de la situaci¨®n de sus hombres, y en la dureza del paisaje, los aspectos m¨¢s entra?ables de mi poes¨ªa".Efectivamente, el primer libro de Colinas, Poemas de la tierra y la sangre, un libro primerizo y ya olvidado, se ce?¨ªa a la tierra. Ya el segundo, Preludios a una noche total, accesit del Adonais y publicado el mismo a?o de 1969, apuntaba a una nueva est¨¦tica, perfectamente definida en Truenos y flautas en un templo (Ir¨²n 1972). La cultura como ¨®ptica, y un suave barroco como forma, yendo desde la tierra de origen a una apertura de escenarios y de objetivos.

Sepulcro en Tarquinia, premio de la Cr¨ªtica 1975, que para algunos sigue siendo su mejor libro, era ya el descubrimiento total italiano. Aparec¨ªan, como en otros de la llamada generaci¨®n veneciana, las formas y colores venidas del renacimiento, las nostalgias de una cultura que se esfuma, los viejos mitos que siguen siendo capaces de dar forma a las nuevas pasiones, la riqueza de una paleta po¨¦tica a veces fr¨ªa pero siempre llena de matices. Y el c¨ªrculo se cierra, de momento, en Astrolabio (1979) donde el poeta recupera el tema del principio, pero al que ya no puede venir sin cargar con todo el acervo conquistado anteriormente.