La tensi¨®n entre Roma y Sof¨ªa por el atentado contra el Papa, primer problema del nuevo Gobierno de Fanfani

La tensi¨®n entre las autoridades italianas y las b¨²lgaras podr¨ªa constituir el primer problema serio para el nuevo Gobierno de centro-izquierda de Amintore Fanfani. A las veinticuatro horas de haber sido convocado a Sof¨ªa el embajador b¨²lgaro en Roma, el ministro de Asuntos Exteriores italiano, Emilio Colombo, ha llamado tambi¨¦n a la capital de Italia al embajador de este pa¨ªs en Bulgaria, Carlo Rossi Arnaud.

Pero al mismo tiempo, en el Ministerio de Asuntos Exteriores, presidido por el democristiano Colombo, se insiste en que a¨²n no se puede hablar de ruptura diplom¨¢tica entre ambos pa¨ªses, ya que el Gobierno "no puede actuar antes de que la Magistratura de su veredicto sobre las acusaciones que se han formulado contra los servicios secretos b¨²lgaros en las tres investigaciones en curso: el atentado al Papa, las confesiones de Luigi Scricciolo y la investigaci¨®n sobre el tr¨¢fico de armas y droga Italia-Bulgaria-Turqu¨ªa".El secretario del partido socialista, Bettino Craxi, ha pedido, sin embargo, que el Gobierno sea m¨¢s duro y m¨¢s decidido. Para el l¨ªder socialista ya no puede haber dudas sobre las implicaciones de Bulgaria en el terrorismo italiano, y a?ade que no se puede ni imaginar que Bulgaria haya actuado "sin complicidades y autorizaciones superiores", refiri¨¦ndose a la Uni¨®n Sovi¨¦tica.

En esta l¨ªnea, ayer fueron publicadas por la Prensa italiana las declaraciones del coronel Stefan Svredlev, jefe hasta hace tres a?os del espionaje b¨²lgaro y que hoy vive refugiado en Munich. En una entrevista al diario franc¨¦s Liberation, Svredlev afirma literalmente: "No tengo dudas en lo que se refiere a la participaci¨®n de los servicios secretos b¨²lgaros en el atentado contra el Papa, pero bajo las instrucciones del KGB (servicios secretos sovi¨¦ticos), cuyo responsable en aquella fecha, Yuri Andropov, pudo autorizar la operaci¨®n s¨®lo bajo ¨®rdenes de Breznev".

El ex jefe del espionaje b¨²lgaro a?ade que para la Uni¨®n Sovi¨¦tica los servicios secretos b¨²lgaros son sus predilectos, "porque", afirma, "los b¨²lgaros tienen una larga tradici¨®n de actividades terroristas". Seg¨²n Svredlev, en todo lo que se refiere a actividades internacionales, Bulgaria nunca act¨²a sin los servicios secretos sovi¨¦ticos.

Por lo que se refiere al atentado contra Juan Pablo II, seg¨²n el coronel b¨²lgaro los sovi¨¦ticos han podido servirse de agentes b¨²lgaros sin pasar a trav¨¦s de la jerarqu¨ªa de los servicios secretos oficiales b¨²lgaros. "De este modo", subraya, "podr¨ªa haber ignorado el hecho incluso Zhivkov, jefe del partido y del Estado de Bulgaria".

La DC tampoco tiene dudas

En cuanto a la pol¨¦mica ya en curso entre democristianos y socialistas sobre la actitud que el Gobierno de Amintore Fanfani deber¨¢ adoptar contra las autoridades b¨²lgaras, las declaraciones m¨¢s prudentes son las de los democristianos.Pero a pesar de todo, afirman, como Giovanni Galloni, director de Il Popoplo, el ¨®rgano oficial del partido, que la Democracia Cristiana no tiene dudas sobre las implicaciones b¨²lgaras en el terrorismo italiano. "En cualquier caso", prosigue Giovanni Galloni, "tampoco se puede perder de vista el problema global de la distensi¨®n internacional". Los democristianos son, parad¨®jicamente, m¨¢s propensos que los socialistas a esperar que la justicia haga su camino sin forzar las cosas antes de llegar a una ruptura con Bulgaria.

Por el contrario, el diario La Repubblica pidi¨® ayer en su editorial que el Gobierno no pierda tiempo en pol¨ªticas diplom¨¢ticas demasiado lentas y largas y que act¨²e con firmeza "para cerrar finalmente el cap¨ªtulo sangriento que ha convertido a nuestro pa¨ªs", dice, "en la tierra de Occidente m¨¢s golpeada y herida por intrigas internacionales". Y el editorial recuerda, por lo que se refiere a Bulgaria, que se trata del pa¨ªs comunista del Este "que se ha quedado como era, sin disensi¨®n interna ni tendencias revisionistas". Su partido, adem¨¢s, es uno de los que "nunca admiti¨® dudas sobre la infalibilidad de la Uni¨®n Sovi¨¦tica".