La visita de George Shultz, primer contacto de alto nivel de la Administraci¨®n Reagan con el Gobierno socialista

La futura participaci¨®n de Espa?a en la defensa de Occidente y la relaci¨®n bilateral entre Washington y Madrid constituir¨¢n los dos temas clave de las conversaciones que mantendr¨¢, en la capital espa?ola, el secretario de Estado norteamericano, George Shultz, durante una visita oficial de menos de veinticuatro horas que se inicia ma?ana mi¨¦rcoles, seg¨²n informaciones obtenidas por nuestro corresponsal diplom¨¢tico

Shultz, que llegar¨¢ a Madrid, procedente de Par¨ªs, a mediod¨ªa, para continuar viaje a Londres al d¨ªa siguiente, se entrevistar¨¢ durante su estancia en Espa?a con el presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez; el ministro de Asuntos Exteriores, Fernando Mor¨¢n, quien le ofrecer¨¢ un almuerzo en el palacio de Viana, y con el l¨ªder de la oposici¨®n, Manuel Fraga. Su visita culminar¨¢ con una entrevista con el rey Juan Carlos, momentos antes de su salida para Londres.Igualmente, y dentro del apretado programa elaborado para su corta estancia en nuestro pa¨ªs, Shultz visitar¨¢ la sede de la Conferencia para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa, que interrumpir¨¢ sus sesiones el pr¨®ximo viernes hasta febrero. Durante su visita a la CSCE, Shultz celebrar¨¢ un desayuno de trabajo con los jefes de delegaci¨®n de los pa¨ªses miembros de la organizaci¨®n atl¨¢ntica y, a continuaci¨®n, leer¨¢ una declaraci¨®n a la Prensa, en la que se espera que ratifique la posici¨®n norteamericana recientemente expuesta en la cumbre de la OTAN celebrada en Bruselas.

El secretario de Estado norteamericano, que inici¨® una amplia gira a capitales europeas en Bonn, el pasado d¨ªa 7, ser¨¢ el primer dignatario extranjero que visite oficialmente Madrid desde la toma de posesi¨®n del nuevo Gobierno socialista. Fuentes americanas y espa?olas han se?alado que, a pesar de la importancia de la visita, ser¨ªa "pueril" esperar resultados espectaculares de las conversaciones que Shultz mantendr¨¢ durante su estancia en Madrid. Las fuentes americanas han manifestado que la visita del secretario de Estado hay que enmarcarla dentro del deseo del Gobierno de Washington de mantener un estrecho contacto con sus aliados europeos y, en el caso espa?ol, como un deseo por parte norte americana de apoyar en todo momento "el proceso de consolidaci¨®n de la democracia espa?ola".

El apoyo a la democracia espa?ola y el respeto a los resultados electorales del 28 de octubre constituyen las constantes de las declaraciones p¨²blicas y privadas de funcionarios norteamericanos, tanto en Madrid como en Washington, que, obviamente, no desean repetir el error de la famosa declaraci¨®n de Alexander Haig, antecesor de Shultz, cuando calific¨® el intento de golpe de Estado de "un asunto interno de Espa?a".

Es evidente que la Administraci¨®n Reagan y, particularmente el Departamento de Estado, que tiene a su frente a un hombre de reconocido pragmatismo y flexibilidad como Shultz, tiene intenci¨®n de utilizar al m¨¢ximo una pol¨ªtica de guante blanco en sus relaciones con el Gobierno socialista espa?ol. En una reciente entrevista publicada en Washington por la agencia gubernamental United States Information. Agency, una alta fuente del Departamento de Estado declaraba. que, "aunque se puede producir alg¨²n cambio de ¨¦nfasis en las relaciones entre Washington y Madrid", Estados Unidos esperaba que las estrechas relaciones mantenidas entre los dos pa¨ªses podr¨ªan continuar bajo Felipe Gonz¨¢lez. La visita de Shultz a Madrid, continuaba la fuente, debe ser considerada como un s¨ªmbolo de que la cooperaci¨®n pol¨ªtica, econ¨®mica y de seguridad entre los dos pa¨ªses continuar¨¢ en el futuro.

Preguntado sobre la reacci¨®n de Washington ante la decisi¨®n del nuevo Gobierno de congelar la integraci¨®n de Espa?a en la estructura militar de la OTAN, el alto funcionario manifestaba que, aunque Estados Unidos piensa que Espa?a debe pertenecer a la Alianza, "la decisi¨®n es totalmente espa?ola". La posici¨®n norteamericana de respeto a la decisi¨®n espa?ola a este respecto se ha visto confirmada por la cautelosa reacci¨®n en Bruselas, la pasada semana, cuando el nuevo jefe de la diplomacia espa?ola, Fernando Mor¨¢n, anunciaba. el nuevo rumbo de las relaciones entre Espa?a y la Alianza atl¨¢ntica. Portavoces norteamericanos, debidamente aleccionados por los informes de la Embajada en Madrid, hablaban de "comprensi¨®n" hacia las nuevas posiciones espa?olas.

Todo parece indicar que el secretario de Estado norteamericano se limitar¨¢ a escuchar mucho y a hablar poco en este primer contacto con las nuevas autoridades espa?olas, aunque es evidente que pedir¨¢ en sus conversaciones con Felipe Gonz¨¢lez y Fernando Mor¨¢n una clarificaci¨®n sobre c¨®mo ve el nuevo Gobierno el papel futuro de Espa?a en la defensa de Occidente.

El acuerdo bilateral

Dentro de este contexto, Shultz pasar¨¢ revista con sus interlocutores espa?oles a las opciones abiertas a los dos pa¨ªses ante el nuevo acuerdo bilateral, suscrito el pasado mes de julio, pero pendiente de ratificaci¨®n por las C¨¢maras espa?olas y que el nuevo Gobierno tiene intenci¨®n de revisar al menos en aquellos puntos del acuerdo en los que se operaba sobre la base de la pertenencia de Espa?a a la Alianza Atl¨¢ntica. Expertos de los dos pa¨ªses han coincidido en afirmar que el acuerdo puede ser objeto de revisi¨®n sin sufrir una modificaci¨®n sustancial, solamente con unos retoques en los puntos que hace referencia a la relaci¨®n Espa?a-OTAN. El propio presidente del Gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, en declaraciones al director de EL PAIS, se mostraba satisfecho de los t¨¦rminos generales del acuerdo.

No se puede descartar, sin embargo, que Gonz¨¢lez informe a Shultz sobre el deseo, al parecer bastante extendido entre los miembros del Gobierno socialista, de que la revisi¨®n del acuerdo afecte tambi¨¦n a la base de Torrej¨®n de Ardoz, cuya cercan¨ªa a Madrid no es considerada conveniente para los intereses espa?oles. En la entrevisa antes mencionada Felipe Gonz¨¢lez dejaba abierta la posibilidad de un cambio en la disposici¨®n de los efectivos militares norteamericanos en Espa?a, aunque sin precisar el tiempo en que esto podr¨ªa suceder, ya que lo condicionaba a que el Gobierno espa?ol decidiera un nuevo despliegue operativo de las fuerzas, en la b¨²squeda de un sistema mejor de defensa para Espa?a. "Esa decisi¨®n", afirmaba Felipe Gonz¨¢lez, "puede afectar a las instalaciones norteamericanas en nuestro territorio".