Una historia de arrepentidos
?Qui¨¦n es Luigi Scricciolo, el ex sindicalista de Uni¨®n Italiana de Trabajadores (UIL), que ha confesado en la c¨¢rcel haber trabajado para los servicios secretos b¨²lgaros? Es un doctorado en Estad¨ªstica que se hab¨ªa interesado siempre por problemas sindicales. Naci¨® en 1948. Hab¨ªa militado, antes de llegar al sindicato de tendencia socialista-republicana UIL, en Il Manifesto y en el partido de la nueva izquierda PDUP (Partido De mocr¨¢tico de Unidad Proletaria).El secretario de la UIL, Giorgio Benvenuto, defini¨® as¨ª a Scricciolo: "Un hombre diligente, curioso, muy diplom¨¢tico y muy social". Hab¨ªa ingresado en la UIL en 1979 y su esposa, Paola, con quien se cas¨® en 1980, entr¨® a trabajar en el la UIL tres meses antes de que les metieran en la c¨¢rcel.
En las cuatro horas de interrogatorio que Benvenuto tuvo hace pocos d¨ªas como testigo en el proceso contra Scricciolo, el secretario de la UIL afirm¨® que el sindicalista detenido se hab¨ªa interesado siempre mucho por conocer cu¨¢les eran los canales occidentales de financiaci¨®n al sindicato de Lech Walesa. Y tambi¨¦n que cuando fueron a Polonia los secretarios de los tres sindicatos italianos, a quienes acompa?¨® Scricciolo, s¨®lo a este ¨²ltimo le tuvieron encerrado una hora en una sala del aeropuerto de Varsovia.
A la luz de lo que ahora se sabe, Benvenuto sospecha que en aquella ocasi¨®n pudiera haber entregado material reservado o recibido ¨®rdenes de los servicios secretos sobre c¨®mo comportarse durante aquel delicado viaje de los mayores l¨ªderes sindicalistas a Polonia.
Los mayores acusadores de Scricciolo han sido, primero, su primo Loris, miembro de las Brigadas Rojas arrepentido, que fue quien lo llev¨® a la c¨¢rcel con sus acusaciones. Despu¨¦s, su misma mujer, que despu¨¦s de haber defendido, desde la c¨¢rcel, su inocencia, acab¨® confesando antes que ¨¦l.
Paola ha contado que incluso estuvo a punto de divorciarse cuando Luigi se neg¨® a dejar sus contactos clandestinos con los esp¨ªas b¨²lgaros. Le hab¨ªa dicho: "T¨² que siempre has luchado al lado de Solidaridad, ?c¨®mo puedes tener contactos con los b¨²lgaros, que son el brazo secular de la Uni¨®n Sovi¨¦tica contra Lech Walesa?".
Los otros acusadores de Scricciolo fueron el brigadista arrepentido Antonio Savasta, que hab¨ªa sido el carcelero de James Dozier, general americano de la OTAN secuestrado por las Brigadas Rojas, y, por fin, Emilia Libera, otra brigadista arrepentida.
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