Unos dos millones de espa?oles sufren depresi¨®n
El 7% de la poblaci¨®n adulta espa?ola, unos dos millones de personas, sufre depresi¨®n. Las dos terceras partes de los afectados son mujeres, y la mayor¨ªa de edades superiores a los cuarenta a?os y de clases sociales medias o bajas. Estos datos forman parte de un estudio sociol¨®gico, el Libro Blanco de la depresi¨®n en Espa?a, realizado por el gabinete Bernard Krief con el patrocinio de Laboratorios Lederle. Un equipo de diecis¨¦is psiquiatras colabor¨® en una evaluaci¨®n cualitativa previa del tema a partir de la celebraci¨®n de doce mesas redondas en distintas capitales espa?olas.
Un total de 605 encuestas personales a m¨¦dicos, psiquiatras y generalistas, y otras 3.003 a la poblaci¨®n en general complementadas con una investigaci¨®n en sesenta empresas de m¨¢s de doscientos trabajadores y el an¨¢lisis de las fuentes estad¨ªsticas existentes, constituyen el material sobre el que se ha elaborado este estudio que, seg¨²n su coordinador, el soci¨®logo Bernardo Rabassa, "ofrece la novedad de que la poblaci¨®n sondeada ha sido localizada al azar y en sus propios domicilios por lo que no ofrece los t¨ªpicos sesgos de los problemas en los pacientes entrevistados en consultas, hospitales o cl¨ªnicas".Las dificultades para clasificar y definir la depresi¨®n y la aceptaci¨®n cultura y social de ¨¦sta que se refleja en la expresi¨®n hoy tan com¨²n de 'estoy depre' o 'tengo la depre', es el primer punto que aborda el citado estudio.
A continuaci¨®n, se tratan los problemas en torno al diagn¨®stico de la depresi¨®n, su evaluaci¨®n seg¨²n las distintas escalas cient¨ªficas existentes y se establecen "los grupos de m¨¢s alto riesgo", esto es, los colectivos m¨¢s propensos a sufrirla.
Separados, divorciados y viudos
El estar separado o divorciado, tener siete o m¨¢s hijos, carecer de estudios, estar en paro, vivir solo o en pareja sin estar casado, son las circunstancias personales m¨¢s favorables a la aparici¨®n de transtornos depresivos. Contra el t¨®pico de que los ricos son mas propensos a la depresi¨®n porque "tienen m¨¢s tiempo para disfrutarla", los datos estad¨ªsticos revelan que ser de clase social baja o media-baja es otro factor de riesgo similar al que presentan las amas de casa que deben atender alg¨²n enfermo cr¨®nico, los directivos de las empresas, los jubilados o los j¨®venes a la b¨²squeda de su primer empleo.Cansancio, alteraciones del sue?o, dolores de cabeza y musculares, son los principales s¨ªntomas org¨¢nicos que configuran un cuadro depresivo. Tambi¨¦n se detectan mareos o v¨¦rtigos, dolores de est¨®mago, palpitaciones y opresi¨®n en el pecho. Entre los rasgos psicol¨®gicos de la depresi¨®n los psiquiatras incluyen otros signos m¨¢s vagos como la tristeza, el pesimismo o el desinter¨¦s por el trabajo o la vida cotidiana.
La mayor¨ªa de los m¨¦dicos generales sin embargo -un 60% seg¨²n el estudio- no tiene en cuenta estos s¨ªntomas y de este hecho junto a la resistencia a transformar un paciente normal en caso psiqui¨¢trico, se induce la necesidad de concienciar a los generalistas en el tema y fomentar una mayor colaboraci¨®n entre ¨¦stos y los especialistas.
Los enfermos depresivos acuden al m¨¦dico a instancias de su familia o de alg¨²n amigo con dos objetivos fundamentales; que les cure o haga lo posible por curarlos y adem¨¢s para tener una persona con la que hablar de sus problemas aunque a la hora de la verdad se muestre remiso a tratar algunos temas como los sexuales, por ejemplo.
Las diferencias entre especialistas y no especialistas en lo que se refiere a la depresi¨®n se manifiestan en un desacuerdo en cuanto al diagn¨®stico, etiolog¨ªa y tratamiento, as¨ª como en el propio concepto de la enfermedad considerada por los no psiquiatras como una afecci¨®n org¨¢nica o bioqu¨ªmica.
Tales discrepancias de criterio inciden negativamente en el paciente que se encuentra indefenso y vulnerable entre su m¨¦dico de cabecera y el especialista al cual ¨¦ste le remite en caso de una depresi¨®n intensa, peligro de suicidio o resistencia al tratamiento.
Dos millones de deprimidos
La amplitud del problema de la depresi¨®n que afecta en mayor o menor grado a unos dos millones de personas se reafirma en su gravedad al considerar sus consecuencias en el ¨¢mbito familiar, social y laboral. En muchos casos una depresi¨®n continuada no resuelta es v¨ªa abierta a cualquier forma de drogadicci¨®n, alcoholismo o dependencia y, en ¨²ltimo t¨¦rmino, puede inducir a la soluci¨®n final del suicidio.El absentismo y la baja productividad laboral con la consiguiente p¨¦rdida de empleo y las dificultades econ¨®micas que de ello se derivan, son otros consecuencias dram¨¢ticas de la depresi¨®n, dif¨ªciles de calibrar ya que no consta como motivo de baja en las empresas.
Ante esta realidad, la respuesta asistencial que ofrece el actual sistema sanitario es claramente insuficiente, seg¨²n se desprende del mencionado estudio sociol¨®gico, en cuyas conclusiones se estima la conveniencia de implantar un adecuado m¨¦todo de diagn¨®stico precoz, asistencia y tratamiento sobre la base de un apoyo institucional y la estrecha colaboraci¨®n de m¨¦dicos y psiquiatras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.